“MISERICORDIA QUIERO
Y NO SACRIFICIOS”
Meditación-Oración de la PALABRA DE DIOS
5 minutos en nuestro "día a día"
(Haz Clic en los textos para leer y orar
Génesis 23,1-4.19;24,1-8.62-67
Mateo 9,9-13
Ayer
celebramos la fiesta de Santo Tomás,
el apóstol que nos representó a todos
por su falta de fe en Jesús resucitado,
incluidos Apóstoles y discípulos.
Hoy
es otro de los Apóstoles al que vemos levantarse en seguida para seguir a
Jesús.
Lo
que cuesta en la vida no es “levantarnos en un momento ni experimentar
sentimientos de conversión”, sino
madurar en ella y perseverar.
Somos
prontos para reaccionar, sentimentalmente, ante algún
hecho que nos agrada y admira; pero la
vida no se construye
sobre sentimientos, sino sobre la Verdad
que le da sentido para
perseverar en la opción elegida.
El
texto nos habla de lo que es una posible
vocación y de lo que lleva en sí como consecuencia. Dejemos de pensar sólo en vocación desde el
aspecto religioso.
La
vida de Mateo fue
“un levantarse” para madurar en
la fe en Jesús.
Vivir
es una
opción vocacional si reconocemos que somos seres sociales y que, lo que hacemos cada uno, en bien o en mal, repercute en toda la
Humanidad.
Mateo
había optado por su interés y bien personal, haciéndose
enemigo de su Pueblo, al sentarse al mostrador de los impuestos en favor de
Roma.
Fijémonos, en
primer lugar, en la actitud de Jesús eligiendo a Mateo para ser uno de los Doce.
Los escribas y fariseos fueron quienes,
no entendieron a Jesús eligiendo a “un
enemigo” seleccionándolo como amigo.
“Sígueme”
· Jesús no pronunció otra palabra; sólo pasó, le miró y le llamó.
· Jesús conoce nuestro interior.
Mateo se debatía entre “la verdad de pertenecer
a su Pueblo y la opción de enriquecerse” yendo contra su Pueblo.
· Jesús vino a liberar nuestras libertades de
los conflictos internos espirituales
Mateo se levantó y lo siguió.
Es la liberación del
espíritu,
que disuelve en un instante el conflicto interior de una vida.
La
fe en Jesús no es una simple creencia. Creer y confiar en Él es haber
hallado el sentido de la vida, por muy anudada
que esté interiormente.
Nadie
libera como lo hace la verdadera fe en Cristo Jesús resucitado.
“¿Cómo es que vuestro maestro
come con publicanos y pecadores?”
Quien se considera justo no tiene necesidad
de que Jesús le libere.
“Misericordia quiero y no
sacrificios”
Es muy importante entendamos que, el sacrificio que agrada a Dios es el de la opción de la vida por
la misericordia; que es más que ser solidario y compasivo.
Obrar con misericordia supera toda bondad; es el gesto mayor de amor en favor de amigos y enemigos. Es propio de Dios y sólo de los que se fían de Él; porque obrar con misericordia conduce al Calvario.
Federico Allara
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