jueves, 16 de noviembre de 2023

 ¿CUÁNDO VIENE EL REINO DE DIOS?

Meditación-Oración de la PALABRA DE DIOS

 Fray Federico Allara O.F.M




Animación a la lectura PALABRA DE DIOS

5 minutos de nuestro "día a día"



Lc. 17,20-25


Cómo llegará el reino de Dios
(Mt 24.23-28,36-41)
20 Los fariseos preguntaron a Jesús cuándo había de llegar el reino de Dios, y él les contestó:
–La venida del reino de Dios no es posible de calcular. 21 No se dirá: ‘Aquí está’ o ‘Allí está’, porque el reino de Dios ya está entre vosotros.
22 Y dijo a sus discípulos:

–Vendrán tiempos en que querréis ver siquiera uno de los días del Hijo del hombre, pero no lo veréis. 23 Algunos dirán: ‘Aquí está’, o ‘Allí está’, pero no vayáis ni los sigáis. 24 Porque así como el relámpago, con su resplandor, ilumina el cielo de uno a otro lado, así será el Hijo del hombre el día de su venida. 25 Pero primero tiene que sufrir mucho y ser rechazado por la gente de este tiempo".

 

La pregunta de los fariseos indica que tienen la idea de que Dios está lejos. Preguntan, porque saben que con el Mesías llega el Reino de Dios. Lo tienen delante, como nosotros lo tenemos, pero, quien no quiere ver, no ve.

La respuesta de Jesús va de menos a más.

El momento es imprevisible”.

Quiere decir que podía haber venido ya por lo que añade, que no miren a ninguna parte, porque, no estando en ningún lugar, -Dios no ocupa espacio-, “ya está en medio de vosotros”.

Cuando Dios dispuso crear el primer ser de la nada, empezó a ocupar lugar el Reino de Dios.

Si no, que se lo pregunten a Francisco, que llegó a vivir hermanado con todo lo creado, por ser cada criatura constancia de lo divino, y sobre todo, el ser humano, en quien ve la imagen de Dios.

Después, Jesús no se dirige a los fariseos, sino a sus discípulos, porque su corazón no está dispuesto a querer escuchar y entender:

“Vendrán días en que desearéis ver un solo día del Hijo del Hombre, y no lo veréis”.

De esta manera les indica que el Mesías ha llegado, y con Él y en Él el reino de Dios.

Ya no sólo en las criaturas y en el ser humano, sino con su Presencia real, como la tenemos nosotros, después de haber cumplido que “antes tenía que padecer”, con el don de celebrar cada día su Muerte y su Resurrección; con su Presencia real sacramentada.

La frase sobre desear ver, aunque sea un solo día, también a nosotros nos debe hacer pensar; porque lo tenemos todo, dando la sensación a veces de seguir pensando en un Dios lejano.


Elogio de la sabiduría
22 Hay en la sabiduría un espíritu inteligente, santo, único, multiforme, sutil, móvil, lúcido, puro, claro, inofensivo, amante del bien, penetrante, 23 independiente, bienhechor, amigo del hombre, firme, seguro, tranquilo, que todo lo puede y a todo está atento, que penetra en todos lo espíritus, los inteligentes, los puros y los más sutiles. 24 La sabiduría se mueve mejor que el mismo movimiento; a causa de su pureza, todo lo atraviesa y lo penetra, 25 porque es como el aliento del poder de Dios y una irradiación pura de la gloria del Todopoderoso; por eso, nada impuro puede entrar en ella. 26 Es reflejo de la luz eterna, espejo sin mancha de la actividad de Dios e imagen de su bondad. 27 Es única y, sin embargo, lo puede todo; sin cambiar ella misma, todo lo renueva, y al penetrar a lo largo de la historia en las almas santas, las hace amigas de Dios, para que hablen en su nombre, 28 pues nada es tan agradable a Dios como el hombre que vive con la sabiduría. 29 Ella es más brillante que el sol y supera a todas las estrellas; comparada con la luz del día, es superior, 30 pues a la luz sigue la noche, pero a la sabiduría no la puede dominar el mal".

Nos habla de la Sabiduría que la vemos vivida por Jesús y su Espíritu.

              Cristo es: 

El destello de la Luz eterna, 

espejo inmaculado de la acción divina, 

imagen de su Bondad


La Sabiduría pasa por las almas santas y crea profetas y amigos de Dios.

Este ha sido Cristo pasando por el mundo.

Ha establecido la paz y nos ha devuelto la libertad perdida, siendo el Amigo fiel que crea amigos.

Los que se lo creen y dan gracias y le aman, son los santos que habla el texto.

No se refiere a los canonizados, sino a los que viven su condición humana apoyada en la fe en Jesús. La santidad la hemos de ver en este sentido.

Como está el Reino de Dios en medio de nosotros, así están las personas que viven de forma sencilla y silenciosa, a imagen de Cristo, haciendo el bien como uno de tantos.

Esta es la santidad que pocos saben ver y que existe en nuestras calles y plazas y hasta puede estar dentro de nuestros hogares, como Dios, sencilla, callada y amorosamente, está dentro de nosotros.                             

 F. Allara





 


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