SABER OBEDECER ES FUNDAMENTO PARA PODER EDIFICAR
Meditación-Oración de la PALABRA DE DIOS
Animación a la lectura PALABRA DE DIOS
5 minutos de nuestro "día a día"
Pidamos
la Gracia
para entender la trascendencia de la obediencia.
¡Que
la vida es pura obediencia lo demuestra la experiencia!.
Obedece
el más libre,
y obedece inconscientemente aún más el esclavo.
Hay
que conocer
la referencia a la que
apunta nuestra libertad obediente.
María
y José,
tal vez los dos seres humanos más libres, fueron obedientes a la Ley, cuando el estado de su vida, que sólo ellos conocían, de no haber sido libres, les hubiera llevado a creerse superiores a la Ley.
Ellos, pasados los días que mandaba la Ley en
referencia a la purificación, llevaron
a Jesús al Templo para presentar y
consagrar a quien era el Templo. (¿María debía purificarse?).
Dios
escucha en su corazón toda oración de fe y la cumple.
Cuando
la oración es verdadera relación de amor
con Dios, el alma recibe, de alguna manera, la respuesta a su fe a modo de revelación.
No
es puro subjetivismo, sino sentir el alma que Dios responde en
verdad a quien le ama y se confía en fe de
la manera más sencilla y humilde.
María
y José,
con su obediencia a la Ley, hacían realidad
la respuesta de Dios a Simeón, que rezaba deseando no morir sin haber visto al Mesías del Señor.
No
nos dice el texto que así oraba también Ana, pero deducimos que, a quien
permanece en oración confiada, Dios le responde. Ana vio por estar orando.
Nos
debe asombrar y debemos meditar la respuesta de Simeón con Jesús
en sus brazos:
“Ahora, Señor, dejad que vuestro servidor
muera en paz. Mis ojos han visto al Salvador”.
La
oración asidua y la experiencia desde lo más profundo del alma que Dios responde a lo que se le pide desde el Espíritu Santo, da sentido
pleno a la vida de tal manera que se ve
cumplido el fin por el que hemos sido creados.
La
Gracia de vivir la fe recta lleva a la esperanza cierta y al amor pleno y confiado en Dios, lo cual
da la certeza del alma que, después de haber “visto” al Salvador, se
puede esperar en paz la hermana muerte.
María
y José
estaban maravillados escuchando a Simeón y a Ana, por lo que decían del Niño y por lo que le rezaban a Dios.
No
dejemos de meditar
muchas veces las palabras de bendición de Simeón dichas a María.
-
“Este Niño será motivo que muchos caigan en Israel
y que muchos se levanten;
-
será una bandera discutida,
-
y a Ti misma, una espada te traspasará
el alma;
-
así se revelarán los sentimientos
escondidos en el corazón de muchos”.
Jesús
es motivo de contradicción en
nuestros corazones
cuando:
· Queremos
compaginar razón, corazón y sentimientos con
su Mensaje de Amor
que, como lo vemos cumplido en María, lleva
consigo la naturalidad de la libre
obediencia y, que una espada traspase el alma de los que aman.
F. Allara
Navidad con Santa Teresa de Jesús
No hay comentarios:
Publicar un comentario