lunes, 24 de junio de 2024

JUAN BAUTISTA, EL MÁS GRANDE NACIDO DE MUJER

  Meditación-Oración de la PALABRA DE DIOS

Fray Federico Allara O.F.M



Animación a la lectura PALABRA DE DIOS

5 minutos en nuestro "día a día"

(Clic en los textos para leer)


Isaías 49,1-6

Salmos 138

Lucas 1,57-66.80

Nacimiento de Juan el Bautista
57 Al cumplirse el tiempo en que Isabel había de dar a luz, tuvo un hijo. 58 Sus vecinos y parientes fueron a felicitarla cuando supieron que el Señor había sido tan bueno con ella. 59 A los ocho días llevaron a circuncidar al niño, y querían ponerle el nombre de su padre, Zacarías. 60 Pero la madre dijo:
–No. Tiene que llamarse Juan.
61 Le contestaron:
–No hay nadie en tu familia con ese nombre.
62 Entonces preguntaron por señas al padre del niño, para saber qué nombre quería ponerle. 63 El padre pidió una tabla para escribir, y escribió: “Su nombre es Juan.” Y todos se quedaron admirados. 64 En aquel mismo momento, Zacarías recobró el habla y comenzó a alabar a Dios. 65 Todos los vecinos estaban asombrados, y en toda la región montañosa de Judea se contaba lo sucedido. 66 Cuantos lo oían se preguntaban a sí mismos: “¿Qué llegará a ser este niño?” Porque ciertamente el Señor mostraba su poder en favor de él.

80 El niño crecía y se hacía fuerte espiritualmente, y vivió en lugares desiertos hasta el día en que se dio a conocer a los israelitas"


NACIMIENTO DE SAN JUAN BAUTISTA

 

Dios mide la grandeza de un ser humano en relación a su llamada y a la respuesta que libremente se le da a esta llamada a vivir la propia vocación.

La grandeza de un ser humano, según el pensamiento y la voluntad divina, está en vivir el porqué y el para qué de la propia vida.

Esta no sólo es respuesta a Dios, sino un bien de la mejor Gracia que Dios desea ofrecer a la Humanidad, desde su Pueblo ayer, y desde la Iglesia hoy.

Por esto ayer, “los vecinos y parientes quedaron sobrecogidos al oír lo que Dios había hecho con este favor tan grande al dar un hijo a la anciana y estéril Isabel; y todos la felicitaban”

¡Cuánto nos hemos de alegrar por el nacimiento de cada ser humano y por nuestra propia existencia!, que Dios transforma en vida.

Todos y cada uno de los humanos hemos sido Pensados por el Padre, pronunciados por la Palabra, y amados por el Espíritu Santo. En Él, todo el Amor de Dios, uno y trino, en favor de todo lo creado.

Cuando en la circuncisión propusieron llamarle Zacarías, cuyo nombre significa a quien Dios recuerda, Isabel y el mismo Zacarías dicen que se debe llamar Juan, cuyos significados son: “Hombre fiel a Dios” y “Dios ha mostrado su Gracia”

María es la llena de Gracia.

Juan, en quien Dios ha mostrado su Gracia para ser voz, es la voz que preparaba el camino al que iba a ser Presencia Divina entre nosotros, como PALABRA Y CAMINO.

De Cristo, de María y de Juan celebramos su Nacimiento y su paso a la Gloria.

Cristo como Dios, María como Madre y Juan como Precursor.

“¿Qué será de este niño?, se preguntaba la gente al ver los prodigios que contemplaban”

Este niño, a los ojos del mundo, fue una vida pobre y desgraciada, con una muerte trágica, al igual que Cristo, por defender el porqué de su llamada y de su fe.

A los ojos de Dios, “el más grande nacido de mujer”, para ser Profeta del desierto.

Del desierto de la vida de los hombres de su Pueblo, para mover su espíritu a Dios, que llega tras de él, y que no es digno de desatarle la correa de su calzado.

Una voz que, bien lo explica S. Agustín al dar significado a la mudez de Zacarías:

“La voz de los Profetas llegaba desde lo más oculto, con Juan Bautista llega la voz y Zacarías recupera el habla, signo que llega la Palabra”

Juan anunciaba: “Soy la voz que grita en el desierto”

La vida de Juan Bautista nos ha de servir para valorar la nuestra.

Él fue obediente en bautizar a Jesús, lleno de confianza en Dios en su vida de desierto y de fidelidad hasta morir, sin apenas disfrutar de Jesús.

F. Allara



SANTORAL DEL DÍA


SS. JUAN Y FESTO, MÁRTIRES EN LA VIA SALARIA




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