sábado, 9 de agosto de 2025

“TENED CEÑIDA LA CINTURA Y ENCENDIDAS LAS LÁMPARAS

Meditación-Oración de la PALABRA DE DIOS

Fray Federico Allara O.F.M 

Animación a la lectura 

PALABRA DE DIOS

5 minutos en nuestro "día a día"

(Clic en los textos para leer)

Lucas 12,32-48

Riquezas en el cielo
(Mt 6.19-21)
32 “No tengáis miedo, pequeño rebaño, que el Padre, en su bondad, ha decidido daros el reino. 33 Vended lo que tenéis y dad a los necesitados; procuraos bolsas que no envejezcan, riquezas sin fin en el cielo, donde el ladrón no puede entrar ni la polilla destruye. 34 Pues donde esté vuestra riqueza, allí estará también vuestro corazón.
Hay que estar preparados
35 “Estad preparados y mantened vuestras lámparas encendidas. 36 Sed como criados que esperan que su amo regrese de una boda, para abrirle la puerta tan pronto como llegue y llame. 37 ¡Dichosos los criados a quienes su amo, al llegar, encuentre despiertos! Os aseguro que los hará sentar a la mesa y se dispondrá a servirles la comida. 38 Dichosos ellos, si los encuentra despiertos aunque llegue a medianoche o de madrugada. 39 Y pensad que si el dueño de la casa supiera a qué hora va a llegar el ladrón, no dejaría que se la abrieran para robarle. 40 Estad también vosotros preparados, porque el Hijo del hombre vendrá cuando menos lo esperéis.”v
La fidelidad y la infidelidad en el servicio
(Mt 24.45-51) 41 
Pedro le preguntó:
–Señor, ¿has contado esta parábola sólo para nosotros, o para todos?
42 Dijo el Señor: “¿Quién es el mayordomo fiel y atento, a quien su amo deja al cargo de la servidumbre para repartirles la comida a su debido tiempo? 43 ¡Dichoso el criado a quien su amo, al llegar, encuentra cumpliendo con su deber! 44 De verdad os digo que el amo le pondrá al cargo de todos sus bienes. 45 Pero si ese criado, pensando que su amo va a tardar en volver, comienza a maltratar a los demás criados y a las criadas, y se pone a comer, beber y emborracharse, 46 el día que menos lo espera y a una hora que no sabe llegará su amo y lo castigará. Le condenará a correr la misma suerte que los infieles.
47 “El criado que sabe lo que quiere su amo, pero no está preparado ni le obedece, será castigado con muchos golpes. 48 Pero el criado que por ignorancia hace cosas que merecen castigo, será castigado con menos golpes. A quien mucho se le da, también se le pedirá mucho; a quien mucho se le confía, se le exigirá mucho más.

XIX DOMINGO TIEMPO ORDINARIO CICLO -C


Hebreos 11,1-2.8-19   

“La fe es fundamento de lo que se espera y garantía de lo que no se ve”

Los inicios del Cristianismo no fueron fáciles; frecuentemente caían en un cierto desengaño por la creencia en que, Jesús “subía al cielo y regresaba” y mientras tanto su vida era amenazada peligrosamente.

S. Pablo, que vive estos comienzos, quiere animar a los seguidores de Cristo, y recurre a la vida de los primeros elegidos de los que nos habla la Biblia; les dice que, la única fuerza que los sostuvo en las dificultades que tuvieron, ante el “don” de verse elegidos y llamados, en la realidad que les tocó vivir, fue la Fe.

·       La Fe es experiencia de Dios.

No hay experiencia sin conocimiento, y menos sin trato habitual y libremente personal,

·       La Fe es el “don” de aceptar el ofrecimiento de encuentro real y verdadero con Dios.

Los cristianos católicos, tenemos unos medios reales, que son los Sacramentos, donde la Fe pasa por creer en la Iglesia católica y en lo que Ella nos ofrece, y en Ella hemos de vivir.

Es esencial, desde el bautismo, el encuentro con Dios, mediante la celebración del Memorial de Cristo, Muerto y Resucitado, comiendo el Pan bajado del cielo y bebiendo la Sangre del Redentor.

·       La Fe es obediencia al Amor, no a ninguna ley porque, desde Jesús, conocer a Dios, es haber conocido el Amor.

Este conocimiento significa el asombro de contemplar a Dios hecho Hombre, amándonos, perdonándonos sin merecimiento; dando la vida siendo enemigos, y ofreciéndonos el alimento espiritual de su Cuerpo y de su Sangre, para permanecer en la Fe y en la Esperanza en medio de la tribulación de la vida, sabiendo que Dios no fracasa ni engaña; quién miente es el diablo.

