lunes, 20 de noviembre de 2023


LA CEGUERA DE HOY ES 

“NO PREGUNTAR AL OÍR QUE PASA GENTE”


Meditación-Oración de la PALABRA DE DIOS

Fray Federico Allara   O.F.M 


Animación a la lectura PALABRA DE DIOS

5 minutos de nuestro "día a día"


Lucas 18, 35-43

Jesús sana a un ciego en Jericóy
(Mt 20.29-34; Mc 10.46-52)
"35 Se encontraba Jesús ya cerca de Jericó. Un ciego que estaba sentado junto al camino, pidiendo limosna, 36 al oir que pasaba mucha gente preguntó qué sucedía. 37 Le dijeron que Jesús de Nazaret pasaba por allí, 38 y él gritó:
–¡Jesús, Hijo de David, ten compasión de mí!
39 Los que iban delante le reprendían para que se callase, pero él gritaba todavía más:
–¡Hijo de David, ten compasión de mí!
40 Jesús se detuvo y mandó que se lo trajeran. Cuando lo tuvo cerca le preguntó:
41 –¿Qué quieres que haga por ti?
El ciego contestó:
–Señor, quiero recobrar la vista.
42 Jesús le dijo:
–¡Recóbrala! Por tu fe has sido sanado.

43 En aquel mismo momento recobró el ciego la vista, y siguió a Jesús alabando a Dios. Y toda la gente que vio esto alababa también a Dios"


Un ciego y pobre pedía limosna a la entrada de Jericó. Oyó que pasaba gente y preguntó qué ocurría.

Pasaba Jesús de Nazaret. Es preciso resaltar lo de Nazaret, porque de Galilea no sale nada bueno en relación al Mesías.

Así erramos los sabios interpretando, aunque sea Natanael. (Jn1,45 ss)

En dos mil años, ¡cuánta gente de toda raza, edad y condición ha pasado siguiendo y dando la vida por Jesús!

¿Qué ceguera y pobreza hay en nuestro corazón para no interrogarnos seriamente ante esta realidad innegable?

Bartimeo se sabía ciego y pobre; quien no acepta la pobreza que le cubre y la ceguera con la que ve sólo lo que quiere, no se pregunta ni se interroga.


Jesús, Hijo de David, ten compasión de mí”.


El ciego no pide sólo compasión, llama a Jesús con un acto de fe.

Es curiosa la indicación de los que iban delante; querían hacerle callar.

Jesús asegura que es mejor ocupar los últimos lugares.

Ante las palabras de fe, Jesús se detuvo y pidió que acompañaran al ciego.


“¿Qué quieres que haga por ti?”.


Es la pregunta que Dios nos sigue haciendo. Oírla, exige la pobreza de saberse necesitado, aun creyendo que se tiene lo suficiente para vivir.

Con todo lo que ven nuestros ojos y lo que conoce nuestra mente y nuestro corazón, ¿tenemos suficiente para encauzar la vida con sentido, desde su origen a su fin, y el más allá? (Porque el deseo de inmortalidad es innato).


“Señor, haz que vea”


A Jesús le conmueve la fe, la confianza puesta en Él, el amor. Por esto dice:


“Recobra la vista. Tu fe te ha salvado”.


Jesús habla de salvación.

Podemos vivir y morir ciegos.

Jesús nos dice que Bartimeo está salvado, que no sólo ve ya con sus ojos, sino también con los del alma.

El ser humano que ve desde el alma sigue a Jesús y glorifica a Dios, porque entiende lo que no pueden los sabios de Dios con sus interpretaciones.

Seguir a Jesús es ver a Dios con fe, como nos lo ha revelado finalmente.

Todas la Religiones nos dicen que creen en Dios y que lo ven, y creemos en lo que dicen.

Siendo así, ¿por qué no vivimos todos en comunión de fe y de amor, como lo pide el único Dios, y damos testimonio de unidad en su Nombre, desde la religiosidad?

Jesús dice que la fe salva.

¿Puede ser diferente en cada Religión cuando es don de Dios y medio necesario para verle?

¿Puede ser algo personal subjetivo o comunitario, propio de las Religiones?

Te doy gracias, Padre, por desear la unidad de la Humanidad y no sólo de las Religiones; por el respeto a todos los seres humanos en su vida y fe; por haber renacido dentro de la Iglesia católica, con el don de la fe en Jesús de Nazaret, Dios y Hombre verdadero, por el Espíritu Santo.      

 F. Allara


LA CEGUERA DE HOY ES 

“NO PREGUNTAR AL OÍR QUE PASA GENTE”



Jesús dice que la fe salva.

“Señor, haz que vea”








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