EL JUSTO SAN JOSÉ
Creado para una vocación singular
Meditación-Oración de la PALABRA DE DIOS
Animación a la lectura PALABRA DE DIOS
5 minutos en nuestro "día a día"
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19 MARZO FESTIVIDAD DE SAN JOSÉ CICLO B
Ante
San José,
como con María, lo propio es quedar contemplando su vida, la que
deducimos de la Palabra de Dios, tan
propia a revelarnos lo esencial para nuestra
fe, enseñándonos que la Verdad no
necesita de palabras, sino del asombro que nos hace capaces de ver lo que nos dice, sin caer en
subjetivas imaginaciones.
La
primera lectura
nos ofrece la palabra de Dios dirigida a Natán para ser pronunciada a David. Palabra que recibimos con fe:
“De
su descendencia nacerá un sucesor que construirá un templo dedicado a su
nombre”
No será un templo material, sino un Templo espiritual personal, porque Quien será este Templo, “Dios será su Padre y Él será para Dios un Hijo”
Romanos 4,13-22
La
fe
no es tal fe cuando no cree ni vive ni se fundamenta en la realidad histórica -trascendida
de lo que es puramente histórico y comprobable- que nos revela la Palabra:
· De muchas y diferentes maneras habla
Dios a
la integridad de nuestro ser, desde la Creación del Universo hasta la plenitud
de los tiempos en que la Palabra se hizo Hombre en las entrañas de
María.
En
este tiempo de relativismo, sincretismo, subjetivismo y superficialidad, necesitamos
examinarnos de lo que creemos, o de lo que confundimos por fe, para bien
de nuestra propia garantía humana de creyentes.
No
procedemos de la
Ley, ni nos salva.
Como
dice S. Pablo, si la Ley nos hubiera justificado y salvado no hubiera hecho
falta la venida del Hijo al
mundo.
Nos salva la fe;
la que tuvo Abraham dejando tierra y casa para salir sin saber a dónde iba, siendo capaz de confiar en Dios hasta responder a lo que
le pedía como prueba.
Nuestra
descendencia va más allá de Moisés y la Ley.
Nuestro
tiempo exige de nosotros dar razones de nuestra fe, y
si no se apoya en la Verdad, revelada aceptada, no tiene las razones para ofrecer
la fe ni educar en ella.
Desde
la fe releemos el Evangelio que nos da los datos históricos
trascendidos:
Jacob fue el padre de José, el esposo de María, de la cual -no de José-, nació Jesús, el Mesías"
24 Cuando José despertó, hizo lo que el ángel del Señor le había ordenado, y tomó a María por esposa" | ||
He
empezado diciendo que, más que palabras, la
figura de José debe ser contemplada en oración, en relación espiritual
con él, para recibir de su vida las enseñanzas que, en la medida de
nuestra humildad, somos capaces de aceptar y conocer para asombrarnos de
su fe, de su confianza en Dios, de
su abandono a su voluntad y, sobre todo, de advertir la objetividad del
amor.
José
fue creado para una vocación
singular, ser el esposo de María, la
virgen inmaculada llena de Gracia, y ser tutor del Hijos de Dios, el Cristo,
nacido por obra del Espíritu Santo de las entrañas de María.
De tal vocación vivida,
con el signo de que vivimos para cumplir la vocación y morir después, nos asombramos de su Vida y porqué es
llamado el Justo S. José.
¿Somos
capaces de descubrir la verdad objetiva de su
amor?
F.
Allara
SANTO DEL DÍA
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