·       Fe es tener una confianza sin límites en la Bondad y la Misericordia divina.

Por esto, los hombres de Fe, han permanecido fieles en la tribulación y en la persecución y ante todo desengaño de la vida; Dios nunca falla; es la realidad del mundo la que pretende hacernos tambalear en la Fe.

Tener Fe es vivir siempre de forma dinámica; la Fe es contraria a la rutina, al cumplimiento legal y a quedarnos pasivos ante la realidad que vivimos.

·       Fe es crecer continuamente sabiendo que, caminamos hacia una plenitud de      encuentro y de vida.

· Fe es poseer anticipadamente los bienes que esperamos; es conocer anticipadamente aquello que todavía no vemos.                       

Dos verbos: poseer y conocer. No se posee lo que no se conoce.

Y en cuanto a la Fe es un “conocer” y un “poseer” con temor; porque nadie tiene la garantía de esta posesión.

·       La Fe es don que garantiza el conocimiento de Dios, desde el respaldo del Magisterio de la Iglesia católica.

Bueno es recordar lo difícil que fue para Abraham, Isaac, Jacob, Sara, la Fe. Pero, gracias a la Fe (He. 11,1-2. 8-19)

 

Lc. 12,32-48

“Tened ceñida la cintura y encendidas las lámparas”

No olvidemos que nosotros, no hemos recibo mucho, sino que lo hemos recibido todo y de forma tan gratuita como inmerecida; de tal manera que, teniéndolo todo, como ya dijo Pablo al Pueblo judío, no siempre lo vivimos con asombro; debería impresionarnos, entrar en un templo que,  allí está Dios, en la Presencia real de Cristo Resucitado, como signo y testigo de la Verdad del Amor trinitario. También el interior de cada ser humano es Templo de Dios.

¿Nos asombramos y creemos que comemos el Cuerpo de Cristo al cogerlo con la mano cuando participamos en la Eucaristía?

Quienes nos miran y se relacionan con nosotros deberían ver “signos”, “actitudes” que revelan nuestro encuentro con Jesús al participar de un Banquete considerándonos invitados por el mismo Dios para ser sus testigos en nuestras sociales, familia, etc

¿Pensamos en tener la “cintura ceñidas y encendidas las lámparas?

Además de pensar que Jesús ha de volver, no sabemos cuándo.

Esta última venida es Palabra de Dios; y hemos de pensar en ella.

¿Pensamos que la venida de Jesús acontece en cada momento en el encuentro con las personas y viviendo en medio de la sociedad que formamos los humanos?

Dios, en la Persona de Jesús, nacido de María, estuvo entre nosotros y, resucitado sigue entre nosotros.

No es fácil creer en el Dios-con-nosotros, no sólo en la celebración eucarística y cuando nos relacionamos en oración o en liturgia. Dios está donde haya un ser humano; y los seres humanos están cerca de nosotros, cada uno somos uno de ellos “aconteciendo Dios” en cada vida, en cada presente, en cada momento.

“Tener ceñida la cintura y encendidas las lámparas” quiere decir estar atentos ante cada vida y ante cada circunstancia porque, “Dios pasa como uno cualquiera entre todos” viendo como le tratamos en cada prójimo y en nuestra propia vida.

¿Nos preocupa tener la vida pendiente de un hilo que, se puede quebrar en cualquier momento y por cualquier circunstancia?

Cristo “llega cada día al Altar”.

¿Somos conscientes de esta venida permanente de Jesús?

¿Pensamos que Dios está “descendiendo permanentemente en el mundo, porque permanentemente se está celebrando su memorial?

¿Qué hace Dios?, se preguntan muchos.

-       Venir y venir, y no dejarnos jamás, tal como lo prometió y resucitarnos cada día.

Los que nos llamamos creyentes católicos, ¿somos conscientes del “don” de la Fe y de lo que por ella celebramos, y de lo que significa la Presencia de Dios en el Altar?

“A quien mucho se le dio, mucho se le reclamará, a quien mucho se le confió, mucho se le pedirá”.

Es grande el don de la Fe, es grande el don del Amor, es grande ser padres, es grande ser sacerdotes, es grande vivir dentro de la Comunidad eclesial

 Lo tenemos todo, y todo al alcance de la mano, sin ley; sólo por Amor, demandando amor.

                                                                                                                                            Federico. Allara

                              

 

 














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