"A VOSOTROS LOS QUE
ME ESCUCHÁIS"
Meditación-Oración de la PALABRA DE DIOS
Animación a la lectura
PALABRA DE DIOS
5 minutos en nuestro "día a día"
Colosenses 3, 12-17
El amor a los enemigos (Mt 5.38-48; 7.12) 27 “Pero a vosotros que me escucháis os digo: Amad a vuestros enemigos, haced bien a los que os odian, 28 bendecid a los que os maldicen, orad por los que os insultan. 29 Al que te pegue en una mejilla ofrécele también la otra, y al que te quite la capa déjale que se lleve también tu túnica. 30 Al que te pida algo dáselo, y al que te quite lo que es tuyo, no se lo reclames. 31 Haced con los demás como queréis que los demás hagan con vosotros. 32 “Si amáis solamente a quienes os aman, ¿Qué hacéis de extraordinario? ¡Hasta los pecadores se portan así! 33 Y si hacéis bien solamente a quienes os hacen bien a vosotros, ¿Qué tiene de extraordinario? ¡También los pecadores se portan así! 34 Y si dais prestado sólo a aquellos de quienes pensáis recibir algo, ¿Qué hacéis de extraordinario? ¡También los pecadores se prestan entre sí esperando recibir unos de otros! 35 Amad a vuestros enemigos, haced el bien y dad prestado sin esperar nada a cambio. Así será grande vuestra recompensa y seréis hijos del Dios altísimo, que es también bondadoso con los desagradecidos y los malos. 36 Sed compasivos, como también vuestro Padre es compasivo. No juzgar a otros (Mt 7.1-5) 37 “No juzguéis a nadie y Dios no os juzgará a vosotros. No condenéis a nadie y Dios no os condenará. Perdonad y Dios os perdonará. 38 Dad a otros y Dios os dará a vosotros: llenará vuestra bolsa con una medida buena, apretada, sacudida y repleta. Dios os medirá con la misma medida con que vosotros midáis a los demás.” |
· Aprender
a saber escuchar es un don que hay
que pedir.
¡Que
Dios nos libre de ser personas que “sólo” saben hablar!;
Hay
personas que, saben hablar, pero interrumpen
ante la primera palabra que expresa el prójimo, identificándose con lo que han empezado a oír, sin
escuchar. Es una sutil
manifestación del ego, de
difícil percepción personal.
Escuchar
es:
· Saber leer
hasta el final un escrito, para entenderlo.
· Un reflejo de la educación personal.
Interrumpir
o no dejar hablar es una falta de respeto y de educación; como lo es leer por
encima lo que puede ser un medio de acercarse el prójimo y, entre
ellos, Dios.
“A vosotros los que me
escucháis os digo”
Jesús expresa “dos actitudes” de los que se acercan a Él:
·
Hablaba a “los que le escuchaban”.
·
Muchos de los que le seguían “no le
escuchaban”.
-
Cuando hablamos lo hacemos considerando
que se nos escucha;
-
Cuando alguien nos habla considera que le escuchamos;
Quien
no escucha no pone intención de querer entender. Es mejor callar ante
quien no quiere escuchar; ¡hasta Jesús callaba!
Es imprescindible tener una actitud y disposición de escucha para llegar a creer
porque, lo que Jesús nos pide excede lo puramente natural humano.
Las palabras de Jesús nos llaman a la conversión, que es la actitud con la que
demostramos haber “entendido la Verdad que nos
comunica “escuchando” con fe su Palabra.
“Si amáis a
los que os aman, ¿qué mérito tenéis?”
La primera cuestión, para reflexionar, no es
si amamos a los enemigos y a los que nos odian, sino examinarnos si
de verdad amamos a los que nos aman.
No demos por supuesto que amamos, y mucho
menos que amamos a los que nos aman; no
es fácil saber de amor y menos saber amar.
·
Amar exige una educación y hasta una
conversión.
El amor es una virtud, que la pensamos todos con
propiedad, sin embargo, ¡cuántos
sufrimientos son causa de no saber amar y de no saber escuchar!
¿Nos hemos detenido a pensar que, muchas de
las dudas que tenemos sobre Dios, y
de la falta de “disposición” a querer creer en Él, radican en una falta
de educación al no detener el pensamiento y los sentimientos para “escuchar” a Jesús?
Nos duele al ser conscientes de no ser
escuchados; o por no dejar hablar al prójimo; ¡pensemos la manera que
tenemos de tratar a Dios! a quien le debemos la vida, el presente,
cuanto somos y tenemos, y el futuro.
Cuando Jesús nos pide algo grande o difícil
para pasar de lo humano a ser testigos
del Amor divino, primero examinemos nuestra manera real de ser humanos; no
nos esforcemos en querer entenderlo, no pretendamos dar saltos al vacío.
Nadie llega a la cumbre sin cansarse
de subir; humildes ante desánimos, conducidos superando lo humano
para recibir el don de experimentar:
“Una medida generosa, colmada, remecida, rebosante pues con la
medida que midiereis se os medirá”
Miremos cómo es nuestro trato con Jesús, de educado
y de escucha.
Federico Allara
SANTORAL DEL DÍA

1 comentario:
Señor Jesucristo ,que mi corazón agitado por la prisa y el descontento de ver un mundo que no te sigue, encuentre sociego,y paz en la contemplación de Tu Presencia ,Eucarística
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