PARA CREER EN EL AMOR ES NECESARIA LA FE
Meditación-Oración de la PALABRA DE DIOS
5 minutos de nuestro "día a día"
Mateo 5,20-26
DÍA 23 FEBRERO CUCLO B
La
vida humana gira alrededor del amor o del desamor.
La
razón no es la que mueve el mundo, sino el amor.
La
razón suele dividir a los humanos, el amor los une.
El
amor es una virtud que nace con el ser humano, pero la realidad en la que
vive cada uno hace que la virtud, que nos realizaría en
verdad y en libertad, sea entendida
y experimentada de manera muy diferente; incluso ignorándola, siendo
comprendida negativamente, y dándose cada vez con más frecuencia la experiencia
del desamor.
El
amor,
aunque su huella esté en el ser humano, no
es una virtud subjetiva, como
no lo es la verdad; no es lo que cada uno piensa de él, y
menos de lo que deduce de la experiencia personal del amor.
Todo
en la vida precisa formación, conocimiento objetivo, dedicación y educación,
¿Se
procura esto referido al amor, cuando es tan importante para la vida personal y para la
convivencia humana?
¿Qué
referencias humanas buscamos cuando, acertar en el amor es ganar en bien para la libertad y la paz de la
propia vida?
“Yo os digo que, si no sois más justos del que son
los Maestros de la Ley y los fariseos,
no
entraréis al Reino de los cielos”
El
amor llega después de la justicia.
Examinémonos
primero para ver si somos justos y con quién; para saber si podemos pasar a examinarnos del amor.
El
Reino de los cielos está establecido en el aquí del mundo.
Quien no es justo ahora y aquí, no entiende el Amor de
Jesús, ni llega a su encuentro.
No
es fácil creer en el Amor de Jesús tal como lo vivió y nos lo
pide como creyentes.
Decir
“yo creo” y,
no
procurar vivir “semejante a como Él vivió” es mentirnos a nosotros mismos
y negarle a Él.
Jesús
exige no enfadarse con el prójimo, ni menospreciarle,
ni insultarle. Tres aspectos que
van de menos a más.
Puede
que no le demos demasiada importancia o que nos excusemos según la medida
en que se viva, sin embargo, ¿no es esta
la realidad del mundo?
¡Cuántos
enfados con memoria! ¡Cuánto desprecio del prójimo!
Y
no digamos del insulto, porque hoy es más común que el pan.
Pero
hemos de dar un paso más y escuchar lo
que añade Jesús, porque no es sólo en el mundo donde pasa, sino dentro de
la Comunidad eclesial.
“Si
cuando vas a presentar tu ofrenda sobre el
altar,
te acuerdas allí mismo de que tu hermano
-que es todo prójimo-,
tiene quejas contra ti, deja tu ofrenda
y ve primero a reconciliarte
con tu hermano”
Creyentes o no, ¡qué difícil ser justos y poder hablar de amor!
F. Allara
S. POLICARPO, OBISPO DE ESMIRNA Y MÁRTIR
LÁMPARA ES TU PALABRA PARA MIS PASOS
luz en mis senderos...
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