martes, 23 de julio de 2024

DONDE HAY TIERRA 

HAY QUE ECHAR LA SEMILLA

Meditación-Oración de la PALABRA DE DIOS

Fray Federico Allara O.F.M



Animación a la lectura 

PALABRA DE DIOS

5 minutos en nuestro "día a día"

(Clic en los textos para leer)


Jeremías 1,1.4-10

Salmos 70

Mateo 13, 1-9

Parábola del sembrador
(Mc 4.1-9; Lc 8.4-8)
Aquel mismo día salió Jesús de casa y fue a sentarse a la orilla del lago. Como se reunió mucha gente, subió Jesús en una barca y se sentó, mientras la gente se quedaba en la orilla. Y se puso a hablarles de muchas cosas por medio de parábolas. Les dijo: “Un sembrador salió a sembrar. Y al sembrar, una parte de la semilla cayó en el camino, y llegaron las aves y se la comieron. Otra parte cayó entre las piedras, donde no había mucha tierra; aquella semilla brotó pronto, porque la tierra no era profunda; pero el sol, al salir, la quemó, y como no tenía raíz, se secó. Otra parte cayó entre espinos, y los espinos crecieron y la ahogaron. Pero otra parte cayó en buena tierra y dio una buena cosecha: unas espigas dieron cien granos por semilla, otras dieron sesenta y otras treinta. Los que tienen oídos, oigan.”

DÍA 24 JULIO   CICLO  - B

Empecemos por contemplar en oración a Jesús sentado junto al mar.

Jesús oraba al Padre en cualquier lugar de la Naturaleza.


“Y acudió a Él tanta gente que tuvo que subirse a una barca”


Cuando el maestro es bueno y también lo es el alumno, a éste le resulta fácil escucharle y  entender el tema que explica aunque sea complicado.

Ante Jesús, la primera actitud es aceptar que es buen Maestro.

Si el alumno no cree en su maestro se incapacita él mismo de poder aprender.

Quien duda de Jesús no está en condiciones de poder entender sus sencillas formas de enseñar lo más sublime, además de recordar que, “la Escritura no está a merced de ser interpretada subjetivamente” (2 Pd. 12-21).

Dudar de alguien, y más de Dios, es una sutileza intelectual; no niega la credibilidad, pero la impide por ser una actitud que se niega a ver la luz.


“Salió el sembrador a sembrar”


Ayer nos decía que su Padre era el labrador.

Quien siembra la semilla es el Padre, por ser el origen de todo Bien.

No pensemos en la materialidad de la semilla. Aceptemos que lo divino trasciende todo lo humano.

No conocemos al Padre, aun viéndolo en Jesús, ni podemos hablar de la semilla porque sale del Corazón del Padre.

Jesús, en el texto de hoy, nos dice dónde cae la semilla. El viernes nos explicará la parábola, que en principio nos parece sencilla de entender.

Hemos empezado la oración contemplando a Jesús.

Ahora les diría que no contemplemos la diversidad de condiciones de la tierra donde es echada la semilla.

Antes de releer el texto, que lo aconsejo no sólo hoy, sino cada día, meditemos algo que considero muy importante:

No nos toca a nosotros hacer juicio de la tierra.

La enseñanza de la parábola sólo le corresponde a Jesús, que puede decir la clase de tierra sobre la que se echa abundante la semilla.

Quien mira la tierra, antes de echar la semilla, revela que está haciendo juicio de ella y puede que, desde su forma subjetiva de ver la tierra, no eche la semilla o dude que pueda crecer.

“Dios puede hacer de las piedras hijos de Abrahán”, es decir, hijos descendientes del padre de la fe y, por tanto, hijos de Dios.

Si el mundo es enemigo del alma, porque lo es de Dios por sus criterios opuestos, ¿cómo Jesús envía a sus Apóstoles al mundo, y cómo la Iglesia debe sembrar en tierra enemiga?

Vemos, hermanos, como sin comentar la parábola, Jesús, buen Maestro, nos enseña si sabemos estar, por su gracia, de pie en la orilla escuchándole con fe.

“El que tenga oídos, que oiga”  

     F. Allara


SANTORAL DEL DÍA

S. CHARBEL MAKHLUˉF, SACERDOTE

(Clic en el nombre)



el sembrador


Al sembrador 
(Mt. 13,1-9) (Salmo 64) 

Que tu Palabra anide en mí como semilla 
en la tierra que se abre para vivir, 
para vivir regalándose así, entera 
Que tu Palabra anide en mí prepara Tú, 
mi tierra yerma empápala con tu Amor, 
con tu Amor cura su herida, su herida de piedras 
Que tu Palabra anide en mí yo quiero ser tierra buena, 
dar fruto para que así, para que así 
tus manos siembren más tierras, 
más tierras Que tu Palabra anide en mí 
como semilla en la tierra la acojo tal como soy, 
como soy tierra que espera, 
tierra que, tu voz despierta... despierta.








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