DIOS NOS CREA A TODOS
CON LA MISMA LIBERTAD Y DIGNIDAD
Meditación-Oración de la PALABRA DE DIOS
Animación a la lectura PALABRA DE DIOS 5 minutos de nuestro "día a día" |
Lucas 16,19-31
DÍA 29 FEBRERO CICLO -B
Una
de las advertencias del texto es que, del
hombre rico que
vestía de púrpura y lino finísimo y, cada día celebraba fiestas espléndidas, no se pronuncie su nombre para nada;
sin embargo es resaltado el pobre Lázaro.
Para
Dios es tan digno el pobre como el rico; los ha creado a ambos con
la misma dignidad y por los dos ha dado la vida.
¿Por
qué ha creado al pobre?
Para Dios no hay distinción al crear.
Somos nosotros los que creamos la diferencia.
Dios
nos crea a todos con la misma libertad y dignidad,
pero al nacer nos encontramos con la realidad de cada presente, que
tampoco la crea Dios, que creó un Universo para todos los
seres humanos iguales.
Pero
dada la realidad, viene la respuesta del hombre al prójimo.
Dios ha creado igual al rico que a Lázaro, pero la realidad es que
“el
rico puede vestir de lino y banquetear y el pobre, estirado en el portal,
espera satisfacer el hambre con las migajas que caigan de la mesa del rico”.
Esta
es una realidad, desgraciadamente, muy actual hoy y desde siempre.
Millones
de seres humanos no tienen ni las migajas, porque mueren de hambre, mientras
nosotros seguimos banqueteando olvidados de los que no pueden ni esperar.
No
es una parábola de Jesús dicha en su
tiempo, es la realidad de siempre.
¿Qué
dice el texto?
Dios no ha creado el mal. Éste es consecuencia de la arbitrariedad de la libertad del ser humano, y puede ser medio de salvación del rico y del pobre.
El rico no solo dejando de vestir lujosamente pensando en el pobre que, llagado, está en su puerta, sino también con dos actitudes importantes:
- Advertir,
ver al prójimo;
porque el rico pasa inconscientemente de darse cuenta de que a su puerta yace
un pobre con hambre.´
- Darle
de comer,
no de lo que sobra, y si quiere más gloria, sentándolo a su mesa.
Como
dice Jesús:
“Cuando deis un banquete
convidad a quien no os puede devolver
lo que le habéis
dado”.
El pobre aceptando la realidad de su pobreza sin
rebelarse contra Dios y contra el rico.
Difícil
es convertirnos, siendo ricos o pobres, de
lo que no tiene culpa Dios, que
nos espera en su Reino en la medida
en que lo hayamos entendido y vivido bien en la tierra; cada uno en su tiempo.
Desde
la fe dos cosas esenciales:
· No
esperemos, viviendo sin amor y sin fe, y además inconscientes de la realidad
del prójimo, un cielo demasiado gratuito.
· “Si no hacen caso de Moisés y de los Profetas, ni que resucite un muerto no se dejarán convencer"
F. Allara
S. AUGUSTO CHAPDELAINE, MÁRTIR
LOS INCONTABLES
Para ti son quienes cuentan,
son tu rostro, Señor, crucificado
Son tu rostro, señor, resucitado, eres Tú.
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