LA CONCIENCIA AYUDA,
Y LA RAZÓN YERRA
Meditación-Oración de la PALABRA DE DIOS
PALABRA DE DIOS
5 minutos en nuestro "día a día"
(Clic en los textos para leer)
Marcos 6,14-29
DÍA 7 FEBRERO CICLO -C
La
fama de Jesús se extiende y Herodes oye hablar de Él.
Una
cosa es la conciencia que, como
dije, es la defensa de nuestra vida
por ser la voz, que debemos escuchar para conocer nuestra propia realidad
existencial, y no sepultarla bajo nuestro “yo”, que nunca es nuestra
conciencia.
La
conciencia
no acusa a quien vive y hace el bien, tampoco acusa a quien no obra
correctamente, sino que le hace sentir que su camino no es recto.
Debemos
escuchar la voz de la conciencia, porque es ayuda
en el discernimiento de nuestra vida, ratificando el bien o advirtiéndonos
el error.
Lo
que no debemos hacer es pasar de la voz de la conciencia a la afirmación de
la razón, porque cuando ésta no escucha y deduce, equivoca su juicio.
Lo
vemos en Herodes.
Contra su voluntad, pero
habituado a vivir para su bien,
egoístamente, carecía de voluntad -es lo propio de los que viven para
sí-; por esto, ante una situación totalmente injusta y habitual de su vida, reacciona desde su realidad, es decir,
de la nada de una personalidad de la categoría que debía tener como rey;
y consiente la muerte de Juan Bautista, porque su conciencia estaba sepultada bajo sus caprichos.
Herodes
pasa de la voz de la conciencia a la afirmación de la razón:
“Es Juan, a quien yo decapité,
que ha resucitado”
La razón convierte en acusación a la
conciencia cuando ésta es voz que ayuda
a la conversión. ¡No es
fácil la conversión; imposible sin la Gracia!
¿Qué saca Herodes en decirse a sí mismo que
Juan Bautista ha resucitado?
La voz de la conciencia pedía su conversión desde Juan al que
había mandado decapitar.
Dios perdona a quien reconoce su culpa.
¡Qué peligroso es tener bienes cuando se
confía en ellos como fin!
“Te daré lo que me pidas,
aunque sea la mitad de mi reino”
“De mi reino”, asegura Herodes, apoyado en la
seguridad de su reino.
¡Consideramos nuestro lo que desaparece
pronto como la niebla!
No esperaba Herodes lo que le pidió la hija
de Herodías.
“El rey se puso muy triste,
porque respetaba a Juan,
sabiendo que era un hombre justo
y santo, y lo defendía”
·
No es suficiente, para vivir, reconocer el bien de los demás; en este caso poco le
sirvió entristecerse ante la petición de la cabeza
de quien “escuchaba
perplejo, oyéndole con gusto”
Nos sirve para meditar.
·
No es suficiente reconocer a Jesús, como hombre “justo y santo”, ni es suficiente escuchar su Palabra, sólo oyéndola.
·
Lo que no llega al corazón, para ser creído y amado, no es
suficiente para convertir la vida en
lo que la conciencia ayuda con su luz.
F. Allara
SANTORAL DEL DÍA
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