LA FE ES NECESARIA PARA
CREER EN MARÍA
Meditación-Oración de la PALABRA DE DIOS
Animación a la lectura PALABRA DE DIOS
5 minutos en nuestro "día a día"
(Clic en los textos para leer)
Santiago 3,13-18 |
Salmos 18
Juan 19, 25-27 |
25 Junto a la cruz de Jesús estaban su madre y la hermana de su madre, María, esposa de Cleofás, y María Magdalena. 26 Cuando Jesús vio a su madre y junto a ella al discípulo a quien él quería mucho, dijo a su madre: –Mujer, ahí tienes a tu hijo. 27 Luego dijo al discípulo: –Ahí tienes a tu madre. Desde entonces, aquel discípulo la recibió en su casa" |
MARÍA MADRE DE LA IGLESIA
lunes después de Pentecostés
DÍA 20 DE MAYO CICLO -B
La
Iglesia católica cree en María como
Madre de Dios en Cristo.
La
Iglesia católica nos llega de Jesús directamente; con
Pedro, que es signo de pertenencia en unidad a su Cuerpo resucitado, siendo Cabeza de la Iglesia.
La
Madre de Jesús
es creída no sólo por la Iglesia católica. Pero no todos creen en María como la
Madre de Cristo Jesús, Dios y Hombre verdadero, y por tanto Madre de Dios y Madre de la Iglesia.
“Proclamamos a María Santísima Madre de la Iglesia,
es decir, Madre de todo el pueblo de Dios,
tanto de los fieles como de
sus pastores que la llaman Madre amorosa”
Cons.
Lumen Gentium del Concilio Vaticano II. 21-XI-1964
¡Es
inimaginable cómo debieron amarse Jesús y María!
¿Quién
puede medir el sufrimiento de María, la
llena de Gracia, viendo a su hijo, al Hijo de Dios crucificado y, el de
Jesús contemplando a su Madre, a sus pies, amándola con su Amor divino?
Sólo
desde la fe en Dios cabe aceptar su sentido y mantener la esperanza.
Habían
convivido en el silencio del hogar de
Nazaret muchos años sin que nadie
pudiera intuir que allí vivían “Dios
y su Madre, y el Mesías esperado”.
Jesús,
muriendo en la Cruz, piensa con amor en la
soledad de su Madre.
La
había dejado en Nazaret cuando empezó su mesianismo después de Caná de Galilea,
pero ahora era otra soledad la que iba a
acompañar a María.
Jesús
iba a morir y a resucitar, pero su Presencia en el mundo no iba a ser igual; terminaba en la Cruz su paso humano por nuestra tierra.
“Jesús vio a su Madre, y a su lado, el discípulo que Él
amaba, y dijo a su Madre:
Madre, aquí tienes a tu hijo.
Después dijo al discípulo:
Aquí tienes a tu Madre”
No
es un cambio de hijo, de Jesús a Juan.
Las
palabras de Jesús al discípulo nos las hemos de apropiar.
María
pasaba a ser Madre de todos.
El
dolor de una madre no se puede medir, y más cuando ve a su propio hijo inocente
sufriendo la condena y la muerte, y muerte de cruz.
El
dolor de María como Madre no es medible desde nuestras categorías humanas.
Ella
sabe que su hijo es el Hijo de Dios; además que el corazón de
María ama a los que yerran con su vida
alejada de la Verdad de Dios.
María fue llamada a ser Madre.
Esta es la vocación que la Trinidad dispuso
para Ella:
¡Ser
Madre como no lo podemos concebir!
Es
Madre de los Santos y de los que condenan y crucifican a su hijo.
A
los pies de la Cruz María sigue viviendo su
vocación, porque es Madre desde que el Hijo de Dios se encarnó en sus entrañas.
Su
corazón muere con el de su propio hijo, el Hijo de Dios, y por todos los que ve en Juan cuando Jesús se lo da como “hijos”.
F
Allara
SANTORAL DEL DÍA
FIESTA DE MARÍA MADRE DE LA IGLESIA
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