lunes, 22 de julio de 2024

El premio del amoR

María Magdalena, 

primer apóstol de la Resurrección.

 Meditación-Oración de la PALABRA DE DIOS

Fray Federico Allara O.F.M


Animación a la lectura 

PALABRA DE DIOS

5 minutos en nuestro "día a día"

(Clic en los textos para leer)


Cantar de los Cantares 3,1-4

Salmos 62

Juan 20,1-2.11-18

¡JESÚS HA RESUCITADO! (20–21)
El sepulcro vacío
(Mt 28.1-10; Mc 16.1-8; Lc 24.1-12)
El primer día de la semana, María Magdalena fue al sepulcro muy temprano, cuando todavía estaba oscuro, y vio quitada la piedra que tapaba la entrada. Corrió entonces a donde estaban Simón Pedro y el otro discípulo, aquel a quien Jesús quería mucho, y les dijo:
–¡Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto!
Jesús se aparece a María Magdalena
(Mc 16.9-11)
11 María se quedó fuera, junto al sepulcro, llorando. Y llorando como estaba, se agachó a mirar dentro 12 y vio dos ángeles vestidos de blanco, sentados donde había estado el cuerpo de Jesús, uno a la cabecera y el otro a los pies. 13 Los ángeles le preguntaron:
–Mujer, ¿por qué lloras?
Ella les dijo:
–Porque se han llevado a mi Señor y no sé dónde lo han puesto.
14 Apenas dicho esto, volvió la cara y vio allí a Jesús, aunque no sabía que fuera él. 15 Jesús le preguntó:
–Mujer, ¿por qué lloras? ¿A quién buscas?
Ella, pensando que era el que cuidaba el huerto, le dijo:
–Señor, si tú te lo has llevado, dime dónde lo has puesto, para que yo vaya a buscarlo.
16 Jesús entonces le dijo:
–¡María!
Ella se volvió y le respondió en hebreo:
–¡Rabuni! (que quiere decir “Maestro”).
17 Jesús le dijo:
–Suéltame, porque todavía no he ido a reunirme con mi Padre. Pero ve y di a mis hermanos que voy a reunirme con el que es mi Padre y vuestro Padre, mi Dios y vuestro Dios.
18 Entonces fue María Magdalena y contó a los discípulos que había visto al Señor, y también lo que él le había dicho"


DÍA 22 JULIO   SANTA MARÍA MAGDALENA

 

Tres hechos esenciales de la vida:

1.       Dios que viene.  ¡Dios viene siempre!

2.      Encuentro. Siempre es Dios quien provoca el encuentro.

3.      La búsqueda sincera.

La inquietud que mueve el alma a permanecer en la búsqueda después del encuentro.

No hay que pensar que una vez hallado, la vida tiene lo que esperaba.

La verdad del encuentro es permanecer en la inquietud pacífica del alma buscando; es decir, pidiendo al Espíritu un mayor conocimiento de Jesús.

Jesús pasó y curó a María Magdalena.

Hubo un encuentro que cambió su vida

Siguió a Jesús, unida a las mujeres que lo acompañaban, hasta la muerte y después de la muerte.

La fidelidad del agradecimiento y del verdadero encuentro con Jesús.

Después de sepultado, siguió buscando. “Quien busca, halla”.

No lo reconoce cuando es llamada como “mujer”, pero sí cuando Jesús pronuncia su nombre: ¡María!

El premio del amor, de la perseverancia, de la búsqueda: María Magdalena, el primer apóstol de la Resurrección.

En la Eucaristía es Cristo quien viene. Es Cristo quien pasa.

La Eucaristía no es Ley, es Amor.

Vivir la Eucaristía es vivir, cada día, el encuentro con Jesús para ser durante el día apóstoles de este encuentro.

El trabajo de cada uno, las relaciones humanas, la realidad de la vida personal, lo que el día nos traiga, ha de tener el sentido y el testimonio de la verdad de este encuentro.

Aprendamos de los testigos que nos muestran la experiencia de su encuentro con Jesús y lo que supuso en sus vidas para siempre.

Tenemos el Espíritu Santo, que nos conduce al encuentro y conocimiento del Maestro; y miles de testigos, que nos ayudan a este conocimiento y encuentro, siempre desde la fidelidad a la Iglesia.

Pues, no todo vale, desde lo que se nos dice de Dios y de los testigos.

La garantía del Bien que Dios nos ofrece, la tenemos en la Iglesia.

                                                                                                                                              F. Allara

 

SANTORAL DEL DÍA

S. MARÍA MAGDALENA, DISCÍPULA DEL SEÑOR

(Clic en el  nombre)




DONDE ESTAS, AMADO








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