viernes, 14 de junio de 2024

LA VERDAD NO NECESITA 

DE MUCHAS PALABRAS 

Meditación-Oración de la PALABRA DE DIOS

Fray Federico Allara O.F.M



Animación a la lectura PALABRA DE DIOS

5 minutos en nuestro "día a día"

(Clic en los textos para leer)


1 Reyes 19,19-21

Salmos 118

Mateo 5,33-37

EL JURAMENTO
33 “También habéis oído que se dijo a los antepasados: ‘No dejes de cumplir lo que hayas ofrecido bajo juramento al Señor.’ 34 Pero yo os digo que no juréis por nada ni por nadie. No juréis por el cielo, porque es el trono de Dios; 35 ni por la tierra, porque es el estrado de sus pies; ni por Jerusalén, porque es la ciudad del gran Rey. 36 Ni siquiera juréis por vuestra propia cabeza, porque no podéis hacer que os salga blanco o negro ni un solo cabello. 37 Si decís ‘Sí’, que sea sí; y si decís ‘No’, que sea no. Lo que se aparta de esto, es malo"


DÍA 15 JUNIO   CICLO   -B


Según el Evangelio de hoy, necesitar jurar, y pronunciar muchas palabras, es ser muy antiguos,

¡Cuántas palabras inútiles y sin sentido se pronuncian hoy!

Progresamos en muchas técnicas, pero no en garantía de verdad de la palabra hablada.

 

“Sabéis que a los antiguos se les mandó: “No rompas los juramentos”

 

Hoy no se jura, se consensua para establecer relaciones humanas entre competidores; y lo consensuado no tiene garantía de fidelidad ni de continuidad.

Todo puede ser nuevamente consensuado de forma que, “la palabra” ya no es la garantía expresada de la integridad del ser humano.

 

“Cumple lo que has jurado en nombre del Señor”

 

Dios, el Señor, ya no es necesario como garantía de verdad entre los seres humanos; ha salido de los contratos y compromisos humanos.

El “hombre” quiere ser “el solo garante” de todo, sin interferencias divinas y humanas. Esta es la contradicción.

Cada ser humano es señor” sin referencia a una Verdad exterior y, queda él solo como “señor de su palabra”.

El verdadero progreso se dará cuando el ser humano se haya identificado con la Verdad que trasciende sus verdades.

A los creyentes Jesús nos dice:

 

“No jures nunca, ni por el cielo, que es el trono de Dios,

ni por la tierra, que es el estrado de sus pies.

 

·       Jesús nos identifica con su manera de ser.

·       Jesús no necesitó expresar con juramento a Dios por lo que lo que decía y hacía.

·       No lo necesitaba porque Él mismo era la Palabra de Dios pronunciada en el decir y hacer de su Humanidad visible, y porque el Padre y Él son uno, como lo aceptamos de su revelación.

Sería una contradicción necesitar jurar en nombre de Dios para acreditar su palabra y su acción.

Nos identifica en Cristo para nuestra mutua relación de palabra.

Su palabra ha sido un Sí a la voluntad de Amor salvador del Padre y, un Sí a su voluntad de liberar nuestra libertad para entender la Verdad de Dios y su Amor único y objetivo.

Por esto nos dice:

“Decid sencillamente sí, cuando es sí, no, cuando es no.

Todo lo que decís de más viene del Maligno.

 

Para nuestros antepasados su palabra era garantía de verdad; no hacía falta ningún contrato y menos consensuar los compromisos. Hoy, ni la firma de los mismos es garantía de que sean verdad el contrato o el consenso.

Es el tiempo de la palabrería, no de la palabra humana ofrecida en verdad.

Es peligroso este progreso del hombre, señor de cielos y tierra, porque todo es inmediato y de poca duración, incluso la palabra dicha ante Dios en Sacramento.

La Verdad se revela en silencio y con un Sí.                                         

F. Allara  



SANTORAL DEL DÍA

S. VITO, MÁRTIR EN LUCANIA



DESEOS




                 




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