miércoles, 10 de enero de 2024

 DORMIR EN EL SANTUARIO, ALLÍ ESTABA EL ARCA DE DIOS

Meditación-Oración de la PALABRA DE DIOS

Fray Federico Allara O.F.M 



Animación a la lectura PALABRA DE DIOS

5 minutos de nuestro "día a día"


El Señor llama a Samuel
El joven Samuel seguía sirviendo al Señor bajo las órdenes de Elí. En aquella época era muy raro que el Señor comunicara a alguien un mensaje; no era frecuente que alguien tuviera una visión. Pero un día Elí, que había comenzado a quedarse ciego y no podía ver bien, estaba durmiendo en su habitación. Samuel estaba acostado en el templo del Señor, donde se encontraba el arca de Dios.c La lámpara del santuario seguía encendida. Entonces el Señor lo llamó:
–¡Samuel!
–¡Aquí estoy! –contestó él.
Luego corrió adonde estaba Elí, y le dijo:
–Aquí me tienes, ¿para qué me querías?
–Yo no te he llamado –contestó Elí–. Vuelve a acostarte  ss................................................
Elí, comprendiendo entonces que era el Señor quien llamaba al joven, le dijo:
–Ve a acostarte, y si el Señor te llama, respóndele: ‘Habla, que tu siervo escucha.’
Entonces Samuel se fue y se acostó en su sitio. 10 Después llegó el Señor, se detuvo y lo llamó igual que antes:
–¡Samuel! ¡Samuel!
–Habla, que tu siervo escucha –contestó Samuel.
19 Samuel creció, y el Señor le ayudó y no dejó de cumplir ninguna de sus promesas. 20 Y todo Israel, desde Dan hasta Beerseba,j reconoció que Samuel era un verdadero profeta del Señor.


DÍA 10 ENERO   CICLO  -B


Me gusta saborear el nacimiento de Samuel, el hijo de Ana. Lo quiso para entregarlo al Señor, y cómo es llamado Samuel, durmiendo donde el Arca.

Dios nos llama desde la eternidad. ¡Es asombroso! Su Pensamiento lo pronuncia la Palabra a su tiempo y llegamos a la vida.

Samuel fue llamado desde el corazón de Ana, su madre, y ella lo entregó al Profeta Elí por ser el primogénito y porque así lo había pedido.

Elí, el Profeta, lo entiende cuando ve repetida la llamada por tres veces.

La respuesta de Samuel: Habla, Señor, que tu siervo escucha”.

¿Qué es lo que hacía Jesús actuando desde su mesianismo?

Vivir en la presencia de su Padre.

¿Qué nos pide Dios para saber de Él y vivir en servicio de amor?

Orar y vivir en su Presencia, y escucharle.

Jesús sana a la suegra de Simón Pedro
(Mt 8.14-15; Lc 4.38-39)
29 Cuando salieron de la sinagoga, Jesús fue con Santiago y Juan a casa de Simón y Andrés. 30 La suegra de Simón estaba en cama, con fiebre. Se lo dijeron a Jesús, 31 y él se acercó, la tomó de la mano y la levantó. Al momento se le quitó la fiebre y se puso a atenderlos.
Jesús sana a muchos enfermosg
(Mt 8.16-17; Lc 4.40-41)
32 Al anochecer, cuando ya se había puesto el sol, llevaron ante Jesús a todos los enfermos y endemoniados, 33 y el pueblo entero se reunió a la puerta. 34 Jesús sanó de toda clase de enfermedades a mucha gente y expulsó a muchos demonios; pero no dejaba hablar a los demonios, porque ellos le conocían.
Jesús anuncia el mensaje en las sinagogas
(Lc 4.42-44)
35 De madrugada, cuando todavía estaba oscuro, Jesús se levantó y salió de la ciudad para ir a orar a un lugar apartado. 36 Simón y sus compañeros fueron en busca de Jesús, 37 y cuando lo encontraron le dijeron:
–Todos te están buscando.
38 Él les contestó:
–Vayamos a otros lugares cercanos a anunciar también allí el mensaje, porque para esto he salido.
39 Así que Jesús andaba por toda Galilea anunciando el mensaje en las sinagogas de cada lugar y expulsando a los demonios.


El Evangelio nos habla de la curación de la suegra de Pedro y de muchos enfermos llevados hasta la puerta de la casa. Más importante que quedarnos con los milagros es contemplar a Jesús.

Muy de mañana, cuando todavía era oscuro, se levantó, se fue a un lugar solitario y se quedó orando.

Jesús era Dios siendo Cristo. En Él y en todos los Santos, que conocemos por haber hecho milagros, creamos que es Dios que actúa en los que viven en su Presencia. Nadie hace milagros ni perdona pecados, si no es Dios.

No nos asombremos de los milagros; creamos que Dios los sigue haciendo por medio de los que viven en su Presencia escuchándole.

Cristo Jesús nos da ejemplo. Pasaba las noches orando para decir y hacer lo que había escuchado del Padre.

Los Santos pasan horas en presencia de Dios, como Samuel. No importa el lugar, porque Dios es el lugar.

¡Cuánta responsabilidad la nuestra sabiendo, por fe, que llega de forma permanente en todos los Altares del mundo y se queda sacramentado!

¿Nos hemos olvidado los creyentes católicos que Dios sigue con nosotros?

Que el mundo lo haya olvidado, y hasta lo niegue pensando que consiente tanto mal, lo comprendemos aceptando su falta habitual de escucha y de buscar su presencia, Pero, ¡que los creyentes pasemos de su Presencia! es más grave que las palabras de duda o negación de los que no lo conocen.

Cuando lo encuentran rezando le dicen que todos lo están buscando.

La respuesta es no situarse en la vida, porque el amor es dinámico y no se detiene ni vive determinado.

“Vamos a otros lugares, a los pueblos vecinos” Esta es mi misión.

La nuestra tal vez no es ir, pero sí, cada uno desde su opción de vida, ha de educar en la Fe y llevar a todos a Dios desde la paz.     

F. Allara









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