LLAMADOS A UNA VIDA
ETERNA DE FELICIDAD
Meditación-Oración de la PALABRA DE DIOS
5 minutos en nuestro "día a día"
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Lucas 12,13-21El peligro de las riquezas 13 Uno de entre la gente dijo a Jesús: –Maestro, dile a mi hermano que reparta conmigo la herencia. 14 Jesús le contestó: –Amigo, ¿Quién me ha puesto sobre vosotros como juez o partidor? 15 También dijo: –Guardaos de toda avaricia, porque la vida no depende del poseer muchas cosas. 16 Entonces les contó esta parábola: “Había un hombre rico, cuyas tierras dieron una gran cosecha. 17 El rico se puso a pensar: ‘¿Qué haré? ¡No tengo donde guardar mi cosecha!’ 18 Y se dijo: ‘Ya sé qué voy a hacer: derribaré mis graneros y construiré otros más grandes en los que guardar toda mi cosecha y mis bienes. 19 Luego me diré: Amigo, ya tienes muchos bienes guardados para muchos años; descansa, come, bebe y goza de la vida.’ 20 Pero Dios le dijo: ‘Necio, vas a morir esta misma noche: ¿para quién será lo que tienes guardado?’ 21 Eso le pasa al hombre que acumula riquezas para sí mismo, pero no es rico delante de Dios.” |
XVIII DOMINGO T. ORDINARIO
CICLO –C
Meditando
textos del Eclesiástico, a simple vista, parece impropio que
sea “libro canónico”; en el texto de
hoy… “como todo
es vanidad”, por no ser vanidosos deberíamos dejar de trabajar; si seguimos leyendo la cita bíblica nos damos cuenta de las verdades que nos
dice.
1º.
Tener
en cuenta lo que nosotros entendemos por vanidad y
2º.
Lo
que nos expresa el texto desde lo que entiende por vanidad el autor.
Vanidad, en
el contexto hebreo, es “vacío”.
- Cambia
el sentido de la frase: “todo es vanidad” cuando entendemos que el mundo vive desde un
vacío, que no da sentido a la vida;
-
Vanidad
es seguir errando a pesar de los
consejos, que
ponen luz para rectificar y poder caminar en verdad.
La
Palabra de Dios siempre es comentada desde la fe en el Dios revelado.
Vemos
que, todo gira en el mismo entendimiento: “Si hemos resucitado con Cristo, buscad los bienes de
arriba, no los de la tierra..., os habéis revestido de la nueva condición…, donde no hay judío ni griego…, esclavo o libre; porque Cristo lo es todo en todos”.
Lc 12,13-21
“Maestro, dile a mi hermano
que reparta conmigo la herencia”
Dios nos quiere justos en todos los sentidos
de la vida y, en cuestiones de herencias, por
desgracia, ¡Cuántas desavenencias
familiares causadas, unas veces, por ser injustas las reacciones, por
egoísmo ante lo heredado, y otras, por el deseo de pensar sólo en lo material
de la vida, que es necesario, pero nunca
“lo absoluto” para perder la paz, y la convivencia familiar!
Jesús
no responde a la petición. ¡Pobre
Dios!, si tuviera que atender a las peticiones del egoísmo; éstas son
las que podemos repetir una y otra vez, por no aprender del Padre nuestro.
“Hombre, ¿Quién me ha constituido
juez o árbitro entre vosotros?"
- “¡Hombre!”; me dirijo a todos y no sólo a quien me quiere
hacer árbitro de los asuntos familiares.
Cristo ha venido al mundo para enseñarnos
a convivir como hijos
de Dios; ha predicado con su Vida, como ejemplo
de amor y de perdón.
-
Su Vida no se ha entretenido, ni se
entretiene escuchando lo que está en nuestras manos poder y querer solucionarlo.
He dicho anteriormente que, es vanidad
“conocer la Verdad”, desde la fe, y querer compaginar “el egoísmo” con “la relación oración con Dios
mientras seguimos errando en convivencia, en desamor, en falsa memoria al
absolutizar lo que es relativo.
En el Evangelio de hoy Jesús avisa al hombre, que había puesto toda su esperanza en la
riqueza acumulada, que pronto iban a
reclamar su vida.
- Es lo que nos interesa: el destino eterno,
porque estamos llamados a una vida eterna de felicidad.
- Teniendo
muy presente “el futuro eterno” no perdamos de vista que, Dios nos quiere felices en este mundo, capaces de convivir en paz.
Atendiendo la palabra de Jesús en el ejemplo ¡cuánto
nos perdemos, por nuestra necedad!
“Mirad, guardaos de toda clase que codicia. Pues, aunque uno ande sobrado, su vida no depende de sus bienes"
¡Cuánto cuesta entender el sentido de la
pobreza!, que no es carecer de bienes, sino hallar el sentido de la vida valorando lo que somos, y caer
en dependencias que, a su medida, nos esclavizan.
Digo el “sentido
de la pobreza”, porque no se trata de haber hecho unos votos o de
medidas personales; todo es según el
espíritu con que se vive habitualmente desde todos los
aspectos de la vida.
· Valoremos los bienes espirituales con los que Dios nos ha dotado; de lo que hacemos de ellos se deduce la realidad de la vida.
No olvidemos que, los bienes espirituales que poseemos, y lo que hacemos en
bien del prójimo, no muere, ni se los come la carcoma, ni los roban.
Nos preocupamos demasiado de lo material sabiendo que, necesitamos de bienes para
vivir; no olvidemos a los que no tienen lo necesario, que cada vez son más y
más próximos.
· Valoremos, en su medida, el
bien espiritual que nos podemos y debemos hacer, o el daño espiritual
que nos hacemos siendo egoístas; puede resultar mayor que la pérdida de una
herencia.
Seamos creyentes, o no, nuestra vida se mueve desde lo que somos:
- Seres
con espíritu, con valores inmensos para el servicio y el
bien común.
- Entendemos que Dios no se interese por
las peticiones hechas desde vidas que expresan egoísmo e intereses
sólo materiales; estas actitudes son
“codicia” de la que nos habla
y previene Jesús para bien de la Humanidad.
El desprecio de los bienes espirituales y la
dependencia, por esclavitud, de lo que no son bienes para la vida ni para
la eternidad, son la causa de los males del mundo, que Dios soporta por
Amor esperando nuestra conversión; su
voluntad es que todos los seres humanos
se salven.
Federico Allara
SANTORAL DEL DÍA
s. Lidia, discípula de s. Pablo
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2 comentarios:
Muchas gracias por las explicaciones para poder reflexionar y dejarme llevar por el Señor de la vida. El video es precioso para repetirlo mil veces. Gracias, y que Feliz día del Señor 🙏
Señor ,cuando se descubre el verdadero ,valor de la vida y lo necesario, es porque Ya Te hemos conocido y vivido solo de tu amor
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