viernes, 24 de noviembre de 2023

TÚ ERES CASA DE ORACIÓN

 Meditación-Oración de la PALABRA DE DIOS

Fray Federico Allara O.F.M


Animación a la lectura PALABRA DE DIOS

5 minutos de nuestro "día a día"


Dia 24 Noviembre

Lc19, 45-48

    Jesús purifica el templos
      (Mt 21.12-17; Mc 11.15-19; Jn 2.13-22)
45 Después de esto, Jesús entró en el templo y comenzó a expulsar a los que allí estaban vendiendo.t 46 Les dijo:
–En las Escrituras se dice: ‘Mi casa será casa de oración’,u pero vosotros la habéis convertido en una cueva de ladrones.v
47 Todos los días enseñaba Jesús en el templo,w y los jefes de los sacerdotes, los maestros de la ley y también los jefes del pueblo andaban buscando cómo matarlo. 48 Pero no encontraban la manera de hacerlo, porque toda la gente le escuchaba con gran atención.


Jesús fue al Templo

Sabemos qué significaba el Templo para su Pueblo. 

La experiencia nos dice que todos podemos convertirlo en mercado; no sólo el Pueblo creyente judío.

Los templos, llamados iglesias, son lugares sagrados para los creyentes, aunque no tengan el mismo significado ni finalidad para todos.

El Templo de Jerusalén lo construyó Salomón, y para el Pueblo judío era y es aún signo de la Presencia de Dios. 

Desde Babilonia decían: 

“Como cantar en tierra extraña”, desde la añoranza de su Tierra y del Templo.

Solemos añorar y valorar lo que perdemos, a la vez que somos capaces de destruir lo que es signo de nuestra verdad de vida y de fe. 

Ocurre por la inconsciencia de pensar que somos dueños del tiempo.

Lo eterno existe en el tiempo para ser valorado y tratado con amor.

Cuando se pierde el sentido de lo eterno, hasta el tiempo se acorta y lo eterno se diluye; sólo la experiencia de la verdad deja las huellas de lo eterno en el tiempo.

La Escritura dice que “su casa ha de ser casa de oración”, pero Jesús advierte que puede ser “convertida en cueva de ladrones”.

Los vendedores de objetos y animales, para el sacrificio, no lo utilizaban sólo como mercado, sino como medio de robo entre los suyos.

A veces nos olvidamos que el cuerpo es animado por el alma y que, en su unidad, es habitáculo de Dios

Estamos llamados a ser piedra singular que ha de ocupar su lugar en la Nueva Jerusalén celestial, dicho de manera gráfica, pues, en lo eterno no hay espacio ni lugar por ser todo espiritual.

Nuestra casa es la que es. Con ella vamos al templo con el Espíritu que llevamos dentro. 

Participamos comunitariamente de lo que Jesús nos ha mandado celebrar, sabiendo que lo celebramos desde lo que somos.

La oración o la Eucaristía resultan de la realidad con que llegamos y estamos en el templo. Real es el Sacramento. Esto hemos de meditar.

La realidad de la Iglesia es lo que somos todos los bautizados.

La Iglesia es el Cuerpo de Cristo, que revela su bien y su bondad o su estado enfermo, según es nuestra propia casa.

¿A quién duelen las palabras de Jesús?

·       En su tiempo a los mercaderes y Maestros de la Ley que vieron como los sacaba del Templo.

·       Y a nosotros, cuando Cristo toca nuestra conciencia.

Los convertidos agradecen la sinceridad y la verdad de las palabras de Jesús y su relación de amor.

Todos necesitamos purificar nuestro templo, para que sea agradable a Dios la oración de momentos de tribulación, de necesidad o de bienestar.

“Los dirigentes querían matar a Jesús,

mientras todo el pueblo estaba pendiente de lo que decía”.

Que Dios nos bendiga y nos dé su Paz.    

F. Allara



"Los convertidos agradecen 

la sinceridad y la verdad 

de las palabras de Jesús y su relación de amor"




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