“SEÑOR, SI HUBIERAS ESTADO AQUÍ…”
Meditación-Oración de la PALABRA DE DIOS
Animación a la lectura
PALABRA DE DIOS
5 minutos en nuestro "día a día"
(Clic en los textos para leer)
Jeremías 13,1-11
Salmo: Deuteronomio 32,18-27 |
DÍA 29 JULIO CICLO - B
Nos
dice el Evangelio que, Dios hecho hombre
en Jesús de Nazaret, “vivió como uno de
tantos”
Este
hecho hace objetiva nuestra fe por creer en la Encarnación del Hijo de
Dios, conociéndole conviviendo como ser humano entre sus coetáneos.
Nos
situamos demasiado alto cuando
razonamos la fe pensando a Dios. Y lo más difícil y sublime es creer lo que Dios ha hecho como Hombre.
Esto
es creer en el Evangelio y hacer de Él nuestra vida de fe en Cristo.
Así
lo han hecho los Santos. Han identificado a Cristo con el Evangelio, para no inventar caridades y devociones, viviendo la fe desde lo que dijo
e hizo Jesús.
Es
tiempo de revisar nuestras devociones, valorándolas; porque nuestro tiempo exige concreción, unidad y vida evangélica para ser testigos en medio
de tanto relativismo y subjetivismo en materia de fe.
Puede
que sean muchas las veces que, inconscientemente pensamos de Dios, diciéndole: “si hubieras
estado aquí”.
Entendemos
las palabras de Marta y de María; como entendemos las de toda persona que sufre por amor y, sobre todo en la pérdida
de un ser amado. No olvidemos que Dios
siempre está; lo eterno es un presente.
Por
esto, un cierto ateísmo lo llevamos dentro, por ser ésta la frase de los
que dudan o no creen: “Si Dios estuviera, o existiera…”
Nosotros somos los que no vivimos la puntualidad de la fe como Marta que,
“Cuando se enteró que llegaba Jesús, salió a su encuentro”
Si
sabemos y creemos que está, hemos de hacer como Marta, ir a
su encuentro con la fe de que Cristo vive y está en el Altar, en el
Sagrario, en el prójimo y en lo más íntimo de nuestro ser.
Salir a su encuentro es emprender el camino difícil de ir hacia dentro.
Al
Cristo vivo del Altar, del Sagrario y del prójimo, se le encuentra en la misma
medida con que es conocido, creído y
tratado en el interior.
“Señor, si hubieras estado aquí, mi hermano no hubiera muerto"
Esta frase indica la fe plena y segura que Marta tenía en Jesús. Cree y refuerza su fe en Él al escuchar su respuesta cuando le dice:
“Yo soy la Resurrección y la Vida”
“Yo
Soy”. Está afirmando quién es, Dios.
Jesús
le afirma que “Es la Resurrección y la Vida”
Jesús
tenía que morir y resucitar -que
es no volver a morir jamás-.
“¿Crees esto?
Si, Señor, yo creo que tú eres el Cristo,
el Hijo de Dios, el que tenía que venir al mundo”
Marta no
es la mujer de las labores, sino una verdadera creyente que se desvivía por servir a Jesús.
A
Dios le debemos adorar.
Hoy nos preguntamos:
¿Cómo es mi fe? ¿Cómo sirvo a Jesús en mi hogar?
SANTORAL DEL DÍA
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