¿CUÁNDO VIENE EL REINO DE DIOS?
Meditación-Oración de la PALABRA DE DIOS
Animación a la lectura PALABRA DE DIOS
5 minutos de nuestro "día a día"
La pregunta de los fariseos indica que tienen
la idea de que Dios está lejos. Preguntan, porque saben que con el Mesías llega
el Reino de Dios. Lo tienen delante, como nosotros lo tenemos, pero, quien
no quiere ver, no ve.
La respuesta de Jesús va de menos a más.
“El momento es imprevisible”.
Quiere decir que podía haber venido ya por lo que añade, que
no miren a ninguna parte, porque, no
estando en ningún lugar, -Dios no ocupa espacio-, “ya está en medio de vosotros”.
Cuando Dios dispuso crear el primer ser de la nada, empezó a ocupar lugar el Reino de Dios.
Si no, que se lo pregunten a Francisco,
que llegó
a vivir hermanado con todo lo creado, por ser cada criatura constancia de lo
divino, y sobre todo, el ser humano, en quien ve la imagen de Dios.
Después, Jesús no se dirige a los fariseos, sino a sus discípulos,
porque su corazón no está dispuesto a querer escuchar y entender:
“Vendrán días en
que desearéis ver un solo día del Hijo del Hombre, y no lo veréis”.
De esta manera les indica que el
Mesías ha llegado, y con Él y en Él el reino de Dios.
Ya no sólo en las criaturas y en el ser humano, sino con su Presencia real, como la tenemos
nosotros, después de haber cumplido que “antes tenía que padecer”, con el don de celebrar cada día su Muerte y
su Resurrección; con su Presencia real sacramentada.
La frase sobre desear ver, aunque sea un solo día, también a nosotros nos debe hacer pensar; porque lo tenemos todo, dando la sensación a veces de seguir pensando en un Dios lejano.
Elogio de la sabiduría
Nos habla de la Sabiduría que la vemos vivida por Jesús y su Espíritu.
Cristo es:
“El destello de la Luz eterna,
espejo inmaculado de la acción divina,
imagen de su Bondad”
La Sabiduría pasa
por las almas santas y crea profetas y amigos
de Dios.
Este ha sido Cristo pasando
por el mundo.
Ha establecido la paz y
nos ha devuelto la libertad perdida,
siendo el Amigo fiel que crea amigos.
Los que se lo creen y dan
gracias y le aman, son los santos que habla el texto.
No se refiere a los canonizados, sino a los que viven su condición humana apoyada en la fe
en Jesús. La santidad la hemos de ver en este sentido.
Como está el Reino de Dios
en medio de nosotros, así están las
personas que viven de forma sencilla y silenciosa, a imagen de Cristo, haciendo el bien como uno de tantos.
Esta es la santidad que pocos saben
ver y que existe en nuestras calles y
plazas y hasta puede estar dentro de
nuestros hogares, como Dios,
sencilla, callada y amorosamente, está dentro de nosotros.
F.
Allara
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