"TÚ ERES EL MESÍAS,
EL HIJO DE DIOS VIVO"
Meditación-Oración de la PALABRA DE DIOS
5 minutos en nuestro "día a día"
(Haz Clic en los textos para leer y orar
Números 20,1-13
Salmos 94
Mateo 16, 13-23 |
DÍA 7 AGOSTO CICLO -C
Leer el Evangelio es encontrarnos con Jesús, aunque haya estado escrito a partir de muchos años después de su
Resurrección.
Es la experiencia vivida de quienes lo han escrito, con el testimonio de su fe hasta dar la
vida en amor y sangre.
El Evangelio no es un libro más. Hay que abrirlo con fe y con amor.
Con estas virtudes, nuestro espíritu está en relación personal con Jesús.
Debemos ser humanamente respetuosos, como es nuestro trato con el prójimo, y no hacer interpretaciones rápidas y
subjetivas, creyentes y no creyentes, porque es Palabra de Dios.
Jesús fue un ser humano como nosotros, convivió con los
discípulos y "pasó haciendo el bien" a todos. Hoy vive Resucitado y pregunta a la Humanidad
de cada tiempo de manera personal:
“Y vosotros,
¿Quién decís que soy yo?
Es la
relación de Dios con cada uno.
Los creyentes decimos ORACIÓN a un “trato de amistad y amor con Dios”.
Esta palabra es concreta y objetiva. “Tratamos al Dios que Jesús nos ha identificado como Dios Padre, Dios Hijo
y Dios Espíritu Santo”.
Los que van camino del encuentro con Él no yerran si su espíritu acepta la Realidad revelada, aunque falte la luz del
reconocimiento de esta Verdad.
No es caminar hacia el encuentro con Él si pensamos o creemos
que Dios es subjetivamente una idea y Jesús un mito.
La Ciencia trabaja sobre hipótesis a partir de aceptar una realidad.
Igualmente, la razón nos pide, ante una
realidad humana, encaminarnos al encuentro de nuestro prójimo, y más si
realmente buscamos el encuentro con Dios.
"Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo,
respondió Pedro. "Jesús manda no decir nada"
La afirmación que hacemos los creyentes debe que tener la garantía
de Pedro,
pronunciada después de su conversión habiendo pasado por la negación y la ruptura con la fe.
Fijémonos en lo que sigue porque vale para creyentes y no creyentes.
Una vez Jesús ha afirmado al espíritu de sus discípulos QUIEN ES les
comienza a revelar lo que es difícil de entender para la razón que acepta de Dios su criterio
subjetivo de omnipotencia.
“Ha de subir a Jerusalén y padecer mucho allí…,
hasta ser ejecutado y resucitar al tercer día”
Pedro, que acababa de hacer su profesión de fe, se lo lleva aparte y le
increpa:
“¡No lo permita Dios, Señor! Eso no puede pasarte”
No todos los creyentes conocen y creen y aman el signo real, de ver a Cristo crucificado como revelación máxima del
Amor trinitario.
¡Qué difícil es ponernos en la piel de Dios, si cabe la expresión, para aceptar la Verdad de su Revelación y
el Amor con que nos ama!
“Quítate de mí vista…, piensas
como los hombres, no como Dios”
Federico Allara
SANTORAL DEL DÍA
s. Domingo de Guzmán, sacerdote,
fundador de la Orden de Predicadores
A JESÚS...
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