sábado, 15 de junio de 2024

 LA MIRADA INTERIOR DEL SER HUMANO 

SABE VER LO QUE NO VEN LOS OJOS

Meditación-Oración de la PALABRA DE DIOS

Fray Federico Allara O.F.M



Animación a la lectura PALABRA DE DIOS

5 minutos en nuestro "día a día"

(Clic en los textos para leer)



Ezequiel 17,22-24

2 Corintios 5,6-10

Marcos 4,26-34

Parábola del crecimiento de la semilla
26 Jesús dijo también: “Con el reino de Dios sucede como con el hombre que siembra en la tierra: 27 que lo mismo si duerme que si está despierto, lo mismo de noche que de día, la semilla nace y crece sin que él sepa cómo. 28 Y es que la tierra produce por sí misma: primero brota una hierba, luego se forma la espiga y, por último, el grano que llena la espiga. 29 Y cuando el grano ya está maduro, se siega, porque ha llegado el tiempo de la cosecha."
Parábola de la semilla de mostaza
(Mt 13.31-32; Lc 13.18-19)
30 También dijo Jesús: “¿A qué se parece el reino de Dios, o con qué podremos compararlo? 31 Es como una semilla de mostaza que se siembra en la tierra. Es la más pequeña de todas las semillas del mundo; 32 pero, una vez sembrada, crece y se hace mayor que cualquiera otra planta del huerto, y echa ramas tan grandes que hasta los pájaros pueden anidar a su sombra.”
El uso que Jesús hacía de las parábolas
(Mt 13.34-35)
33 De esta manera les enseñaba Jesús el mensaje, por medio de muchas parábolas como estas y hasta donde podían comprender. 34 No les decía nada sin parábolas, aunque a sus discípulos se lo explicaba todo aparte"


XI DOMINGO TIEMPO ORDINARIO   CICLO B

Nuestra mirada está puesta en Jesús para conocerlo, y con Él a Dios, hace falta saber por qué caminos ha llegado a nuestra vida Cristo Jesús.

Necesitamos conocer a Dios amándonos desde que todo empezó.

El A. Testamento es más que nuestro árbol genealógico. Dios no ha aparecido repentinamente en el mundo. Tal vez una de las dificultades de aceptar el don de la fe sea ésta. Desear conocer a Jesús sin dar valor a lo precedido a su encarnación sería como amar a una persona sin interés por saber quién es su familia..

Triste es conocer la permanente infidelidad del ser humano ante la Historia de amor de Dios, habiéndonos creado a su imagen, para vivir en libertad y humana felicidad.

Dios ha consentido y consiente nuestra indiferencia, nuestro relativo conocimiento y nuestra búsqueda de seguridades fuera de su Amor.

Esto lo vemos en su Pueblo elegido, que buscó seguridades en Egipto, contradiciendo a Dios, siendo desterrado a Babilonia, mientras Dios profetizaba en su desgracia, desde la figura del cedro y de la viña, que arrancaría una rama y la plantaría en la cima de un monte elevado.

 

Renace la esperanza del Pueblo porque

su Amor apunta al Mesías  (Ez 17,22-24)

 

El Reino de Dios lo ha establecido Cristo en el mundo. Muchos de los creyentes lo ven como un árbol solitario sin raíces y, no acaban de tener segura su fe en Dios que, realmente ES con-nosotros consintiendo la soledad, la inseguridad y la búsqueda de paz y amor por  no decidirse a beber de la Fuente de la Verdad ni del Manjar de la Mesa.

La esperanza está iluminada por la luz de la Fe. Nuestros ojos no ven toda la realidad. Son los ojos del alma los que permiten tener la mirada y la visión de lo que ha supuesto “la rama plantada en la cima”

 

“Arrancaré un retoño tierno de la rama más alta y lo plantaré yo mismo

en un monte muy elevado,  en el monte más alto de Israel”

 

La Muerte de Dios en Cristo y su Resurrección no es un Hecho puntual histórico sin más, sino la explosión del Amor divino, que ha sido sembrado en el Universo dando un fruto real, el de su Cuerpo místico resucitado y visible que es la Iglesia,

No olvidemos que toda tierra, aunque sea pedregosa y mala en su exterior, siempre es capaz de acoger la semilla sembrada en ella.

La tierra que no produce es la que nunca se ha sembrado en ella una semilla que da origen a muy diversos frutos, incluso aparentemente opuestos al de su Cuerpo, pero que son “ramas que crecen mientras dormimos”

·       Los creyentes reconocemos que para Dios no hay enemigos, sino hijos que emigran con sus bienes y otros que viven alejados.

·       Creemos que todo está regado por la misma Fuente de Agua y Sangre.

          Nosotros, de momento, nos alojamos en el árbol frondoso, pero poco a poco, como las golondrinas que vuelan desde lejos para volver a sus nidos, llegaremos un día a descansar en el mismo Árbol, donde Dios nos espera a todos como verdaderos hijos en el Hijo Resucitado.

Cristo es el grano de mostaza descendido del Padre por el Espíritu y nacido de María.

Fue sepultado, después de muerto crucificado, para resucitar y crecer hasta convertirse en el Árbol frondoso donde, creyentes, dudosos, indiferentes, con diversos nombres bautizados y alejados, y hasta negadores del Bien, hallamos reposo todos y cada uno de nuestros corazones, a nuestro tiempo y medida, porque Dios no lleva cuentas del mal y su paciencia es nuestra salvación.

La parábola de la semilla que crece, sin que lo sepa el labrador, nos sirve para reflexionar sobre nuestra propia vida. Pasamos de una edad a otra y de un estado positivo de salud a otro de medianía o de enfermedad, sin darnos cuenta.

¡Cómo se pasa la vida! dice el poeta.

Así es; por esto seamos muy conscientes de este tesoro que llevamos en vasijas de oro, porque dentro de nosotros está la semilla de la Verdad divina y del Amor.

Dios nos dé la gracia de creer que Cristo es el liberador y Salvador de la Humanidad que crece a su ritmo, de la mano de Dios, aunque no lo parezca, por nuestra insensatez de infidelidad o de acomodarnos a seguridades que no lo son.        

 F. Allara

 

 SANTORAL DEL DÍA

SS. QUIRICO Y JULITA, MÁRTIRES



BOSQUE




 





No hay comentarios: