EL PAN, SIGNO
DE ALIMENTO ESPIRITUAL
Meditación-Oración de la PALABRA DE DIOS
Animación a la lectura PALABRA DE DIOS
5 minutos en nuestro "día a día"
(Clic en los textos para leer)
Hechos 7,51-8,1 |
Salmos 30
Juan 6, 30-3530 –¿Y qué señal puedes darnos –le preguntaron– para que, al verla, te creamos? ¿Cuáles son tus obras? 31 Nuestros antepasados comieron el maná en el desierto, como dice la Escritura: ‘Dios les dio a comer pan del cielo.’ 32 Jesús les contestó: –Os aseguro que no fue Moisés quien os dio el pan del cielo. ¡Mi Padre es quien os da el verdadero pan del cielo! 33 Porque el pan que Dios da es aquel que ha bajado del cielo y da vida al mundo. 34 Ellos le pidieron: –Señor, danos siempre ese pan. 35 Y Jesús les dijo: –Yo soy el pan que da vida. El que viene a mí, nunca más tendrá hambre, y el que en mí cree, nunca más tendrá sed. |
DÍA 16 ABRIL CICLO -B
El
pan era y es el alimento básico del pobre.
Ahora
bien, el alimento verdadero del ser
humano es el pan de una veraz y sincera comunicación;
por llevar la huella de necesitar ser relación
con los demás desde su íntima verdad.
La
persona es su propio alimento si sabe y tiene una buena relación consigo misma, y es consciente de vivir desde su interior para
ser evidente y en verdad en su
relación con el prójimo, sin necesitar de los “medios actuales de incomunicación humana”.
Es
muy normal asentir y hasta aceptar cualquier
información,
pero cuando se trata de Dios somos como la
gente de su pueblo.
“¿Qué señal prodigiosa nos muestras para que te
creamos?
¿Cuáles son tus
obras?
Pedimos señales prodigiosas,
como si fuéramos señores dueños de la
vida, con dignidad y poder para pedirle razones a Dios.
Cuando
olvidamos lo que somos y de dónde procedemos, somos capaces de cambiar lo que debe ser nuestro
interrogante, exigiendo “irracionalmente” prodigios a Dios.
El
pueblo recuerda el maná, que fue pan bajado del cielo, sin advertir que
no era sólo alimento, sino signo
de comunicación y de relación de Dios, manifestándoles su Amor más que su poder.
El
pueblo,
como le sucedió a Jesús en el hecho de la multiplicación
de los panes, recordaba el pan sin
saber valorar el signo.
El prodigio
que
no aceptamos es el hecho de la revelación, comunicación y relación que
Dios ha querido tener con el ser humano, como razón de ser creado sobre todas las riquezas materiales.
No
nos detenemos a entender la trascendencia de estas palabras:
“Mi Padre es el que os da el auténtico pan del
cielo”
Seguimos
materializando las palabras sin querer entender el signo.
¿Qué
alimenta un trocito de pan de la Mesa? Nada.
¿Somos
capaces de valorar lo que ha supuesto de Vida, de sufrimiento, de humillación y
de muerte, de omnipotencia de Amor este pedacito
de pan?
Si
no valoramos el
signo,
que es de Presencia, de mutua relación personal, de verdadera
intercomunicación, es que no queremos valorar el prodigio de Amor
divino, desde su poder de humildad, para hacerse “uno de tantos” y ser así la única manera de poder ser
Dios-con-nosotros.
Un
Dios que se ha dignado anonadarse para
entrar en nuestro propio hogar, con el fin de poder ser
comensales de su Mesa, donde
el pan es su mismo Cuerpo dado en vida y en muerte, y la bebida es su misma Sangre derramada, para poder vivir humanamente
las primicias de un Banquete eterno
en el tiempo.
Quien
cree el signo dice:
“Señor, danos siempre de este pan”
A
lo que responde Jesús:
"Yo soy el pan que da vida
El que viene a mí, nunca mas tendrá hambre,
y el que en mi cree, nunca más tendrá sed"
F. Allara
SANTO DEL DÍA
SAN FRUCTUOSO DE BRAGA, MONJE Y OBISPO
PANGE LINGUA GLORIOSI
UN LIBRO PARA ORAR
Los creyentes católicos, no sólo celebramos el Memorial de Cristo Muerto y Resucitado,
Este Pan es Presencia viva de la Humanidad de Cristo resucitado,
No hay comentarios:
Publicar un comentario