"SE LES ACERCÓ JESÚS
CAMINANDO SOBRE EL MAR"
Meditación-Oración de la PALABRA DE DIOS
5 minutos en nuestro "día a día"
(Haz Clic en los textos para leer y orar
Números 12, 1-13 |
DÍA 5 AGOSTO CICLO -C
Jesús, el
que había vivido desde niño en Nazaret, salió
de casa cuando Dios lo tenía previsto, para empezar su camino mesiánico.
Pasando por el lago de Galilea
había llamado a cuatro pescadores y, de entre sus seguidores, al
amanecer de un día, llamó por su nombre
a Doce, haciéndoles apóstoles para ir con Él y ser sus testigos hasta el día de su Ascensión.
Estos
hombres iban escuchando sus palabras y
viendo sus actitudes, acostumbrados a su forma humana de comportarse como lo más natural.
La
naturalidad con que vivía Jesús, como Hombre, era debido a que, habitualmente, “subía
al monte a orar, llegada la noche, estando allí solo”.
Un
día,
“a la cuarta vela”, se les acercó caminando sobre el mar.
“Sus discípulos, viéndole andar sobre el agua,
se asustaron y gritaron de miedo,
diciendo que era un fantasma”
¡Cuidado con acostumbrarnos a rebajar a
Jesús a nuestro nivel!
Se hizo Hombre para acercarse a nosotros; pero una cosa es aceptar su cercanía para vivir la experiencia de
Dios-con-nosotros, y otra, aprovechar su cercanía para quedarnos viéndole
sólo humano.
Vivir la experiencia de Dios es admirarnos de poder caminar sobre el agua; verle sólo como hombre es “no valorar ni
creer en su poder de salvación”; sus actitudes y sus milagros, hechos
para mostrar su poder divino, no nos importan.
“Ánimo, Soy Yo, ¡no
tengáis miedo!”
De nuevo, aunque en el texto esté en
minúscula, resalto el “SOY YO” por ser frase reveladora, de
la divinidad de Jesús, recordando
a Dios en el pasado.
Los hechos que nos narran los Evangelios no ocurren porque sí; Dios los permite; son ejemplos de nuestra propia realidad
en nuestro tiempo.
“Pedro”
somos todos; lo que ocurre es que no vivimos los
hechos como nuestros y, hasta nos pueden parecer inventos para la
debilidad de la fe.
· Tener fe es creer que Jesús, Dios y Hombre
verdadero, puede decir y hacer lo que contemplamos en los Evangelios.
Vivir el hecho es “vernos
en una barca sacudida por el viento y ver venir caminando sobre el agua a un
hombre”.
¿Quién no se asusta, por ver hundirse la
barca y por ver que acude hacia ella un hombre caminando?
Cuando nuestra vida vive momentos de
adversidad y de inseguridad, cuando nos vemos dependiendo,
porque no tenemos fuerzas para
superar estos momentos, nuestros
sentimientos son de pedir ayuda… ¡hasta a Dios! en lo más hondo de nuestro ser.
Es entonces cuando hemos de reconocer que, no nos salva
cualquier ídolo, ni dioses de madera o de oro, sino el único DIOS VERDADERO, HUMANO
Y CERCANO, JESÚS, que le dio la mano a Pedro cuando “se hundía” en
el mar.
Si todos somos Pedro, en algunas de sus expresiones o acciones, es para que todos también escuchemos la
frase que le dijo a él:
“¡Hombre de poca fe!
¿Por qué has dudado?”
Federico Allara
SANTORAL DEL DÍA
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