LA ESCLAVITUD SIGUE SIENDO UNA REALIDAD HOY
Meditación-Oración de la PALABRA DE DIOS
Sb 2,23
Lc 17,7-10
El deber del que sirve
¡Qué importante es
recordar que Dios no nos ha creado para la muerte!
Dios es Vida y
nos la ha dado.
El alma es la vida creada de la nada para cada uno de nosotros.
Hemos nacido desde el Sí de la Trinidad, desde el Pensamiento del Padre, por la Palabra,
siendo amados en su Amor por el Espíritu Santo.
Creados a imagen de su existencia eterna somos llamados a vivir lo eterno en el tiempo, para
llegar reconciliados, por Amor, a la
experiencia de ser en Dios; después de haber creado nosotros la muerte desde el error de pensar que podíamos
ser felices y libres, desde la mentira.
El Evangelio nos
habla de esclavitud -existía en tiempo de Jesús- y pone el ejemplo del esclavo
que no tiene ningún mérito haciendo lo que debe, sin que nadie se lo
agradezca.
Jesús nos lo pone
como ejemplo de lo que somos ante Dios, ya que no somos dueños ni de la vida,
porque de Él procede.
¡Qué triste ser
esclavo! No tenían derechos, y muchos eran sentenciados incluso a la crucifixión,
por cualquier causa y sin culpa, por no ser reconocidos con la dignidad que
tenemos todos los seres humanos.
Reconozcamos
la gratuidad del Amor divino trinitario.
Jesús no se queda
con que somos esclavos sin mérito ante Dios por no tener medios con que pagar
lo que le debemos desde el valor de la misma vida, sino que, el mismo Amor trinitario que nos creó,
no sólo nos ha rescatado de la muerte, sino
que nos ama como hijos en Cristo su
Hijo.
La esclavitud
no ha desaparecido. Antes era manifiesta y real; también hoy desde leyes y vidas que trascienden la Verdad y la dignidad humana.
El poder que no piensa en el bien común es creador de
esclavitud. La vida vivida en
competencia ideológica es creadora de esclavitudes
humanas.
Toda forma de vida egoísta es creadora de esclavitud.
Una educación permisiva es creadora de esclavitud.
Vivir alejados de un orden natural es crear esclavitud.
La falta de sentido de la libertad humana es creadora de esclavitud.
Una vida arbitraria, sin saber de su origen y fin, es creadora de esclavitud.
Una religiosidad cerrada en sus principios, desconsiderando el amor al prójimo universal, es
creadora de esclavitud.
No es posible
pensar en una Sociedad estable sumida en esclavitudes.
La Humanidad vive la dependencia de poderes
sociales, económicos, políticos, ideológicos y religiosos, revelando su estado de esclavitud, con temor, angustia, soledad e
inseguridad, donde unos pocos viven con apariencia de libertad y felicidad, inmensamente protegidos, es decir, con signos
de esclavitud y dependencia.
Cristo libre, vino al mundo a liberar nuestra libertad,
lo hemos alejado de nuestras vidas y seguimos siendo creadores de muerte.
F. Allara
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No es un libro de oración, es un libro para ORAR. Nos despierta a tener un trato de amistad con Dios sintiéndonos amadas por Él.
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