LOS ÚLTIMOS TIEMPOS DE JESÚS
Meditación-Oración de la PALABRA DE DIOS
Animación a la lectura PALABRA DE DIOS
5 minutos en nuestro "día a día"
Juan 10,31-42 |
DÍA 22 MARZO CICLO -B
Los
tiempos últimos de Jesús, sobre todo en la teología de Juan,
fueron de discusión con los fariseos y los letrados.
Las
discusiones son habituales porque son de razón.
Cuando
la vida llega a sus límites solemos descender de la razón para
buscar la mano que abra espacios al límite, y la nueva forma de relación es escuchar.
Mientras, a
lo que se llama diálogo, sea querer
sobreponer nuestra razón es
que, el dolor propio y ajeno aún no ahoga el corazón.
El
verdadero amor al prójimo puede
adelantar nuestras formas de dialogar sobre Dios, no cayendo en la
irracionalidad de exigirle más de lo que ha hecho.
Los
fariseos y letrados tenían a Abraham y al Dios que conocían por sus hechos,
Nosotros
tenemos a Dios conocido por los hechos de Jesús;
nos acogemos a ello o
nada.
Contradice
tener a Dios en el corazón y querer apedrear, sin caer en la
gravedad del juicio personal sobre el prójimo en Nombre de un Dios
siempre bueno.
“Los
judíos volvieron a coger piedras para apedrear a Jesús”
Jesús
les dice que “le habían visto hacer
muchas obras buenas, que procedían de su Padre”
"¿Por
cuál de estas obras me queréis apedrear?"
¿Conocemos
y aceptamos las obras buenas de Jesús, que son la realidad de
toda su vida en bien del prójimo, sobre todo de los más pobres de su Pueblo, como revelación del Amor del Padre?
“No
te queremos apedrear por ninguna obra buena,
sino por tus blasfemias, porque tú,
que eres un hombre, te haces Dios”
Aceptan
sus buenas obras, pero no pueden creer que,
siendo un hombre verdadero, que también lo reconocen, sea Dios.
Es el problema de la fe.
Es
fácil quedarse con el atributo de la omnipotencia divina, como resulta fácil
negar la misma omnipotencia cuando Dios,
por amor y sólo por amor a nuestra vida sin salida, ha querido, desde su Sabiduría, visitarnos Él mismo en la Persona divina del Hijo.
Hoy
no echamos piedras físicas, pero sí
las de la indiferencia o la incredulidad
ante la obra buena de aparecer Dios
hecho hombre como uno de tantos, que es como podía ser Dios-con-nosotros, porque nadie lo puede
ver sin pasar por la muerte o por la del verdadero amor, que permite ver
desde la luz de la fe.
A
pesar de que el mundo nos quiere mostrar que, la negación de Dios es la verdad
alcanzada en el progreso… ¡Podemos
afirmar que hay mucha fe en medio de
este mundo!
La
vida del ser humano hay que conocerla en la verdad oculta de su corazón.
Y
lo que hoy calla la boca lo pronuncia la vida en su verdad interior,
no siempre advertida por el mundo indiferente.
“Si
a mí no queréis creerme, creed lo que dicen mis obras;
así
sabréis que el Padre está en mí y yo en el Padre”
F. Allara
SANTO DEL DÍA
S. LEA, VIUDA ROMANA
Clic en la imagen
CANTO DE ADORACIÓN
No hay comentarios:
Publicar un comentario