JUAN BAUTISTA, EL MÁS GRANDE NACIDO DE MUJER
Meditación-Oración de la PALABRA DE DIOS
Animación a la lectura PALABRA DE DIOS
5 minutos en nuestro "día a día"
(Clic en los textos para leer)
Isaías 49,1-6
Salmos 138 |
Lucas 1,57-66.80 |
Nacimiento de Juan el Bautista 57 Al cumplirse el tiempo en que Isabel había de dar a luz, tuvo un hijo. 58 Sus vecinos y parientes fueron a felicitarla cuando supieron que el Señor había sido tan bueno con ella. 59 A los ocho días llevaron a circuncidar al niño, y querían ponerle el nombre de su padre, Zacarías. 60 Pero la madre dijo: –No. Tiene que llamarse Juan. 61 Le contestaron: –No hay nadie en tu familia con ese nombre. 62 Entonces preguntaron por señas al padre del niño, para saber qué nombre quería ponerle. 63 El padre pidió una tabla para escribir, y escribió: “Su nombre es Juan.” Y todos se quedaron admirados. 64 En aquel mismo momento, Zacarías recobró el habla y comenzó a alabar a Dios. 65 Todos los vecinos estaban asombrados, y en toda la región montañosa de Judea se contaba lo sucedido. 66 Cuantos lo oían se preguntaban a sí mismos: “¿Qué llegará a ser este niño?” Porque ciertamente el Señor mostraba su poder en favor de él. |
80 El niño crecía y se hacía fuerte espiritualmente, y vivió en lugares desiertos hasta el día en que se dio a conocer a los israelitas" |
NACIMIENTO DE SAN JUAN BAUTISTA
Dios
mide la grandeza de un ser humano en relación a su llamada y a la respuesta que libremente se le da a esta llamada a vivir la propia
vocación.
La
grandeza de un ser humano, según el pensamiento y la voluntad
divina, está en vivir el porqué y el para qué de la propia vida.
Esta
no sólo es respuesta a Dios, sino un bien de la mejor Gracia que Dios desea ofrecer
a la Humanidad, desde su Pueblo ayer, y desde la Iglesia hoy.
Por
esto ayer, “los
vecinos y parientes quedaron sobrecogidos al oír lo que Dios había hecho con
este favor tan grande al dar un hijo a la anciana y estéril Isabel; y todos la
felicitaban”
¡Cuánto
nos hemos de alegrar por el nacimiento de cada ser humano y por nuestra propia
existencia!, que Dios transforma en vida.
Todos
y cada uno de los humanos hemos sido Pensados por el Padre, pronunciados por la
Palabra, y amados por el Espíritu Santo. En Él, todo el Amor de
Dios, uno y trino, en favor de todo lo creado.
Cuando
en la circuncisión propusieron llamarle Zacarías,
cuyo nombre significa a quien Dios
recuerda, Isabel y el mismo
Zacarías dicen que se debe llamar Juan,
cuyos significados son: “Hombre fiel a Dios” y “Dios ha mostrado su Gracia”
María
es la llena de Gracia.
Juan,
en quien Dios ha mostrado su Gracia para ser voz, es la voz que preparaba el camino
al que iba a ser Presencia Divina entre nosotros, como PALABRA Y CAMINO.
De
Cristo, de María y de Juan celebramos su Nacimiento y su paso a la Gloria.
Cristo
como Dios, María como Madre y Juan como Precursor.
“¿Qué será de este niño?, se preguntaba la gente al
ver los prodigios que contemplaban”
Este
niño, a los ojos del mundo, fue una vida pobre y desgraciada, con una muerte
trágica, al igual que Cristo, por
defender el porqué de su llamada y de su fe.
A
los ojos de Dios, “el
más grande nacido de mujer”,
para ser Profeta del desierto.
Del
desierto de la vida de los hombres de su Pueblo, para mover su espíritu a Dios, que llega tras de él, y que no es digno
de desatarle la correa de su calzado.
Una
voz que, bien lo explica S. Agustín
al dar significado a la mudez de Zacarías:
“La voz de los Profetas llegaba desde
lo más oculto, con Juan Bautista llega la voz y Zacarías recupera el habla,
signo que llega la Palabra”
Juan
anunciaba: “Soy
la voz que grita en el desierto”
La
vida de Juan Bautista nos ha de servir para valorar
la nuestra.
Él fue obediente en
bautizar a Jesús, lleno de confianza en Dios en su vida de desierto y de fidelidad
hasta morir, sin apenas disfrutar de
Jesús.
F. Allara
SANTORAL DEL DÍA
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