ELECCIÓN DE LEVI
LA JUSTICIA PRECEDE AL AMOR Y TAMBIÉN A LA VERDAD
Meditación-Oración de la PALABRA DE DIOS
5 minutos de nuestro "día a día"
Hay que ser justos,
pues la Justicia precede al Amor y
también a la Verdad.
Dios es justo y practica la Justicia; así se ha
revelado Jesús en su Vida y así han podido decir de Él que ha
pasado haciendo el Bien; y
como quien ve a Jesús ve al Padre, Dios
es reconocido como Verdad y Amor.
No hay que esperar la tarde de la vida para examinarnos del amor.
Cada tarde hemos de comprobar si
somos justos con Dios y con el prójimo; de no ser así, no hace falta
examinarse del amor.
Una cosa es ver si somos justos y otra creerse justos. Quien se lo cree ya no
lo es.
Sólo Dios es
perfecto, nosotros
hemos de crecer en la justicia y en la
perfección hasta la muerte.
Considerarse justo es detenerse y compararse con los que se juzga que lo son
menos que nosotros, lo cual es el principio
de la vanidad y de la propia injusticia.
Hoy, dentro de la Iglesia, los justos se atreven a juzgar a Pedro, siendo una grave injusticia, porque se ataca
lo más esencial de la Comunidad eclesial, la Piedra que Jesús puso desde
el primer momento que vio a Simón.
Me pregunto si
estos justos no hubieran sido de los
que juzgaron a Jesús cuando al pasar vio a Leví, hijo de Alfeo, y lo
llamó.
¿Quién era Leví? Un enemigo del Pueblo siendo recaudador
de impuestos.
Jesús no sólo lo llamó, sino que se puso a la mesa en su casa con sus discípulos (Leví pasaba a ser uno de ellos) y con otros recaudadores de impuestos.
La frase que sigue
nos da pie a entender que Leví conocía a Jesús y que se sintió
dignificado al ser llamado; por
esto se entiende que, como los
cuatro primeros discípulos, se levantara y se fuera con Jesús.
La frase es:
“Porque había muchos (cobradores) que iban con Él”
Jesús no predica una moral de amor al enemigo, sino que expone su vida llamando a los que el Pueblo considera pecadores y enemigos; como les dicen a sus discípulos los fariseos y maestros de la Ley:
“Vuestro Maestro come con cobradores
de impuestos y pecadores”
A lo que Jesús responde que "no son los que están bien los
que necesitan al médico, sino los enfermos”.
¿Quiénes son los enfermos?
Los que se
consideran justos y más buenos que los demás.
Jesús continúa:
"No
he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores”
Entonces ¿hay que ser pecadores? Por desgracia lo somos.
Dice S. Juan:
“Si afirmamos no haber pecado nunca,
dejamos a Dios por embustero“. (1 Jn 1,10)
Reconocer el pecado es Gracia de Dios que invita a
reconocer su Bondad en Cristo.
Lo grave es justificarlo y considerarse justo.
F. Allara
CON AMOR ETERNO TE AMO
te dice DIOS
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