5 minutos en nuestro "día a día"
En el camino de Emaús
"13 Dos de los discípulos se dirigían aquel mismo día a un pueblo llamado Emaús, a unos once kilómetros de Jerusalén. 14 Iban hablando de todo lo que había pasado. 15 Mientras conversaban y discutían, Jesús mismo se les acercó y se puso a caminar a su lado. 16 Pero, aunque le veían, algo les impedía reconocerle. 17 Jesús les preguntó:
–¿De qué venís hablando por el camino?
Se detuvieron tristes, 18 y uno de ellos llamado Cleofás contestó:
–Seguramente tú eres el único que, habiendo estado en Jerusalén, no sabe lo que allí ha sucedido estos días.
19 Les preguntó:
–¿Qué ha sucedido?
Le dijeron:
–Lo de Jesús de Nazaret, que era un profeta poderoso en hechos y palabras delante de Dios y de todo el pueblo. 20 Los jefes de los sacerdotes y nuestras autoridades lo entregaron para que lo condenaran a muerte y lo crucificaran. 21 Nosotros teníamos la esperanza de que él fuese el libertador de la nación de Israel, pero ya han pasado tres días desde entonces. 22 Sin embargo, algunas de las mujeres que están con nosotros nos han asustado, pues fueron de madrugada al sepulcro 23 y no encontraron el cuerpo; y volvieron a casa contando que unos ángeles se les habían aparecido y les habían dicho que Jesús está vivo. 24 Algunos de nuestros compañeros fueron después al sepulcro y lo encontraron todo como las mujeres habían dicho, pero no vieron a Jesús.
25 Jesús les dijo entonces:
–¡Qué faltos de comprensión sois y cuánto os cuesta creer todo lo que dijeron los profetas! 26 ¿Acaso no tenía que sufrir el Mesías estas cosas antes de ser glorificado?
27 Luego se puso a explicarles todos los pasajes de las Escrituras que hablaban de él, comenzando por los libros de Moisés y siguiendo por todos los libros de los profetas.
28 Al llegar al pueblo adonde se dirigían, Jesús hizo como si fuera a seguir adelante; 29 pero ellos le obligaron a quedarse, diciendo:
–Quédate con nosotros, porque ya es tarde y se está haciendo de noche.
Entró, pues, Jesús, y se quedó con ellos. 30 Cuando estaban sentados a la mesa, tomó en sus manos el pan, y habiendo dado gracias a Dios, lo partió y se lo dio. 31 En ese momento se les abrieron los ojos y reconocieron a Jesús; pero él desapareció. 32 Se dijeron el uno al otro:
–¿No es cierto que el corazón nos ardía en el pecho mientras nos venía hablando por el camino y nos explicaba las Escrituras?
33 Sin esperar a más, se pusieron en camino y regresaron a Jerusalén, donde encontraron reunidos a los once apóstoles y a los que estaban con ellos. 34 Estos les dijeron:
–Verdaderamente ha resucitado el Señor y se ha aparecido a Simón.
35 Entonces ellos contaron lo que les había pasado en el camino, y cómo reconocieron a Jesús al partir el pan"
DÍA 3 ABRIL CICLO -B
Nunca
el Evangelio es historia de ayer.
Cristo
es el Evangelio y Cristo vive y su Palabra es real y actual.
Su
Palabra
llega a nuestro ser, siendo eficaz, cuando nuestro espíritu está abierto por
la fe a Cristo, que va por nuestro camino.
Orar
es vivir el Evangelio
para descubrir lo que nos puede pasar y pasa.
Dos
discípulos de Jesús regresan a su casa después del “fracaso” de Jesús.
“Conversaban y discutían”
Es
lo que acostumbramos hacer, olvidando que orar
es escuchar y conversar con Jesús sin discutir.
Mientras
conversaban Jesús mismo los alcanzó caminando con ellos. Dios impedía que
sus ojos lo reconocieran.
Así
lo dice el texto, pero podemos leerlo al revés; los ojos se incapacitan para ver cuando el espíritu humano conversa y
discute los hechos.
No
sólo no ve, sino que, la discusión y conversación no pueden hallar el sentido a
lo mismo que discute, por ser sólo el entretenimiento de la razón sin llegar a
ninguna parte.
“¿De qué discutís entre
vosotros mientras vais de camino?”
Hablaban
de todo lo que sabían de Jesús.
¡Cuántas
palabras vacías de los hechos y dichos de Jesús pronunciamos al día los que sabemos y los que no saben!
También hoy se nos ha dicho que Jesús después de ser condenado, crucificado
y sepultado, ha resucitado.
“Algunos de los que estaban
con nosotros han ido al sepulcro”
y lo han encontrado
exactamente como las mujeres habían dicho,
pero a Él no lo han visto”
Ayer y más hoy, se
educa a que, lo que no se ve ni se
comprueba, no existe.
Quiere
decir que no es el espíritu el que conoce la realidad, sino la praxis
la que la niega, aunque todo se testifique con
exactitud.
“¡Sí que os cuesta entender!”
Y
Jesús yendo de camino
les recuerda las Escrituras, desde
Moisés y los profetas los textos que se referían a Él.
“Quédate
con nosotros, que ya se hace tarde
y ha
comenzado a declinar el día”
Ojalá
desde la poca o mucha fe le dijéramos de corazón a Jesús:
¡Quédate
con nosotros, porque los días pasan y la
vida declina, sin hallar el sentido a la misma y a cuanto hemos aprendido!
“Puestos a cenar Jesús tomó el pan, lo bendijo,
lo partió y se lo daba”
En
aquel momento se les abrieron los ojos.
Fue
entonces cuando vieron lo que mientras
conversaban, y luego en presencia y palabra, no sabían ver ni escuchar y
menos entender.
F.
Allara
SANTO DEL DÍA
PEREGRINO DE EMAÚS
Por la calzada un peregrino iba conmigo...
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