MIENTRAS LA BARCA SE HUNDE, ¿DIOS DUERME?
Meditación-Oración de la PALABRA DE DIOS
5 minutos de nuestro "día a día"
El profeta Natán reprende a David 1 El Señor envió al profeta Natán a ver a David. Cuando Natán se presentó ante él, le dijo: –En una ciudad había dos hombres: uno era rico y el otro pobre. 2 El rico tenía gran cantidad de ovejas y vacas, 3 mientras que el pobre no tenía más que una ovejita que había comprado. Él mismo la crio, y la ovejita creció en compañía suya y de sus hijos; comía de su misma comida, bebía en su mismo vaso y dormía en su pecho. ¡Aquel hombre la quería como a una hija! 4 Un día, un viajero llegó a visitar al hombre rico, el cual no quiso tomar ninguna de sus ovejas o vacas para preparar comida a su visitante, sino que le quitó al hombre pobre su ovejita y la preparó para ofrecérsela al que había llegado. 5 David se enfureció mucho contra aquel hombre, y dijo a Natán: –¡Te juro por Dios que quien ha hecho tal cosa merece la muerte! 6 ¡Y debe pagar cuatro veces el valor de la ovejita, porque actuó sin mostrar ninguna compasión! 7 Entonces Natán le dijo: –¡Tú eres ese hombre! Y esto es lo que ha declarado el Señor, el Dios de Israel: ‘Yo te escogí como rey de Israel y te libré del poder de Saúl; |
10 Puesto que me has menospreciado al apoderarte de la esposa de Urías el hitita para hacerla tu mujer, jamás se apartará de tu casa la violencia. 11 Yo, el Señor, lo declaro: Voy a hacer que el mal contra ti surja de tu propia familia, y en tu propia cara tomaré a tus mujeres y las entregaré a uno de tu familia, que se acostará con ellas a plena luz del sol. 12 Si tú has actuado en secreto, yo voy a actuar en presencia de todo Israel y a plena luz del sol.’ 13 David admitió ante Natán: –He pecado contra el Señor. Natán le respondió: –El Señor no te va a castigar a ti por tu pecado, y no morirás; 14 pero como has ofendido gravemente al Señor, tu hijo recién nacido tendrá que morir. 15 Y cuando Natán volvió a su casa, el Señor hizo que el niño que David había tenido con la mujer de Urías enfermara gravemente. 16 Entonces David rogó a Dios por el niño, y ayunó y se pasó las noches acostado en el suelo. 17 Los ancianos que vivían en su palacio acudían a rogarle que se levantara del suelo, pero él se negaba a hacerlo, y tampoco comía con ellos" |
DIA 27 ENERO CICLO B
Dos grandes
meditaciones entre muchas.
1. El pecado de David.
Natán dijo a David:
“Este hombre eres tú”. Este
“hombre” somos nosotros.
Dios
nos ha dado la vida de la nada y creado a
su imagen y semejanza, como
no lo ha hecho con ninguna otra criatura. Sólo esto es suficiente para vivir dando gracias a Dios toda la vida, además
de haber
muerto por nosotros.
Lo
triste es que, en lugar de vivir en libertad
y amor, muchas veces utilizamos los talentos a nuestro favor esclavizando la propia
vida y la ajena.
¡Cuánto
hemos de agradecer su Amor de eterna Misericordia!
Siendo
enemigos ha venido a liberarnos y
salvarnos en la Persona del Hijo.
El hecho de reconocer nuestro pecado es Gracia de Dios.
Recitemos con fe el Salmo
50:
“Misericordia, Dios mío, por tu bondad,
por tu inmensa bondad borra mi culpa,
Lava del todo mi delito, limpia mi
pecado.
Pues yo reconozco mi culpa, tengo siempre presente mi pecado:
Contra ti, contra ti solo pequé,
cometí
la maldad que aborreces…”
A
todos nos salva la Misericordia divina, como perdonó a David su
culpa.
2. Dios sigue siendo fiel aun cuando
nosotros somos infieles.
Dios
no se desdijo de lo que le había prometido a David. Descendiente
de David es Cristo Jesús, nacido de María.
Su Plan de Salvación no depende de cómo sean nuestras vidas, sino de su eterna Misericordia.
Dijo
Jesús a sus discípulos: “Pasemos a la otra orilla”
Todos hemos de pasar a la otra orilla.
Nuestro
destino no es morir. Tenemos un alma inmortal.
No hay ser humano que no desee ser inmortal. El error es quererlo sólo para esta vida, porque los honores ahí se quedan.
A la otra ribera va el espíritu con lo que ha sido la vida.
Despertar
del sueño de la noche es ver la Luz
que ya no ciega; desde la siembra, hecha con libertad de espíritu o la oscuridad, como grano florecido.
El temporal es normal dentro de la
realidad de nuestra vida. Hay
que demostrar tener fe en medio del
temporal, no cuando se ha hecho el milagro.
¿Cabe
pensar que Cristo, estando en la barca, aunque esté dormido, puede ser vencido
por la criatura el agua?
Estando
Cristo en mi barca puedo hundirme yo si
pretendo utilizar solo mis fuerzas en
el intento de salvarme del temporal,
pero nunca si Él va conmigo.
La respuesta de Jesús fue:
“¿Por qué tenéis miedo? ¿Todavía no tenéis
fe?”
Después del peligro se preguntan:
¿Quién debe ser éste, que hasta el viento y
el agua le obedecen?
No
hablemos tanto del bien o del mal de la Iglesia; antes preguntémonos si tenemos fe, en medio
del temporal, estando Él en la barca.
F.
Allara
SANTOS DEL DÍA: SANTA ÁNGELA MÉRICI, VIRGEN
FUNDADORA DE LAS URSULINAS
EL BARRO QUE AMO
DEJAME MODELARTE A MI IMAGEN...
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