JESÚS, EL MAESTRO,
CALMA TODA TEMPESTAD
Meditación-Oración de la PALABRA DE DIOS
5 minutos en nuestro "día a día"
(Clic en los textos para leer)
Job 38,1.8-11 |
2 Corintios 5,14-17 |
Marcos 4,35-40La tempestad apaciguada 35 Al anochecer de aquel mismo día, Jesús dijo a sus discípulos: –Pasemos a la otra orilla del lago. 36 Entonces despidieron a la gente y llevaron a Jesús en la misma barca en que se encontraba. Otras barcas le acompañaban. 37 De pronto se desató una tormenta; y el viento era tan fuerte, que las olas, cayendo sobre la barca, comenzaron a llenarla de agua. 38 Pero Jesús se había dormido en la parte de popa, apoyado sobre una almohada. Le despertaron y le dijeron: –¡Maestro!, ¿no te importa que nos estemos hundiendo? 39 Jesús se levantó, dio una orden al viento y le dijo al mar: –¡Silencio! ¡Cállate! El viento se detuvo y todo quedó completamente en calma. 40 Después dijo Jesús a sus discípulos: –¿Por qué tanto miedo? ¿Todavía no tenéis fe? |
XII TIEMPO ORDINARIO CICLO -B
El
texto del Evangelio es todo un simbolismo.
“Aquel día, al
atardecer” Jesús
sabía qué iba a pasar aquella noche con sus discípulos y al atardecer les dice: “Vamos a la otra orilla”
Todos
caminamos hacia la otra orilla y, lo vamos a dejar todo.
“Ellos dejaron a la gente.
Otras barcas lo acompañaban”
¿Quién
acompañaba a quién?
Jesús
estaba en la barca de los discípulos, como lo está en la Iglesia.
Su
presencia va
más allá del espacio y del tiempo.
Hoy
son muchas las religiones que acompañan al ser humano en su ruta hacia
la otra orilla.
Jesús
es quien las acompaña a todas, desde la barca de la
Iglesia, porque desea que todos
lleguemos a la otra orilla.
“Se levantó un fuerte temporal”
Las
barcas que acompañan no producen el temporal de la barca de Jesús.
La
Iglesia ha vivido, desde sus comienzos, en
estado de temporal.
¿Quién la llena de agua rompiendo las
olas contra Ella?
Aquel
día era
el mar pero, las grandes tempestades le
vienen desde dentro y desde
siempre.
Los
bautizados, que vivimos de Jesús, con Jesús y por Jesús,
somos quienes lo experimentamos en la barca de la Iglesia de pie increpando sus tempestades, llenándonos de paz, viviendo
confiados y sin temor, recibiendo
sabiduría divina para ayudar a conducir la barca a buen puerto.
Entre
nosotros, bautizados, los hay subidos a la barca creando tempestades.
Cuando
la tempestad se produce dentro de la
barca, de la Iglesia, creando parcelas eclesiales, críticas y negaciones, hasta llenarla de agua con peligro de
hundirla, Jesús duerme sobre un cabezal.
Es
el silencio de Dios,
que nunca duerme y sigue hablándonos con muchos signos.
Somos
nosotros quienes dormimos la verdad de la
fe.
Y
sigue el simbolismo del texto diciéndonos que “los discípulos lo despertaron”
“Maestro, ¿no te importa que perezcamos?”
Le
dicen Maestro,
pero no se lo creen en tiempo de tempestad.
También
nosotros dudamos ante su silencio hoy
creyendo que Dios duerme y consiente. Sin embargo Él
sigue revelando su sabiduría a
quienes le aman como Maestro.
“Jesús se levantó e increpó al viento y llegó una gran calma
ante sus palabras que hicieron enmudecer el mar.
Después dijo Jesús a sus discípulos:
¿Por qué tenéis miedo? ¿Aún no tenéis fe?
Se
lo dijo a los que le veían hacer obras grandes y decir palabras que nunca
oyeron.
Hoy
nos lo dice a nosotros que vamos en la misma barca.
Es
curioso que ellos, viendo lo que veían en Él, en lugar de arrojarse a sus pies,
“Se llenaron de miedo y se decían unos a otros ¿Pero
quién es éste?
Es
tiempo de verdadera fe, de creer que Jesús es el Maestro que no está en la barca dormido, sino que la
conduce a la otra orilla.
Los
que aceptan el don de la fe no tienen miedo, porque la fe da seguridad.
Estos
son los que sirven a la Iglesia y al mundo como instrumentos de paz en medio de la
tempestad, de dentro y de fuera de la Iglesia.
Ante
el texto de hoy examinemos nuestra vida,
subidos a la barca en el Mar de
Galilea, y veamos cómo
reaccionamos ante la experiencia de la tempestad que puede estar dándose en la
Iglesia. Dejemos de idealizar y de culpabilizar.
Examinemos
nuestra fe
· Si somos instrumentos de paz o
creadores de tempestades internas,
· Si celebramos y nos alimentamos de Dios
que, de pie, nos conduce llenos de
esperanza, o
con la contradicción
de celebrar y alimentarnos de un Dios
dormido en un cabezal.
“Los que viven de Cristo son una nueva creación. (2Cor.
5,14-17)
F. Allara
SANTORAL DEL DÍA
S. JOSÉ CAFASSO, SACERDOTE TORINENSE
VENID CONMIGO
A UN LUGAR TRANQUILO
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