viernes, 14 de febrero de 2025

 JESÚS SIENTE COMPASIÓN 

POR LA GENTE

Meditación-Oración de la PALABRA DE DIOS

Fray Federico Allara O.F.M

PALABRA DE DIOS

5 minutos en nuestro "día a día"

(Clic en los textos para leer)

Marcos 8,1-10

8 Jesús da de comer a una multitud
(Mt 15.32-39)
Un día en que de nuevo se había juntado mucha gente y no tenían nada que comer, Jesús llamó a sus discípulos y les dijo:
–Siento compasión de esta gente, porque ya hace tres días que están aquí conmigo y no tienen nada que comer. Y si los envío en ayunas a sus casas pueden desfallecer por el camino, porque algunos han venido de lejos.
Sus discípulos le contestaron:
–¿Pero cómo se les puede dar de comer en un lugar como este, donde no vive nadie?
Jesús les preguntó:
–¿Cuántos panes tenéis?
–Siete –dijeron ellos.
Mandó entonces que la gente se sentara en el suelo, tomó en sus manos los siete panes y, habiendo dado gracias a Dios, los partió, los dio a sus discípulos y ellos los repartieron entre la gente. Tenían también unos cuantos peces; Jesús dio gracias a Dios por ellos, y también mandó repartirlos. Todos comieron hasta quedar satisfechos, y llenaron todavía siete canastas con los trozos sobrantes. Los que comieron eran cerca de cuatro mil. Después de esto, Jesús los despidió, 10 subió a la barca con sus discípulos y se fue a la región de Dalmanuta.

DÍA 15 FEBRERO  CICLO  -C

¡Qué maravillo y humano es conocernos las personas!

Es el valor que tiene la familia cuando se conoce y se ama y pronuncia el nombre de las personas que forman el hogar.

El texto nos dice que Jesús tenía compasión por la gente; nosotros, desde la fe, creemos que para Él no era gente, sino personas con nombre propio; digo desde la fe, porque es lo que creemos los bautizados.

No somos gente de Iglesia, sino seres humanos con nombre propio; el que Jesús nos lo puso el día del bautismo. Es Él quien actúa en los sacramentos.

¿Cómo no nos va a conocer, por el nombre, a quienes formamos parte de su Cuerpo místico resucitado?

Por Él hemos sido reconciliados con el Padre.

Para Dios no somos “gente”.

¡A ti, estés cerca o lejos de Él, Dios te conoce por tu nombre!

Tuvo compasión:

“Porque llevan ya tres días conmigo y no tienen qué comer”

¿Quién es capaz de seguir a una persona tres días sin comer?

Sabemos que le seguían porque:

·       Les alimentaba su presencia y su palabra.

·       Por hallar en Él la cercanía, la comprensión, la explicación de la Ley desde el amor.

·       Porque nunca habían oído hablar ni habían visto a una persona tan cerca de ellos; cuando eran los últimos y los marginados de su Pueblo.

Jesús no multiplica los pocos panes que llevan a su presencia porque quiere obrar un milagro; tal como sucede el hecho, posiblemente, quienes se dan cuenta son los discípulos, como se lo recordará en otro momento.

La razón de ser del milagro es la compasión por los que no tienen para comer.

Esta razón tiene dos sentidos,

·       La del hambre física -Dios sigue teniendo compasión de las personas, con nombre propio, que no tienen qué comer y mueren, no por culpa divina, sino por los que no tenemos compasión de que esto siga siendo realidad en nuestro siglo de progreso-,

·       Y el hambre espiritual, por los que tenemos hambre de Pan y de su Palabra.  

Los discípulos sirvieron el pan a la gente.

¿Quién alimenta ahora a los miembros de la Iglesia católica?

No es el cura de la parroquia adónde acudimos a celebrar la Eucaristía.

Es de fe creer que la Iglesia se alimenta del Cuerpo al que pertenece, siendo Ella su visibilidad. Un cuerpo que no se alimenta se debilita.

La Eucaristía da vida cuando se cree que se recibe espiritual y realmente a Cristo resucitado. A Él celebramos y a Él recibimos íntegramente.

No somos caníbales que en la Eucaristía recibimos un trocito de su Cuerpo.

Misterio de Amor es Cristo crucificado-resucitado; es a QUIEN celebramos.

El amor a Dios hace posible comprender que su omnipotencia es de Amor, como para dar su Cuerpo a los que optan por ser de su Iglesia.         

 F. Allara

SANTORAL DEL DÍA

s. Onésimo, discípulo de s. Pablo

ss. Faustino y Jovita, mártires



HOY SEÑOR VENGO ANTE TI




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