“MI YUGO ES SUAVE Y MI CARGA LIGERA”
Meditación-Oración de la PALABRA DE DIOS
Animación a la lectura PALABRA DE DIOS
5 minutos de nuestro "día a día"
26 Levantad los ojos al cielo y mirad: ¿Quién creó todo eso? El que los distribuye uno por uno y a todos llama por su nombre. Tan grande es su poder y su fuerza que ninguno de ellos falta. 27 Israel, pueblo de Jacob, ¿por qué te quejas? ¿Por qué dices: “El Señor no se da cuenta de mi situación; Dios no se interesa por mí”?
28 Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os haré descansar.r29 Aceptad el yugo que os impongo, y aprended de mí, que soy paciente y de corazón humilde; así encontraréis descanso. 30 Porque el yugo y la carga que yo os impongo son ligeros.”
DÍA 13 Diciembre CICLO -B
“Pueblo de Jacob, ¿por qué habláis así? Por qué decís que el Señor ignora vuestra causa”.
No piensa así el hombre de fe, pero sí quien se olvida de Dios, sin reflexionar que se olvida de sí mismo.
Pensar que Dios ignora nuestra causa -los sufrimientos del ser humano de todos los tiempos-, es quedarse como ser sin causa que camina hacia la frustración final aun creciendo en su progreso.
Quien levanta los ojos al cielo para sentir su alma, que Dios lo llama por su nombre, experimenta luz y paz; aunque su vida esté sumergida en el dolor, porque ha escuchado y creído las palabras de Jesús:
“Venid a Mí los que estáis fatigados
y agobiados y Yo os aliviaré”
¡Bienaventurados los que se lo creen!
Pensamos que tener fe es suficiente con decir que creemos en Dios. Hace falta aceptar de Él la verdad de sus palabras, y creer que es nuestro descanso de alma y cuerpo, para vivir la experiencia aun cuando el espíritu sienta el dolor del cuerpo y del alma.
La paz del espíritu puede ser vivida y agradecida en medio de la tribulación.
“Aceptad mi yugo”
Todo yugo es una carga pesada. Jesús nos dice que aceptemos el suyo. Carga la hemos de llevar.
Vivir es llevar puesto el yugo.
La fe es cree que “su yugo es suave”.
No es la madera ni la carga que impone la vida. Su yugo es el amor.
La fe en Dios puede resultar subjetivamente cómoda cuando sólo indica “creer en Él”.
Resulta más duro, para la misma fe, creer en la verdad de sus palabras y en su Amor.
Creerlo es experimentar que el yugo de su Amor, aunque lleve la cara de la cruz, suaviza la carga que la vida impone sin compasión sobre cada uno.
“Yo seré vuestro descanso”
Cansado y agobiado, ¿Quién no lo está por una u otra causa?
¿Dónde buscamos y hallamos el descanso íntegro de nuestra vida?
Si la realidad del mundo suele ser la causa de nuestra fatiga, no pretendamos hallar descanso en lo que el mundo nos ofrece.
¡Cuántas veces sus ofertas producen, tarde o temprano, mayor carga!
“Haceos discípulos míos”
Somos miembros de su Cuerpo místico, que es la Iglesia.
Somos parte de Dios Espíritu por el Bautismo.
Esto es pura gratuidad divina conocida.
¡Qué misterio más razonable y maravilloso!
Seguir no es ser discípulo. Cabe seguir y perseguir, como los escribas y fariseos.
Ser discípulo es pedir la fe, trabajar por conocerle, configurar poco a poco la vida a la suya y ser testigos de lo que se cree y se vive.
F Allara
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