sábado, 29 de junio de 2024

 DIOS ES VIDA Y QUIERE QUE 

EL SER HUMANO VIVA ETERNAMENTE

Meditación-Oración de la PALABRA DE DIOS

Fray Federico Allara O.F.M


Animación a la lectura PALABRA DE DIOS

5 minutos en nuestro "día a día"

(Clic en los textos para leer)


Sabiduría 1,13-15

2 Corintios 8,7-9.13-15


Marcos 5,21-43

La hija de Jairo y la mujer enferma
(Mt 9.18-26; Lc 8.40-56)
21 Cuando Jesús regresó en la barca al otro lado del lago, se le reunió mucha gente, y él se quedó en la orilla. 22 Llegó entonces uno de los jefes de la sinagoga, llamado Jairo, que al ver a Jesús se echó a sus pies 23 suplicándole con insistencia:
–Mi hija se está muriendo: ven a poner tus manos sobre ella, para que sane y viva.
24 Jesús fue con él, y mucha gente le acompañaba apretujándose a su alrededor. 25 Entre la multitud había una mujer que desde hacía doce años estaba enferma, con hemorragias. 26 Había sufrido mucho a manos de muchos médicos, y había gastado cuanto tenía sin que le hubiera servido de nada. Al contrario, iba de mal en peor. 27 Esta mujer, al saber lo que se decía de Jesús, se le acercó por detrás, entre la gente, y le tocó la capa. 28 Porque pensaba: “Tan sólo con que toque su capa, quedaré sana.” 29 Al momento se detuvo su hemorragia, y sintió en el cuerpo que ya estaba sanada de su enfermedad. 30 Jesús, dándose cuenta de que había salido de él poder para sanar, se volvió a mirar a la gente y preguntó:
–¿Quién me ha tocado?
31 Sus discípulos le dijeron:
–Ves que la gente te oprime por todas partes y preguntas: ‘¿Quién me ha tocado?’
32 Pero Jesús seguía mirando a su alrededor para ver quién le había tocado. 33 Entonces la mujer, temblando de miedo y sabiendo lo que le había sucedido, fue y se arrodilló delante de él, y le contó toda la verdad. 34 Jesús le dijo:
–Hija, por tu fe has sido sanada. Vete tranquila y libre ya de tu enfermedad.
35 Todavía estaba hablando Jesús, cuando llegaron unos de casa del jefe de la sinagoga a decirle al padre de la niña:
–Tu hija ha muerto. ¿Para qué molestar más al Maestro?
36 Pero Jesús, sin hacer caso de ellos, dijo al jefe de la sinagoga:
–No tengas miedo. Cree solamente.
37 Y sin dejar que nadie le acompañara, aparte de Pedro, Santiago y Juan, el hermano de Santiago, 38 se dirigió a casa del jefe de la sinagoga. Allí, al ver el alboroto y la gente que lloraba y gritaba, 39 entró y les dijo:
–¿Por qué alborotáis y lloráis de esa manera? La niña no está muerta, sino dormida.
40 La gente se burlaba de Jesús, pero él los hizo salir a todos, y tomando al padre, a la madre y a los que le acompañaban, entró donde estaba la niña. 41 La tomó de la mano y le dijo:
–Talita, cum (que significa: “Muchacha, a ti te digo: levántate.”)
42 Al momento, la muchacha, que tenía doce años, se levantó y echó a andar. Y la gente se quedó muy impresionada. 43 Jesús ordenó severamente que no se lo contaran a nadie,o y luego mandó que dieran de comer a la niña.


DOMINGO XIII T. ORDINARIO  CICLO  -B


Dios no creó al hombre sometido a la muerte; el reino de la muerte no es de la tierra, porque la bondad y la justicia son inmortales.

 

“Dios no hizo la muerte, ni le agrada que el hombre pierda la vida”

 

 La muerte, desde la fe en el verdadero Dios, no es propia de la condición humana; es la consecuencia de no dar respuesta al Amor y a la Justicia divina.

Parece que lo propio del ser humano sea morir y no es así. Su vida es inmortal porque procede de Dios. La muerte no es la última palabra. Es nuestra vida la que la define libremente.

La inmortalidad es Gracia divina y, la Salvación obra de la Redención de Cristo.

Es lógico que el Padre espere la respuesta de la libertad humana, que Dios respeta.

Los dos relatos del Evangelio de hoy nos revelan la fe de los personajes en relación a Jesús.

¿Cuál es el objeto que, humanamente, mueve a la hemorroisa y a Jairo a ir a Jesús?

En ella, la salud, y en el jefe de la sinagoga, la inminente muerte de su hija.

Ante Jesús y el texto Evangélico nos preguntamos hoy:

¿Qué creemos?, ¿Qué esperamos?, ¿A qué vamos a orar o a celebrar a Jesús? ¿Cuál es el fondo de nuestra oración?

Puede darse que acudamos a Dios siempre que experimentemos alguna preocupación en relación a la enfermedad y la muerte

La verdad de la fe nos debe impulsar:

·       A conocer a Jesús,  agradecer su Vida y su Muerte y, sobre todo, a preocuparnos por nuestra liberación y salvación eterna.

¿Hasta qué punto tenemos la mentalidad de aquellas gentes que acudían con fe a Jesús al lo que dicen cuando la niña ha muerto:

 

“Tu hija ha muerto. ¿Para qué molestar más al Maestro?

 

Consideraciones a tener en cuenta:

·       Jesús vino a reconciliarnos con el Padre.

Su fin no fue sanar y devolver la vida a los muertos. Lo hizo algunas veces para revelarnos su Amor y su poder salvífico.

·       ¡Cuántas personas deberíamos acercarnos a Jesús para tocarle como lo hizo la hemorroisa, y cuántos, como Jairo que acudieron a pedirle la liberación de la muerte!

No todos recibieron el regalo a lo que pedían con igual fe.

No es que Jesús escucha a unos y sea indiferente a la oración de otros.

Esto nos plantea:

·       Que Dios es El Señor y lo que de verdad le interesa, habiendo dado su Vida, es nuestra salvación.

·       No perdamos nunca la confianza y menos la fe en Dios si vemos algún milagro cercano y no lo vemos en lo que pedimos.

Preguntémonos: ¿cómo vivimos nuestra fe y nuestra oración?.

La hemorroísa manifestó tener vida y fe en Jesús al pensar que, “con solo tocar su manto   quedaría curada”

Nosotros no solo tocamos el manto, sino que celebramos y recibimos en comunión al mismo Cristo resucitado, que mora en nuestro propio hogar.  

 

Vosotros tenéis abundantemente de todo (2 Cor.8,7-9.13-15)                   

 F. Allara



SANTORAL DEL DÍA

SS. PROTOMÁRTIRES DE LA IGLESIA ROMANA




TALITA KUM





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