“SÍ QUIERO, QUEDA PURO”
Meditación-Oración de la PALABRA DE DIOS
Animación a la lectura PALABRA DE DIOS
5 minutos en nuestro "día a día"
(Clic en los textos para leer)
2 Reyes 25,1-12 |
Mateo 8,1-4
ACTIVIDAD PÚBLICA DE JESÚS (8–9)a Jesús sana a un leproso 1 Cuando Jesús bajó del monte, le seguía mucha gente. 2 En esto se le acercó un hombre enfermo de lepra, que se puso de rodillas delante de él y le dijo: –Señor, si quieres, puedes limpiarme de mi enfermedad. 3 Jesús lo tocó con la mano, y dijo: –Quiero. ¡Queda limpio! Al momento, el leproso quedó limpio de su enfermedad. 4 Jesús añadió: –Mira, no se lo digas a nadie. Pero ve, preséntate al sacerdote y lleva la ofrenda ordenada por Moisés; así sabrán todos que ya estás limpio de tu enfermedad" |
DÍA 28 JUNIO CICLO -B
Jesús
bajó de la montaña,
signo de Presencia divina.
Jesús
iba a las sinagogas como judío, pero el
encuentro en oración con su Padre lo hacía en cualquier lugar de la naturaleza.
El
creyente en el Dios revelado, desde
siempre, se ha reunido en comunidad para orar la fe; en tiempos de Jesús lo hacían en las sinagogas y hoy en los templos.
La
verdadera fe nos hace tomar conciencia
de ser Pueblo, no
sólo individuos creyentes;.
La
fe es experiencia de haber sido liberados:
· Ayer
como Pueblo que vivió la liberación de su
esclavitud en Egipto, y
· Hoy
como Iglesia católica desde la vida
abierta al don de Jesucristo, que ha liberado nuestra libertad y todo nuestro ser no determinado por la muerte.
De
esta fe nacen dos responsabilidades:
· Orar con la Comunidad, y
· Orar a Dios desde
la intimidad personal.
Estas
dos formas de orar
son pura gratuidad divina. Nadie es
capaz, ni digno, de poder dirigirse personal y comunitariamente a Dios.
Quien
diga que es capaz y digno de ello debe dar
razones del Dios a quien reza y cómo ha llegado a su conocimiento y a la certeza de su realidad divina. Estas relaciones tan singulares no
suelen tener necesidad de vida
sacramental ni de orar en comunidad y menos como Pueblo elegido.
Vino
a él un leproso, se prosternó delante y le decía:
“Señor, si lo queréis, me podéis purificar”
No
sobra ni una palabra. Un leproso, que no podía acercarse a nadie, se prosternó
ante Él y le dice:
“Señor, si quieres”…
Lo
reconoce como Maestro y le reza con la
confianza de que lo puede curar.
Jesús
lo tocó con su mano. Signo de poder,
sin ser contaminado, y de amor.
“Sí que lo quiero; queda puro”
Hoy ¿Cómo tratamos nosotros a Dios?
El signo que revelan ambos es,
precisamente, de pertenecer a un Pueblo.
Decir
“purifícame” y “queda puro” es lo mismo que decir, “cúrame” y “queda curado”.
Examinado
y hecha la ofrenda de la purificación, lo
importante era poder regresar siendo miembro de la Comunidad, poder participar de la oración en común y
regresar a la vida familiar.
Realidades
propias de la vida de fe de ayer y de hoy. En
nuestro tiempo parecen estar fuera de
lugar por el individualismo religioso y la falta de sentido de Comunidad.
Este
corto texto:
· Nos enseña el respeto, la educación, la confianza de un hombre enfermo,
marginado de la familia y de la Comunidad creyente, que busca
en Dios su salvación
humana. No es vida “vivir
como individuos marginados voluntariamente
del calor del hogar familiar y del que da la fe en su sentido comunitario”
· Nos habla de la Verdad del Amor
trinitario, que salva ahora y aquí de la tentación del
individualismo religioso.
F.
Allara
SANTORAL DEL DÍA
S. IRENEO, OBISPO DE LYON Y MÁRTIR
LA LUZ DE JESÚS
ES UN LIBRO PARA ORAR
(Clic en la imagen para ver su edición)
El Autor nos dice:
"No trata de oración, sino oración ofrecida
para que pueda servir de medio para orar.
Una persona creyente sin oración
no puede vivir mucho tiempo en la verdad de la Fe,
ni puede ser testigo en el mundo de la Verdad
revelada que hemos conocido.
Jesús es nuestro modelo de relación con Dios.
Orar es estar a solas con Dios.
Jesús vivía en la presencia del Padre y todo era oración.
También nuestra vida puede llegar a ser toda ella oración,
relación con Dios, desde la realidad de la vida y de amor al prójimo"
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