martes, 23 de enero de 2024

 ¿QUIÉN ES MI MADRE Y MIS PARIENTES?  

       Meditación-Oración de la PALABRA DE DIOS

Fray Federico Allara O.F.M




Animación a la lectura PALABRA DE DIOS

5 minutos de nuestro "día a día"



2 Sam 6,12-19 
David traslada el arca del Señor a Jerusalén
(1 Cr 15.1–16.6)
12 Cuando contaron al rey David que por causa del arca el Señor había bendecido a la familia de Obed-edom junto con todas sus pertenencias, David fue y, con gran alegría, trasladó el arca de Dios de la casa de Obed-edom a la Ciudad de David. 13 Y cuando los que llevaban el arca del Señor habían dado ya seis pasos, David sacrificó un toro y un carnero gordo.
14 David iba vestido con un efod de lino y danzaba con gran entusiasmo, 15 y tanto él como todos los israelitas llevaban el arca del Señor entre gritos de alegría y toques de trompetas.
16 Cuando el arca del Señor llegó a la Ciudad de David, Mical, la hija de Saúl, se asomó a la ventana y vio al rey David saltando y bailando delante del Señor; y sintió hacia él un profundo desprecio.

17 El arca del Señor fue llevada y puesta en su lugar en el interior de una tienda de campaña que David había levantado con tal propósito. En seguida, David ofreció holocaustos y sacrificios de reconciliación delante del Señor, 18 y cuando terminó de ofrecerlos, bendijo al pueblo en el nombre del Señor todopoderoso, 19 y a todos los israelitas allí presentes, hombres y mujeres, les dio un pan, una torta de dátiles y otra de pasas. Después todos se volvieron a sus casas"


DIA 23 ENERO  CICLO  -B


¡Dios, para llegar a salvar a toda la Humanidad, eligió un Pueblo de esclavos!

El amor se experimenta desde la condición de no merecerlo; pero la misma gratuidad, no reconocida ni agradecida, puede hacer caer en el error de pensar que todo es gratuito en la vida. Esta ignorancia hace que se deseen bienes que no lo son, perdiendo los poseídos.

De muchas maneras Dios se ha hecho presente al Pueblo elegido.

Hoy revivimos el traslado del Arca a la ciudad de David celebrando una gran fiesta.

La Presencia de Dios reconocida en el Arca, por David y el Pueblo, era real y se crea la razón de festejarla con toda alegría.

No puede ser reconocido como real lo que es puramente subjetivo.

Las presencias divinas y humanas son reales o son senderos hacia lo real, porque los humanos necesitamos encuentros reales, no sólo imaginados.



La madre y los hermanos de Jesús
(Mt 12.46-50; Lc 8.19-21)
31 Entre tanto, llegaron la madre y los hermanos de Jesús, pero se quedaron fuera y mandaron llamarle. 32 La gente que estaba sentada alrededor de Jesús le avisó:
–Tu madre, tus hermanos y tus hermanass están fuera y te buscan.
33 Él les contestó:
–¿Quiénes son mi madre y mis hermanos?
34 Y mirando a los que estaban sentados a su alrededor, añadió:

–Estos son mi madre y mis hermanos. 35 Todo el que hace la voluntad de Dios, ese es mi hermano, mi hermana y mi madre.



La presencia de la madre de Jesús y sus familiares llamándole desde fuera nos da a entender la multitud que rodeaba a Jesús.

“Tu madre y tus parientes están ahí fuera porque quieren verte”

En la Humanidad de Jesús vemos los momentos de familiaridad muy humana y los que vive como enviado del Padre.

A los doce años dio el gran susto a María, su Madre, y a José respondiendo,

¿Por qué me buscabais?

¿No sabíais que es necesario 

que yo esté en las cosas de mi Padre?” (Lc 2,49)


“Es necesario” nos quiere decir:


Quien pone la mano en el arado y 

vuelve la vista atrás no es digno de Mí


“Poner la mano en el arado” no hay que pensarlo sólo desde nuestras vocaciones, sino desde la gratuidad del bautismo, por ser éste la vocación del cristiano; aunque pensemos poco en esta primera llamada.

El bautismo nos incorpora a Cristo resucitado como verdaderos hijos y herederos.

A la edad que sea, la primera concienciación, como creyentes, debe ser aceptar lo que Dios ha hecho al bautizarnos poniéndonos nombre y, haciéndonos hijos con derecho a llamar a Dios “Abba”, Padre.

Esta es la realidad que supera todo subjetivismo religioso y la que no permite quitar la mano del arado: el bautismo.

El bautismo nos hace dignos miembros del Cuerpo de Cristo, que es la Iglesia, de la que recibimos los alimentos necesarios y objetivos de la fe.

Iglesia católica de la que no debemos quitar la mano del arado, donde es posible toda la singularidad de creyentes y todo el pluralismo desde la unidad.

De ahí la respuesta de Jesús:


Estos son mi madre y mis familiares:

“todos los que cumplen la voluntad de Dios, 

son mi pariente y mi madre


La voluntad del Padre es creer en el que nos ha enviado.

María es la primera en ser “su madre” y Madre verdadera.                  


 F. Allara


MI FAMILIA ES QUIEN ECUCHA A MI PADRE

Y AMA DE CORAZÓN A SUS HERMANOS








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