EL HIJO DEL HOMBRE NO TENÍA
DONDE RECLINAR LA CABEZA
Meditación-Oración de la PALABRA DE DIOS
5 minutos en nuestro "día a día"
(Clic en los textos para leer)
Amós 2,6-10.13.16 |
Salmos 49 |
Mateo 8,18-22
Los que querían seguir a Jesús (Lc 9.57-62) 18 Jesús, viéndose rodeado por la multitud, ordenó pasar a la otra orilla del lago. 19 Se le acercó entonces un maestro de la ley, que le dijo: –Maestro, deseo seguirte adondequiera que vayas. 20 Jesús le contestó: –Las zorras tienen cuevas, y las aves, nidos; pero el Hijo del hombre no tiene donde recostar la cabeza. 21 Otro, que era uno de sus discípulos, le dijo: –Señor, déjame ir primero a enterrar a mi padre. 22 Jesús le contestó: –Sígueme, y deja que los muertos entierren a sus muertos" |
Jesús
pasó su vida peregrinando de un lado a otro, cruzando el Mar de
Galilea de una a otra orilla, acercándose
a los que no tenían donde reclinar la cabeza ni comer un poco de pan, para que experimentaran el Amor que no
conocían de los que les debían cuidar y amar.
Jesús
no fue un hombre con destino social como determinante de su vida y, quienes
optan por ello no deja de ser un bien
“el dar la vida sirviendo desinteresadamente a las personas”.
No
es suficiente vivir entregados a los
demás, aunque
sabemos que Dios agradece a cuantos hacen de su vida un servicio al prójimo. Hace
falta saber por qué lo hacemos y qué es
lo que le da sentido a nuestra vida haciéndolo.
Sabemos
que, hasta el amor puede llegar a cansar
la vida de quien ama sin una referencia
de sentido, que es la que hace trascender la vida de quien la da con amor para poder permanecer de pie cuando cunde
el sinsentido.
Jesús
sabía por qué había descendido de la Gloria al mundo.
La referencia que tenía para perseverar hasta
la muerte amando al prójimo era el Amor del Padre en su Vida y, su Vida de Amor
en comunión con el Padre.
Así
es como permanecían unidas dos
voluntades en el mismo Amor
· Para que este Amor, único, divino,
llegara a quienes no lo reciben de nadie en este mundo y,
· Para dar respuesta a los interrogantes: por qué vivimos, para qué vivimos y qué
destino tiene nuestra vida.
Es importante tener y dar pan,
pero más necesario es vivir la experiencia de saber que Alguien nos ama. El
Hijo es Dios-con-nosotros, da pan y Amor.
Desde
el mundo ideológico se puede hacer un gran bien, que
Dios agradece,
Pero
seguir a Jesús exige el discernimiento
de acogerlo, amar y perdonar como Él
lo hizo para fortalecer la unidad,
por la que rezó considerándolo esencial en la vida de la Humanidad, a semejanza del Ser divino trinitario.
“Maestro, te seguiré siempre allí donde vayas”
Este
maestro de la Ley halló en Jesús el
sentido de su vida, pero
seguir a Jesús no es cosa nuestra. Su
Vida es referencia para la nuestra y, exige unas condiciones que no son propias
del solo sentimiento o razonamiento claro de querer seguirle.
“Las zorras tienen madrigueras y los pájaros nidos,
pero este Hombre no tiene dónde reclinar la cabeza.
No se trata de no tener casa, sino de saber dónde
reclinamos la cabeza para
hallar el sentido a amar, perdonar y
servir.
Hacerlo
es un bien que asemeja a la vida de Jesús, pero otra cosa es seguir sus pasos como referencia de sentido.
Para
meditar ¡“ver a Dios como uno de los más pobres del mundo!”
Una
cosa es dar testimonio desde lo que razonablemente da sentido
a la vida como Ideología y, otra cosa es
creer, amar y vivir aceptando
la llamada de seguir a Jesús.
Somos
libres para dar respuesta a su llamada, sin confusión ideológica, para
ser testigos de su Verdad.
F.
Allara
SANTORAL DEL DÍA
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