CREER A QUIEN SE NOS HA ENVIADO
Meditación-Oración de la PALABRA DE DIOS
Animación a la lectura PALABRA DE DIOS
5 minutos en nuestro "día a día"
(Clic en los textos para leer)
Hechos 6, 8-15
Salmos 118
Juan 6,22-29
DÍA 15 ABRIL CICLO B
¿A
quién escribo?
(Un mensaje diferente, pero que considero necesario)
·
A
todos los seres humanos que buscan la verdad en su vida y
no se cierran a la cuadratura de su
hogar, de su pensamiento o de su propia manera de ver la vida.
·
A
los que tienen las ventanas abiertas para que se airee su hogar y
no se contamine con ideas estáticas.
·
A
quienes dejan la puerta abierta para que puedan entrar “los que piensan”,
aunque no sean iguales las ideas.
·
A
los que sienten latir el corazón por la realidad de la vida;
·
A
los que tienen su alma herida, pero no su espíritu;
·
A
los que
dan la mano en ayuda, aunque ellos
la necesiten para poder levantarse.
·
A
los que creen, porque:
a. Revelan un sí a la vida, aun
caminando en búsqueda por senderos y
caminos desconocidos,
b. Por revelar positivamente caminar sin negar.
Digo
esto porque la fe, que recibo por pura gratuidad, me permite hablar de Dios, pero no me cierra en una institución que priva mi libertad.
Es
el Dios que se ha dignado hacerse igual a
mí y, por no tener hogar
propio, se ha dignado llamar a mi puerta,
como llama a la tuya, no por
necesitar descanso y pan, que lo sabe
multiplicar, sino porque, no mira dónde llama por ser Dios, que ama con amor abierto a
toda raza, lengua, nación y religión, y no lleva cuentas del mal por
ser Justo.
Ø Escribo
para decirte que, si hablo comentando el
Evangelio y quiero hacerlo con el amor que Dios se merece, que ha
consentido ser condenado y morir de amor
por todos, es por considerarlo como misión, responsabilidad y un deber hacerlo acogiendo
sus propias palabras: “id a todo el mundo”, que
nunca han sido desear cerrarnos en un
templo ni en una institución.
Ø Deseo que mis reflexiones lleguen a
todos con actitud de diálogo y de mutua ayuda en el camino de la vida y,
si hablo con precisión desde la fe es porque,
sólo la verdad que nos comunicamos nos ayuda, mutuamente,
a crecer unidos en ella o hacia ella.
Lo
digo hoy por considerar su palabra dirigida a los que le seguían -capaces
de preguntar cuándo y cómo había llegado a la otra orilla y, de dar la vuelta
al Lago por seguirle-.
Estas
palabras nos las dice hoy a
todos nosotros:
“No os preocupéis tanto por este alimento que
fenece,
sino por el que dura siempre y da la vida eterna”
“¿Qué hemos de hacer para cumplir lo que Dios
quiere?, preguntaron.
Lo que Dios quiere es que creáis en aquel que Él ha
enviado”
Como
cristianos no podemos,
en Nombre del Dios que conocemos, encerrarnos
en nuestros templos e instituciones y
menos en nuestro “clan”, sino
corresponder a lo que Cristo se merece
desde la fe:
-
Por
nuestro propio bien,
-
Por
la dignidad de la Verdad conocida y
-
Por
bien del prójimo.
¡Es
maravilloso encontrarnos llegando
por caminos diversos!
Desde
lo humano, corresponder a amor y a una amistad no es cerrarse, ni dogmatizar, y
menos separar.
La Verdad une, las verdades crean las diferencias que Dios no quiere.
F. Allara
SANTO DEL DÍA
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