EL AMOR ES LUZ DE UN PERMANENTE AMANECER.
EL ODIO ES EL INFIERNO
Meditación-Oración de la PALABRA DE DIOS
5 minutos en nuestro "día a día"
(Clic en los textos para leer)
Hechos 16,1-10
Juan 15,18-21
DÍA 4 MAYO CICLO -B
El
amor es luz
cuando es reflejo del hábito de creer, de
ser paciente, de no llevar cuentas del mal, de confiar y esperar siempre. El
amor es fuerte para resistir y vencer hasta la misma muerte. ¡El amor no falla
nunca! (I Corintios 13,4-7)
El
odio es el fundamento del mal, y sus raíces son como la hiedra
que cubre el corazón de quien le deja entrar.
Dios
es Luz
y lo radicalmente opuesto es el odio; pero nunca son dos realidades que compiten.
Sólo
Dios es la Realidad de la Verdad y del Amor que ha creado un
universo para el hombre, criatura libre hecha
a su imagen y semejanza. ¡Ay, libertad!
Este
ser humano puede dejarse engañar, dejando que la
hiedra envenene su corazón bueno, y llegar a ser imagen de lo más opuesto a Dios.
Nunca
hay razones para odiar, por más fuerte que sea la herida del
corazón.
El
amor engendra siempre vida, luz y paz. El odio, “en el tiempo de
la vida aquí”, engendra muerte. Despertar
del odio es sentir una fuerte herida en lo más profundo del alma.
La paz del amor que perdona en medio
del dolor es luz de un claro amanecer.
¿Cuál
es la sinrazón de ser del odio?
· El
fracaso de haber perdido el sentido del bien por rebelarse ante la Verdad.
· El
error, de quien se deja engañar aceptando odiar, está en pensar que remedia la causa de su mal con venganza. Nunca el mal es camino que conduce al bien.
El mundo para Juan es lo opuesto a la
libertad del bien obrar y de la Verdad.
“Si el mundo os odia,
recordad que me ha odiado a Mí antes que a vosotros”
El mundo ama a los que le siguen, y
tiene poder para combatir y crear error, sobre
todo, en los que sufren, causando en
ellos la confusión de la verdad, empujándoles
a obrar mal, pretendiendo un bien.
Dios
en Cristo es la referencia humana del Hombre bueno lleno de verdad, de amor y
de bien.
Hasta
los que le condenaron dijeron que,
“No lo hacían por ninguna obra buena,
sino por la blasfemia de decir que era Hijo de Dios”
“Así como no han admitido mi enseñanza,
tampoco admitirán la vuestra”
“El siervo no es más que su amo”
Vivir
la experiencia del perdón es sentir rebosar el alma de paz y de luz
que no la extingue el dolor.
Me
imagino que nadie ha visto su alma cuando se deja llevar del odio, que tiene
muchas formas de ser manifestado.
Si
despertar del mal, ante la verdad del bien, es un amanecer agridulce del alma, no debe haber palabras que expresen lo que
el alma puede experimentar al despertar del odio
a la bondad del bien.
Seamos
capaces de contemplar al Crucificado.
En
Él podemos ver el poder de la omnipotencia del Amor, junto al poder de la
fortaleza del odio, en un Hombre inocente según los mismos jueces.
¡Siempre vence el Amor!
F. Allara
SANTO DEL DIA
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