EL AMOR COMPROMETE A QUIEN AMA
Meditación-Oración de la PALABRA DE DIOS
Animación a la lectura PALABRA DE DIOS
5 minutos de nuestro "día a día"
El
amor divino de la Trinidad actúa en su Ser eterno en las criaturas.
Dios, en su simplicidad, tiene en
presente todo el tiempo.
Todo
es-en-Dios.
La creación nos habla de Él, sin ser panteístas.
En
Dios estaba María
Inmaculada antes de llegar a su existencia humana.
María
nació Inmaculada,
sin que ella supiera que era ni supusiera haber
sido concebida sin pecado; ni
nadie pudo notar tal hecho único que embelleciera su ser, su cuerpo,
alma y espíritu.
Seguro
que su figura lo embellecía todo en su paso por el tiempo llenándolo de luz y
de paz.
No
podemos imaginar la dulzura, la
sencillez, la madurez humana y la belleza de María siendo Inmaculada.
La
belleza de un alma, llena de Gracia, no tiene referencia para
ser comparada, es única e inimaginable
para nosotros.
María
en su adolescencia estaba prometida con
José, del
cual se nos dice que era un hombre justo.
Ella, como
los niños que no saben lo que son desde su riqueza o desde su pobreza, no
sabía del Don de Gracia llena.
José
estuvo destinado por la misma Trinidad a que fuera su esposo.
Nos
pasa como a María; tampoco podemos imaginar lo que significa la palabra justo
embelleciendo la figura de este
hombre único.
No
deseo comentar mucho el texto, sino contemplar el Amor trinitario y el de
estos dos seres inmaculados.
María
como realidad sin mancha desde su
concepción, y José por ser el hombre
bueno nacido para ser custodio de María y de Jesús.
El
Amor compromete a Dios.
Lo
que empezamos a vivir, en estos textos hasta la Navidad, es reflejo del compromiso
de Amor de la Trinidad al arriesgarse a crear al ser humano libre a su imagen y semejanza; hasta
reconciliarlo después de haber perdido el Bien de haber sido amado y bien creado.
A
mí no me cabe imaginar a José y María enamorados.
No sabría describir su amor
amándose.
Me
es imposible; no sólo por no poder saber cómo pueden ser dos personas inmaculadas amándose, sino viendo que ambas son capaces de permanecer
en silencio:
ü María
ante el hecho de concebir por obra del Espíritu Santo dejando su vida confiada en manos de Dios, y
ü José renunciando a tan gran amor, pensando que no era digno de estar en medio del misterio que en principio cerraba su
alma.
Es
la verdad del compromiso del amor.
Nos
queda sólo pedir la Gracia de entrar en
el silencio de estas almas únicas, para saber
del misterio del Amor divino revelado
en la vida de dos seres humanos inmaculados,
para atisbar en ellos la medida de felicidad y dolor que puede causar la verdad del amor comprometido.
F.
Allara
Las antífonas mayores, o antífonas de la “Oh”
Haz clic sobre la imagen de María para conocer las antífonas
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