JESÚS SE APARECE RESUCITADO
Meditación-Oración de la PALABRA DE DIOS
Animación a la lectura PALABRA DE DIOS
5 minutos en nuestro "día a día"
DÍA 4 ABRIL CICLO -B
Es tan segura la trascendencia de la
resurrección de Jesús para el futuro inmortal de la vida humana, pero
a su vez tan extraña por ser el único hecho del único hombre, en este caso
Dios, que ha resucitado, que a los mismos discípulos les resultaba
incomprensible oír hablar a Jesús de su muerte
y resurrección.
Aún fue más grande la sorpresa y el temor cuando se les apareció resucitado.
Los discípulos de Emaús lo reconocieron
al partir el pan, pero no lo vieron resucitado, aunque era el mismo que caminó con ellos y se sentó a
la mesa de su hogar.
Lo cual demuestra que era verdadero el Cuerpo de quien los
acompañaba.
No fue una aparición la de Jesús caminando con ellos, sin embargo, nos da a entender la misma idea de aparecerse, al ver el hecho de caminar con ellos.
No hemos de pensar en las apariciones como experiencias
alucinantes e incluso misteriosas, sino que, si son reales las experiencias vienen
a ser tan naturales como lo es la misma vida de fe.
Cuando es la imaginación o el deseo de
que Dios haga algo, entonces puede
que no sea real la aparición por más
fantástica que se nos explique.
Dios nos suele dar pruebas a los que las desean como
comprobación y garantía y seguridad de lo que dicen que es su fe.
La iniciativa siempre es de Dios y es
gratuita. Esta experiencia es para quienes se fían y aman sin pedir más de lo que Dios ya nos ha dado.
¿Queremos más milagros y apariciones?
No suele ser señal de buena fe.
“Mirad
mis manos y mis pies; soy Yo mismo.
Palpadme y miradme bien, los espíritus no tienen carne y huesos
como veis que tengo Yo”
Como les veía sorprendidos, y con tanta
alegría que todavía no se lo creían, les dijo:
“¿No
tenéis aquí algo para comer?”
Nos debe llenar de asombro tener la Gracia de poder creer que Dios,
en Cristo Jesús, ha sido Hombre
verdadero, que ha muerto, ha sido sepultado y ha resucitado. Hasta comer con nosotros y dejarse tocar
después de resucitado.
Como dice S. Juan de la Cruz, “no pidamos ni esperemos más milagros”
"A esto me refería cuando, estando aún con vosotros,
os anuncié que todo lo que está escrito acerca de mí en la ley de Moisés,
en los libros de los profetas y en los salmos, tenía que cumplirse.
Entonces les abrió la mente para que comprendieran las Escrituras"
"Vosotros sois testigos"
No basta con creer, que es pura
gratuidad, menos aún, pensar que Cristo no es necesario para la vida y para la
realidad de la inmortalidad, el mundo necesita testigos.
De indiferentes
está lleno, y en la misma Iglesia.
F. Allara
SANTO DEL DÍA
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