“AMAD A VUESTROS ENEMIGOS”
Meditación-Oración de la PALABRA DE DIOS
5 minutos en nuestro "día a día"
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2 Corintios 8,1-9
Mateo 5, 43-48
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DÍA 17 JUNIO CICLO -C
Aclaremos qué es tener enemigos; una cosa es que alguien quiera ser enemigo y otra, que sea uno mismo quien tiene enemigos.
Jesús
no consideraba a nadie su enemigo;
los que no le reconocían, por no saber escucharle ni entenderle, eran quienes
le perseguían como enemigos.
Si “consideramos a alguien enemigo” revelamos
tener “orgullo por algo que consideramos propio”, por lo que el prójimo lucha por
vencerlo o apoderarse; cuando “somos y damos amor”, como
era y es el caso de Jesús, el amor no
tiene enemigos ni se defiende; el
amor sólo sabe amar y nunca luchar en
el sentido que lo tiene el mundo.
“Amad a vuestros
enemigos”
Sólo
lo entendemos si hemos “conocido, creído y amado el Amor de Jesús”
Desde
el mundo de las ideologías la vida toma el cariz de lo político y, cuando la misma fe no vive del Amor de
Cristo Jesús, toma
lo propio de lo político e ideológico, que siempre es parcial y luchador
por un bien de clase, y nunca con deseos de que el bien sea de todos
y para todos.
Esta
es la sinrazón de que desde la fe haya partidismo y autodefensa de verdades
y lucha de poderes. ¡Es el absurdo anti-testimonio de la
Verdad!
Quienes
deseamos ser fieles al amor conocido de Jesús y a la fe en Él, no
fijemos nuestra mente en lo absurdo
sino en la vida y palabra de Jesús y, sepamos permanecer inalterables, porque nuestra referencia es el Amor conocido
y nunca lo ideológico y político que existe dentro y fuera de la
Iglesia.
Lo
cual no es indiferencia; el Amor
de Jesús continúa:
“Aborrecerás a tu enemigo,
se dijo, pero Yo os digo:
rezad por vuestros enemigos,
y rezad por los que os persiguen”
1. Es una
exigencia natural de la fe y del amor y,
2. La
enemistad sólo descubre el deseo de imponer verdades parciales, sean ideológicas o religiosas, y el deseo de acabar con la Verdad que
difiere y contradice sus verdades.
Amar y
rezar por los enemigos que nos persiguen es:
-
Hacerlo por ser propio del amor y,
- Porque el
perseguidor enemigo es un testigo de la Verdad que le molesta por
no haberla entendido.
En el caso de Jesús, lo conseguido por los
perseguidores-enemigos fue hacer realidad el proyecto del Amor divino.
Los verdaderos creyentes cristianos no somos indiferentes,
pero sí podemos ser inmutables ante la persecución porque el
Amor de Cristo Jesús siempre vence, desde la paz y la oración, logrando que se realice lo que sólo el Amor
divino consigue para todos, sin distinción
“Si amáis a los que os aman…,
¿qué hacéis de extraordinario?
Por tanto, sed perfectos,
como vuestro Padre es perfecto”
Federico Allara
SANTORAL DEL DÍA
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