DIOS OMNIPOTENTE “NECESITA”
NUESTRO PAN PARA MULTIPLICARLO
Meditación-Oración de la PALABRA DE DIOS
Animación a la lectura
PALABRA DE DIOS
5 minutos en nuestro "día a día"
(Clic en los textos para leer)
2 Reyes 4,42-44 |
Efesios 4,1-6 |
Juan 6,1-15
|
DOMINGO XVII T. Or CICLO -B
En
tiempo del Profetismo el profeta era la voz de Dios en medio
de su Pueblo.
Dice
S. Pedro, “hombres
como eran hablaron en Nombre de Dios” (2 Pe. 1,21b).
El
Dios revelado en Cristo ha sido el Dios que, desde que creó al
hombre hasta hoy siempre le ha hablado de forma
personal.
A
Dios le conocen los que lo escuchan. Ayer no le conocieron los que sólo le ofrecían
sacrificios, ni hoy se le conoce con sólo ser
practicantes. Dios merece toda
nuestra atención.
El
amor se vive cuando existe una relación personal de mutua escucha.
La
fe comienza por creer los diferentes
modos con que Dios se ha dirigido al ser
humano hasta
la plenitud de los tiempos, en el que se
ha dignado vivir-con-nosotros y
hacer de la vida y de la oración un trato
directo de mutua escucha.
Grande
tuvo que ser el profeta Eliseo siendo el sucesor del Elías, el profeta de los profetas. Se le
conoce como el profeta que se dio a los pobres.
El
relato de hoy tiene relación con lo que fue la vida de Eliseo con la vida de Jesús.
Eliseo
era un Hombre de Dios; le llevan veinte panes de cebada y, Eliseo le dice al
hombre de Baal Salisá:
“Dáselo a la gente y que coman. Comerán y sobrará”
Comieron y aun sobró, conforme a la Palabra del Señor.
A
Jesús le seguía mucha gente.
“Subió Jesús a la montaña y se sentó allí con sus
discípulos”. Se
puso a lo alto de la gente, como signo de
Presencia de Dios. Y dice a Felipe:
“¿Con qué compraremos panes
para que coman estos?”
Pensamos
que Dios es poderoso para multiplicar el
pan por las dos veces que se nos dice que lo hizo compadeciéndose de los pobres.
¿Consideramos
que todo pan es gratuito? ¿Lo pensamos quienes nos sentamos cada día y lo
comemos, tal vez, sin dar gracias ni bendecirlo?
“Dijo Andrés: Aquí hay un muchacho que
lleva cinco
panes de cebada y dos peces”
¿Qué
hacía este muchacho con tanto pan en medio de una multitud hambrienta?
Es
un signo
de que Dios no nos abandona.
Dios
ha dispuesto que haya pan para todos, pero lo tienen acumulado
unos pocos en medio de la Humanidad necesitada.
De
igual modo como el hombre de Baal Salisá entregó los panes a Eliseo, este muchacho los dio para que Jesús pudiera dar de comer a la gente.
Dios
omnipotente,
que creó de la nada, nos pide el ofrecimiento de lo poco que
tenemos para multiplicarlo.
Con
esto vemos:
· Dios nos dice que, parte
de lo que tenemos es para darlo a los demás.
· Este hecho es un signo de la Justicia divina que, no pide a los que tienen mucho, sino a los que tienen poco, por
ser los que tienen un corazón que escucha a Dios.
Nos decía el Evangelio de hoy que, hay que
dejar para el final arrancar la cizaña.
· Es signo de lo que celebramos: la Eucaristía.
Lo
que celebramos es la celebración del Memorial,
que jamás el ser humano podía imaginar.
Esto
es más que lo del profeta Eliseo y más que la multiplicación de los panes,
¿Valoramos
el Pan que comulgamos?.
¿Pensando
que,
hoy y ahora, Jesús se compadece de nosotros y trocea su Cuerpo como Pan para que
vivamos, en presente, el Amor del Padre, que nos sigue dando a su Hijo por
medio del Espíritu Santo?
¿Qué
compartimos en la Eucaristía?
No
nos quedemos sólo en la individualidad que celebra el Amor divino trinitario en
fe y oración aislada y personal, sino
que, en la medida de lo posible, compartamos lo que vemos y conocemos de cada uno de los
que estamos celebrando en común la fe y, lo que sabemos del prójimo que
llevamos en el corazón.
Tengamos
presente que la Misa es celebración
comunitaria. Jesús nos pide que participemos y lo celebremos. Para Él nosotros somos lo más importante.
Jesús
nos necesita como Comunidad que vive de
su Cuerpo para multiplicarse en Pan del cielo, como
alimento espiritual que todos necesitamos.
Desea
nuestra presencia
más que lo que le podamos ofrecer.
¿Qué
haría un pan o muchos panes sobre el altar sin nuestra presencia?
¡Cuántos
lo han entendido y han vivido del Pan bajado del cielo!
¡Cuántos
han vivido de Cristo y,
“hombres como eran, o como son, hablaron
y hablan en Nombre de Dios”!
“Jesús, sabiendo que iban a apoderarse de Él
para hacerle rey, se retiró solo a la montaña”
Depender
de los demás,
por querer elevar nuestra posición, es dejarse apoderar.
Jesús
se retiró solo a la montaña a
estar con su Padre para seguir siendo libre ante Dios y ante los hombres, sin
dejarse apoderar.
Os
aconsejo leer y meditar el texto de S. Pablo a los efesios. (Ef. 4,1-6)
Sobre
todo orar y meditar en nuestro tiempo lo de,
“Un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo, un solo Dios
y Padre de todos…”
F. Allara
SANTORAL DEL DÍA
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