viernes, 12 de julio de 2024

 CRISTO NOS HA PRESENTADO 

AL PADRE RECONCILIADOS

 Meditación-Oración de la PALABRA DE DIOS

Fray Federico Allara O.F.M 



Animación a la lectura PALABRA DE DIOS


5 minutos en nuestro "día a día"

(Clic en los textos para leer)


Isaías 6, 1-8

Salmos 92

Mateo 10,24-33

24 “Ningún discípulo es más que su maestro y ningún criado es más que su amo. 25 El discípulo debe conformarse con llegar a ser como su maestro, y el criado, como su amo. Si al jefe de la casa llaman Beelzebú, ¿Cómo llamarán a los miembros de su familia?

A quién se debe tener miedo
(Lc 12.2-7)
26 “No tengáis, pues, miedo a la gente. Porque nada hay secreto que no llegue a descubrirse ni nada oculto que no llegue a conocerse. 27 Lo que os digo en la oscuridad, decidlo a la luz del día; lo que os digo en secreto, proclamadlo desde las azoteas de las casas. 28 No tengáis miedo a quienes pueden matar el cuerpo, pero no pueden matar el alma; temed más bien a aquel que puede destruir el cuerpo y el alma en el infierno.
29 “¿No se venden dos pajarillos por una pequeña moneda? Sin embargo, ni uno de ellos cae a tierra sin que vuestro Padre lo permita. 30 En cuanto a vosotros, hasta los cabellos de la cabeza los tenéis contados uno por uno. 31 Así que no tengáis miedo: vosotros valéis más que muchos pajarillos.

Reconocer o negar a Jesucristo
(Lc 12.8-9)
32 “Si alguien se declara a favor mío delante de los hombres, también yo me declararé a favor suyo delante de mi Padre que está en el cielo; 33 pero al que me niegue delante de los hombres, también yo le negaré delante de mi Padre que está en el cielo"


DÍA 13 JULIO  CICLO  -B


Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo, permaneció en su Amor y, a su tiempo, hizo realidad la Promesa de salvarnos de la muerte, que nos separaba irremisiblemente de Él, por la mediación única de su Hijo aun siendo la humanidad enemigos de Él.

Dios es todo Gracia que se anticipa a nuestro propio tiempo. Y nos dice:


“A quien se declare por mí ante los hombres,

yo también me declararé por él ante mi Padre”

 

“Declararnos por Cristo” ante los hombres no es solo decir que somos creyentes.

Hasta el más alejado, y opuesto a su Verdad, puede declararse creyente ante los hombres. Su Pueblo lo condenó siendo muy creyente.

Cristo no es una Idea religiosa y, la Salvación por Él obrada no es un mito.

Cristo es el Hijo de Dios encarnado en María corredentora.

La fe nos exige:

·       Vivir, a nuestra medida, su Vida de amor al prójimo con hechos y,

·       Celebrar su Memorial, de Muerte y Resurrección, como testimonio de su Presencia viva y eterna entre nosotros hasta que vuelva.

Igualarse al Maestro es hacer lo que hizodesde nuestra condición humana”.

¡Grande es el amor! hacia Él pero, sería insuficiente si dejamos de celebrar lo que se nos ha revelado del mismo Amor:

·       El hecho de “haber sido Crucificado” y

·       El mejor regalo de su Presencia, que Él nos dejó al despedirse en su Última Cena  con sus discípulos.


“No tengáis miedo a los hombres, porque si al dueño de casa

lo han tratado de Belcebú, ¡cuánto más a los criados!


Lo más secreto e íntimo de Dios ha sido revelado a todo ser humano que lo quiera conocer, y lo más secreto y escondido de cada corazón Dios lo conoce.

La Verdad divina y nuestra verdad humana es la que, por Él, nos hace libres.

También en libertad nos igualamos al Maestro, no por vanidad arbitraria, sino por aceptar que lo somos por haber sido liberada nuestra libertad.


“No tengáis miedo: valéis más que muchos gorriones. 

Ni uno cae al suelo sin que lo disponga nuestro Padre. 

Vosotros hasta los cabellos de la cabeza tenéis contados"


Lo más grande de nuestra fe es poder decir a Dios, ¡Abba!, Padre.


“¿Cómo le pagaré al Señor todo el bien que me ha hecho?”


·       Gracias Dios, por creerme amado por Ti como Buen Padre.

·       Gracias por enviarnos a tu Hijo; en Él te conocemos, por Él te creemos y por Gracia te amamos.

·       Gracias por adelantarte a abrazar a los que llegan de la gran tribulación.

·       ¡Cómo no quedar asombrados de que nuestros labios puedan decirte ¡Padre!, y saber que somos hijos de Dios, “pues lo somos”!, dice S. Juan.

En nosotros queda el dolor del adiós de las personas amadas, pero ellas gozan, porque sienten tu abrazo de Padre que les asume en lo eterno.

·       Señor, con el corazón más que con los labios, no nos cansamos de decirte ¡Padre!, y de sentirnos amados por Ti como hijos, “pues lo somos.                      

F. Allara



SANTORAL DEL DÍA

S. ENRIQUE II, EMPERADOR




A FUEGO...

Para orar en tu interior. 
En amistad 
con el "Amigo que nunca falla" 
Como dice Santa Teresa 







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