lunes, 20 de mayo de 2024

LA FE ES NECESARIA PARA 

CREER EN MARÍA

  Meditación-Oración de la PALABRA DE DIOS

Fray Federico Allara O.F.M


Animación a la lectura PALABRA DE DIOS

5 minutos en nuestro "día a día"

(Clic en los textos para leer)


Santiago 3,13-18

Salmos 18


Juan 19, 25-27

25 Junto a la cruz de Jesús estaban su madre y la hermana de su madre, María, esposa de Cleofás, y María Magdalena. 26 Cuando Jesús vio a su madre y junto a ella al discípulo a quien él quería mucho, dijo a su madre:
–Mujer, ahí tienes a tu hijo.
27 Luego dijo al discípulo:
–Ahí tienes a tu madre.
Desde entonces, aquel discípulo la recibió en su casa"


MARÍA MADRE DE LA IGLESIA

lunes después de Pentecostés


DÍA 20 DE MAYO  CICLO  -B

                         

La Iglesia católica  cree en María como Madre de Dios en Cristo.

La Iglesia católica nos llega de Jesús directamente; con Pedro, que es signo de pertenencia en unidad a su Cuerpo resucitado, siendo Cabeza de la Iglesia.  

La Madre de Jesús es creída no sólo por la Iglesia católica. Pero no todos creen en María como la Madre de Cristo Jesús, Dios y Hombre verdadero, y por tanto Madre de Dios y Madre de la Iglesia.

Proclamamos a María Santísima Madre de la Iglesia, 

es decir, Madre de todo el pueblo de Dios, 

tanto de los fieles como de sus pastores que la llaman Madre amorosa”

Cons. Lumen Gentium del Concilio Vaticano II. 21-XI-1964


¡Es inimaginable cómo debieron amarse Jesús y María!

¿Quién puede medir el sufrimiento de María, la llena de Gracia, viendo a su hijo, al Hijo de Dios crucificado y,  el de Jesús contemplando a su Madre, a sus pies, amándola con su Amor divino?

Sólo desde la fe en Dios cabe aceptar su sentido y mantener la esperanza.

Habían convivido en el silencio del hogar de Nazaret muchos años sin que nadie pudiera intuir que allí vivían “Dios y su Madre, y el Mesías esperado”.

Jesús, muriendo en la Cruz, piensa con amor en la soledad de su Madre.

La había dejado en Nazaret cuando empezó su mesianismo después de Caná de Galilea, pero ahora era otra soledad la que iba a acompañar a María.

Jesús iba a morir y a resucitar, pero su Presencia en el mundo no iba a ser igual; terminaba en la Cruz su paso humano por nuestra tierra.


“Jesús vio a su Madre, y a su lado, el discípulo que Él amaba, y dijo a su Madre:

Madre, aquí tienes a tu hijo.

Después dijo al discípulo:

Aquí tienes a tu Madre”


No es un cambio de hijo, de Jesús a Juan.

Las palabras de Jesús al discípulo nos las hemos de apropiar.

María pasaba a ser Madre de todos.

El dolor de una madre no se puede medir, y más cuando ve a su propio hijo inocente sufriendo la condena y la muerte, y muerte de cruz.

El dolor de María como Madre no es medible desde nuestras categorías humanas.

Ella sabe que su hijo es el Hijo de Dios; además que el corazón de María ama a los que yerran con su vida alejada de la Verdad de Dios.

María fue llamada a ser Madre

Esta es la vocación que la Trinidad dispuso para Ella:

¡Ser Madre como no lo podemos concebir!

Es Madre de los Santos y de los que condenan y crucifican a su hijo.

A los pies de la Cruz María sigue viviendo su vocación, porque es Madre desde que el Hijo de Dios se encarnó en sus entrañas.

Su corazón muere con el de su propio hijo, el Hijo de Dios, y por todos los que ve en Juan cuando Jesús se lo da como “hijos”.                                                                   

F Allara



SANTORAL DEL DÍA


FIESTA  DE MARÍA MADRE DE LA IGLESIA



CONOCIENDO MÁS A MARÍA


Texto extraído de 
"EN ORACIÓN ANTE TI, CRISTO REDENTOR" 
de Fray Federico Allara

"TÚ ERES FIEL


"Y la Palabra se hizo carne" Jn 1,14

Y la Palabra dijo: "Madre" 
a la que iniciaba una Nueva Humanidad -una nueva vida-

'La Palabra ya existía'
Por la Palabra, la Madre vino a ser primicia, -totalidad y parte- 
del Nuevo Pueblo: la Iglesia. 

De este modo, Hijo y Madre lo son entre sí. 
Y en Ellos ES la Iglesia. 
Cristo, Cabeza; María, Madre y miembro. 

La Palabra dice ; "Madre". 
Y, desde sus entrañas, crea Virgen, Esposa y Madre. 
Las entrañas de esta "Mujer-Virgen" 
son Sagrario de la Trinidad Santa. 

Singularmente Madre del Unigénito; 
Madre del Cristo. 
En Él "habita" la plenitud 
y la totalidad de la Nueva Humanidad. 

Con Cristo-Cabeza, María es Madre de la Iglesia 
desde sus entrañas, como Madre de Dios, en Cristo Jesús. 

Es así desde el instante de aquel 
"Hágase tu voluntad porque soy la esclava de mi Señor".
El cielo se llama "Dios-con-nosotros" 

 


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