¿PENSAMOS LA VIDA COMO VOCACIÓN?
Meditación-Oración de la PALABRA DE DIOS
5 minutos de nuestro "día a día"
Lucas 5,27-32
DÍA 17 FEBRERO CICLO -B
Vocación
es el deseo personal de emprender la vida hacia un fin temporal sin
contar todavía con las aptitudes y
conocimientos que lo concreten.
Vivir
la vida con deseo vocacional es contemplarla con intención de fin y
de sentido,
sea
para una profesión o cualquier forma de dedicación personal.
La
vida sin este deseo,
de definirla desde una opción que tiende hacia un fin, es signo
de ser una existencia indefinida movida por el viento que la
mueve incluso a situaciones que no quiere.
Es
la vida misma la que nos exige una determinación de sentido y fin.
Desde
este planteamiento vocacional de la vida es desde donde surgen los caminos
sin el conocimiento de cómo son y si se puede andar por ellos.
Optar
es empezar a caminar para ver las aptitudes.
Este
paso del deseo a andar muestra el conocimiento
del camino y la capacidad de poder vivirlo.
La
vida vivida con sentido es la que ayuda a discernir lo que en
verdad se quiere de la propia vida.
Vivir
con sentido vocacional es lo que ilumina las concreciones de la vida,
sea para una profesión o para cualquier
otra forma de darse a los demás.
La
vida así vivida es en sí misma un servicio de gran valor para el bien del
prójimo.
Este
vivir es religioso por
estar trascendido de sentido y fin. Es como se puede llegar a una opción
de respuesta de fe, a lo que se llama propiamente vocación religiosa;
que no surge espontánea, sino que siempre debería ser la consecuencia de una vida vivida con sentido.
La
vida propiamente religiosa ha de comenzar, también, desde un deseo por conocer su realidad
y las aptitudes con las que se puede llegar a vivir.
En
ningún caso debe ser un salto de la imaginación fantástica a recorrer el
camino.
No
pensemos que Leví, que llegó a ser el apóstol Mateo, respondió a Jesús inmediatamente,
aunque así se nos describa.
Mateo
vivía como cobrador de impuestos, y por tanto, enemigo del
Pueblo, con deseo vocacional buscando un sentido y fin que
no hallaba en su profesión.
Por
esto, cuando Jesús pasa por delante y le
dice: “Ven conmigo”, Mateo
se levanta inmediatamente porque vio el camino de sentido y fin
deseado.
La
fiesta que organiza,
invitando a mucha gente, es signo de haber hallado el por qué de
su vida, su razón de ser y su fin, sin temor a lo que pueda suceder de
dejarlo todo por la vocación que vio clara y definida.
Desde
la fe vemos que Jesús actúa como Hombre libre,
que sabe de su misión y de su vocación desde la luz de su unción del
Espíritu en el Jordán, donde el Padre
se complace en Él.
"Los que gozan de buena salud no necesitan médico,
sino los enfermos.
Yo no he venido a llamar a los justos,
sino a los pecadores, para que se conviertan a Dios"
F. Allara
(clic en el enlace)
DEJARME HACER
en tus manos, Señor...
No hay comentarios:
Publicar un comentario