Jesús sana en sábado a una mujer enferma Lc 13,10-17
"10 Un sábado se puso Jesús a enseñar en una sinagoga. 11 Había allí una mujer que estaba enferma desde hacía dieciocho años. Un espíritu maligno la había dejado encorvada, y no podía enderezarse para nada. 12 Cuando Jesús la vio, la llamó y le dijo:
REALIDAD DEL AMOR HECHO HOMBRE EN CRISTO
Cuando
creemos y contemplamos la realidad del Amor hecho Hombre en Cristo hablamos de
algo inconcebible; pero la razón no es la última palabra; lo que ella no entiende,
lo puede creer, porque la fe es
razonable.
Que
Dios esté presente en una sinagoga enseñando
como uno de tantos, con sabiduría
para hablar como nadie, es lo que debemos creer y meditar.
La
razón se enreda cuando sólo mira al cielo.
Dios nos lo ha puesto más fácil, mirar
al suelo y responder a quien llama a la puerta.
Querer
entrar en el cielo para poder ver, es irracional; mirar a quien
camina por nuestra calle y llama a nuestra puerta, es más racional para ser creído.
El
problema de la fe no se resuelve por creer al
Dios que no vemos, sino al que ha descendido hasta nuestro hogar.
Lo
que pasa es que el Dios cercano nos
compromete con su Vida y su Amor.
Lo
absurdo es pensar que al del cielo lo podemos manipular con leyes
y prácticas religiosas, o incluso negar. Al
que entra en la sinagoga o llama a nuestra puerta, sabemos por dentro que le abrimos o nos cerramos.
Jesús
curó otra vez en sábado, no para despreciar la Ley sino para decirnos que es su
dueño -la que su Pueblo cerró en llave para esclavizar más que para liberar-, y
que no hay días para hacer el bien,
porque el bien es el mismo prójimo que se nos pone delante en cualquier
momento y no con la moral o la ley que
podemos practicar o no a nuestro antojo.
Molesta el Dios
cercano,
como irritó con vergüenza a quienes
sabían mucho de la Ley, pero muy poco de amor ante quien sufre.
Molesta el
prójimo que pide amor
cuando se vive acostumbrados a la
comodidad de cumplir la Ley, ajenos al
sufrimiento del prójimo.
(La información abre sentimientos ante un
hecho y pone tierra al anterior, -Tierra Santa, ha silenciado Ucrania; los
medios dicen o callan, creando lo que les interesa-; así, quien no es sensible,
vive preocupado por las noticias, en
tanto que le puede tocar la desgracia, pero no por la realidad desgraciada del prójimo).
UNA REFLEXIÓN PERSONAL
Examen
de la fe es reflexionar lo que nos dice el texto al terminar.
Unos
callaron avergonzados, y los que
veían en el Dios cercano una mano y
un corazón humano, se alegraron de ver
los prodigios que hacía desde su libertad, haciendo el bien sin miramientos humanos y en sábado.
Para
su Pueblo y para el hombre de cada tiempo, es mejor tratar, creer o negar al Dios del cielo, que al que ha descendido, que es el mismo.
“El amor es la medida de la fe, y la fe es el
alma del amor”, dijo el Papa Francisco.
Creer
o no creer, casi ni a Dios le importa;
porque nos conoce, no por lo que
decimos, sino por el amor o desamor con
que tratamos al prójimo.
Dios tiene el
rostro que contemplamos como hermano o enemigo.
F
Allara
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