miércoles, 2 de abril de 2025

 “SI DIGO ESTO ES PARA QUE 

VOSOTROS OS SALVÉIS”

Meditación-Oración de la PALABRA DE DIOS

Fray Federico Allara O.F.M

PALABRA DE DIOS

5 minutos en nuestro "día a día"

(Clic en los textos para leer)

Juan 5, 31-47

31 Si yo diera testimonio en favor mío, mi testimonio no valdría como prueba; 32 pero hay otro que da testimonio en mi favor, y me consta que su testimonio sí vale como prueba. 33 Vosotros enviasteis a preguntarle a Juan, y lo que él respondió es cierto. 34 Pero yo no dependo del testimonio de ningún hombre; solo digo esto para que vosotros podáis ser salvos. 35 Juan era como una lámpara que ardía y alumbraba, y vosotros quisisteis gozar de su luz un poco de tiempo. 36 Pero tengo a mi favor un testimonio de más valor que el de Juan. Lo que yo hago, que es lo que el Padre me encargó que hiciera, prueba que de veras el Padre me ha enviado. 37 Y también el Padre, que me ha enviado, da testimonio a mi favor, a pesar de que nunca habéis oído su voz ni lo habéis visto 38 ni su mensaje ha penetrado en vosotros, porque no creéis en aquel que el Padre envió. 39 Estudiáis las Escrituras con toda atención porque esperáis encontrar en ellas la vida eterna; y precisamente las Escrituras dan testimonio de mí. 40 Sin embargo, no queréis venir a mí para tener esa vida.
41 “Yo no acepto honores que vengan de los hombres. 42 Además os conozco y sé que no amáis a Dios. 43 Yo he venido en nombre de mi Padre y no me aceptáis; en cambio aceptaríais a cualquier otro que viniera en nombre propio. 44 ¿Cómo podéis creer, si recibís honores unos de otros y no buscáis los honores que vienen del Dios único? 45 No creáis que yo os voy a acusar delante de mi Padre. El que os acusa es Moisés mismo, en quien habéis puesto vuestra esperanza. 46 Porque si vosotros creyerais a Moisés, también me creeríais a mí, porque Moisés escribió acerca de mí. 47 Pero si no creéis lo que él escribió, ¿cómo vais a creer lo que yo os digo?”

DÍA 3 ABRIL  CICLO  -C

Es curioso que Juan, que escribe entre los 75 y 90 años d. de Cristo empiece, en sus primeros capítulos el diálogo más claro y contundente con los escribas y fariseos, planteándoles, precisamente, su salvación sabiendo que, era un Pueblo salvado desde la liberación de Egipto.

Esto nos advierte hoy de lo que pensamos sobre qué es nuestra salvación humana integral.

“Vosotros enviasteis mensajeros a Juan, 

y él ha dado testimonio en favor de la verdad”

Pilatos le preguntó a Jesús qué era la Verdad y, Jesús no contestó; como tampoco dijo una sola palabra cuando estuvo presente ante Herodes.

·       El silencio de Dios hoy es elocuente para los que piensan que Dios calla.

Dios sigue hablando claramente en los hechos que vemos y tocamos; lo que falta es la sensibilidad y la fe en interpretarlos; como pudieron tocar y ver las llagas de su Cuerpo.

Muchos de los silencios, interpretados por el mundo, son llagas abiertas del mismo Cristo, que ya las sufrió en el Calvario.  

·       El silencio es el mismo amor y paciencia divina que tiene hoy ante los que se asemejan a los escribas y fariseos, o peor, a Herodes.

¡La Palabra jamás puede ser el silencio de Dios!

“Nunca habéis escuchado la voz del Padre, 

ni visto su rostro, 

y su palabra no habita en vosotros, 

porque al que Él envió no lo creéis”

Nos puede decir Jesús lo que le dijo a Felipe, cuando le pidió que les mostrase al Padre: Felipe, tanto tiempo conmigo y aún no me conoces. Quien me ve a Mí, ve al Padre”; no por identificarse en Persona, sino porque creer en Cristo es realmente creer en Dios, y Dios es Padre.

Los escribas y fariseos se apoyaban en la Ley de Moisés para no creer que, Jesús era la revelación del Dios que llamó a Moisés, desde la zarza del Sinaí, cuando Moisés escribió de Mí, dice Jesús.

“Si no creéis en sus escritos, 

¿Cómo vais a creer en mis palabras?”

No se trata solo de creer o no creer; Jesús llamó a los Doce para ser testigos; y todos los que le siguieron como discípulos sabían que eran testigos de sus dichos y hechos.

Si aceptamos el Don de la fe

·       Creer en Dios y no ser testigos es escuchar la voz de Santiago cuando dice que, demuestra su fe por las obras.

·       Demos gracias por ser testigos de creer en Jesús y en el Consolador, que nos ha enviado, el Espíritu Santo.

La primera de las obras es ser testigo en el mundo de la Verdad de Dios.

Ser testigo de Dios es ser instrumento de su Paz. Jamás la Verdad se impone, ni juzga y ni es causa de violencia.

No creamos en un testigo que imponga la verdad, que rompa la unidad, que no sea instrumento de paz y que use de violencia, aunque sea desde lo oculto de su obrar.

No por ser buenos y humildes somos testigos.

El hombre que acudió a Jesús preguntando por la vida eterna era muy bueno, hasta ser mirado con amor por Jesús, pero se marchó, muy triste, pero se fue.                 

F. Allara

SANTORAL DEL DÍA

s. Juan, obispo de Napoles



PRAYER




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