sábado, 13 de julio de 2024

 CRISTO SE HA QUEDADO CON NOSOTROS

 Meditación-Oración de la PALABRA DE DIOS

Fray Federico Allara O.F.M



Animación a la lectura PALABRA DE DIOS


5 minutos en nuestro "día a día"

(Clic en los textos para leer)


Amós 7,12-15

Efesios 1,3-14

Marcos 6,7-13
 
"Llamó a los doce discípulos y comenzó a enviarlos de dos en dos, dándoles autoridad sobre los espíritus impuros. Les ordenó que, aparte de un bastón, no llevaran nada para el camino: ni pan ni provisiones ni dinero. Podían calzar sandalias, pero no llevar ropa de repuesto. 10 Les dijo:
–Cuando entréis en una casa, quedaos en ella hasta que os marchéis del lugar. 11 Y si en algún lugar no os reciben ni quieren escucharos, salid de allí y sacudíos el polvo de los pies para que les sirva de advertencia.
12 Entonces salieron los discípulos a decir a la gente que se volviera a Dios. 13 También expulsaron muchos demonios y sanaron a muchos enfermos ungiéndolos con aceite"


DOMINGO XV DEL TIEMPO ORDINARIO

La Iglesia ha sido, es y será profética y escuchará permanentemente lo que Amós escuchó:


“Vidente, vete de aquí; aquí, a Bet-El, guárdate de volver,

 esto es un santuario del rey, un templo del estado. (Am. 7,12-15)


No nos extrañemos de estas palabras. Israel no vivía el dualismo razón y fe, religión y estado; Dios y el Pueblo elegido eran uno. Otra cosa es la fidelidad o no del Pueblo a su Dios.

El mundo se ha convertido en el santuario del rey, en templo único del estado, y cada vez es más fuerte el grito o la amenaza: “Vidente, vete de aquí y guardate de volver

La Iglesia no vuelve, está en medio del santuario del mundo y de su templo, y seguirá siendo profética o no será.

Todos los bautizados nos hemos de sentir “bendecidos espiritualmente en Cristo y elegidos en Él antes de crear el mundo”

Pidamos la Gracia de sabernos elegidos de Dios. ¡Dios ha pronunciado nuestro nombre!

Mientras muchos siguen discerniendo su fe, olvidan que “hemos sido rescatados a precio de Sangre, para ser santos a sus ojos. Han sido perdonadas nuestras culpas


"Dios nos ha concedido toda esta sabiduría, 

que es conocer a Cristo. 

Ha unido en Él todo el mundo, 

tanto del cielo como de la tierra” (Ef. 1,3-14)


Todos los que seguían a Jesús, fuera la razón que lo motivara, eran llamados y elegidos.

De entre todos llamó por su nombre a Doce.

Jesús repite que “la mies es mucha y los obreros pocos”:

En el Antiguo Testamento vemos que, “con muy pocos” el Pueblo vencía a sus enemigos.

Jesús  salió solo y llamó a Doce para vencer el santuario del mundo y su templo, adorado como dios por quienes viven de sus criterios.

Ser llamados y elegidos, es una bendición de Dios a nuestra vida. Él está implicado con nosotros en la misión.


“Llamó a los Doce y les dio autoridad” (Mc. 6,7-13)


No nos confundamos hermanos, el poder de una autoridad es para dominar lo externo. Los talentos que Dios nos da “no sirven como poder” para vencer la propia vida.

Nadie es elegido en favor de sí mismo, sino que cualquier poder dado por Dios es para bien de los demás y, sólo así, es una bendición para uno mismo.

El bautismo nos incorpora a la Iglesia. El matrimonio une a hombre y mujer para darse mutuamente. La reconciliación nos devuelve a la Comunidad. El sacerdocio es para servir a los creyentes.

Jesús no llevaba ni “bastón”. La “dignidad” que significa es su Persona divina.


“Les encargó que llevaran para el camino 

un bastón y nada más”  El apoyo es Dios.


Un bastón no para defenderse y menos para atacar, aunque seamos perseguidos y rechazados. El bastón es signo de dignidad. No hace falta nada más; “ni pan, ni alforja, ni dinero suelto”

La medida del peso que llevamos, tal vez olvidado el bastón, es la medida de ir sin Cristo.

Es el sentido profundo del desapropio que entendió Francisco, y lo propio de los verdaderos testigos de Jesús.

La medida de testimonio es la medida de vivir el Evangelio.

En “quedaos en la casa que entréis” veo el signo de lo que va a ser la Presencia de Jesús resucitada. Jesús se queda donde le abren la puerta.

Y algo para meditar: En Emaús “se quedó” cuando desapareció del hogar.           

F. Allara



SANTORAL DEL DÍA

S. CAMILLO DE LELLIS, SACERDOTE, 

FUNDADOR DE LOS MINISTROS DE LOS ENFERMOS




PLEGARIA










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