miércoles, 4 de diciembre de 2024

 “NO TODO EL QUE ME DICE 

“SEÑOR, SEÑOR

Meditación-Oración de la PALABRA DE DIOS

Fray Federico Allara O.F.M 

Animación a la lectura 

PALABRA DE DIOS

5 minutos en nuestro "día a día"

(Clic en los textos para leer)

Isaías 26,1-6

Salmos 117


Mateo 7,21-27

De la entrada en el reino de los cielos
(Lc 13.25-27)

21 “No todos los que me dicen ‘Señor, Señor’ entrarán en el reino de los cielos, sino solo los que hacen la voluntad de mi Padre celestial. 
Parábola de los dos cimientos
(Mc 1.22; Lc 6.46-49)
24 “Todo el que oye mis palabras y hace caso a lo que digo es como un hombre prudente que construyó su casa sobre la roca. 25 Vino la lluvia, crecieron los ríos y soplaron los vientos contra la casa; pero no cayó, porque tenía sus cimientos sobre la roca. 26 Pero todo el que oye mis palabras y no hace caso a lo que digo, es como un tonto que construyó su casa sobre la arena. 27 Vino la lluvia, crecieron los ríos y soplaron los vientos, y la casa se derrumbó. ¡Fue un completo desastre!”


DÍA 5 DICIEMBRE  CICLO  -C


Tratar a alguien con palabras que le identifican como persona, significa decirlas por reconocer su dignidad, si no, es rutina sin relación humana, o hipocresía, y no decirlas cuando le son propias, es negar su dignidad.

No es de nuestro poder hacer juicio de cómo las dice o no cada persona, pero Dios, en Cristo Jesús, que es Maestro y Señor, sí que sabe cómo se le trata cada uno, o cómo, desde el silencio que no le niega, muestra su indiferencia a su realidad divina.

“No todo el que me dice “Señor, Señor” 

entrará en el Reino de los cielos”

Gozar del Reino de Dios tras la muerte es siempre obra de la Misericordia divina.

Nadie puede llegar a ser en Dios desde su propia dignidad, ni por haber hecho grandes cosas en su vida.

Recordemos que, ante Dios, somos “seres inútiles que hemos hecho lo que teníamos que hacer”

“Inútiles” en el sentido de que, nada de lo que es sólo nuestro es suficiente para merecer ser en Dios, ni en el cielo ni en el aquí de la vida temporal.

Dios se da gratuitamente después de habernos regalado el don de la vida.

Reconocer que es El Señor nos hace ser agradecidos por el don de vivir y por creer que nuestra vida tiene sentido por tener origen y fin.

¡Un mundo sin reconocer al Dios revelado es como una cárcel iluminada por velas que se consumen, porque sólo Dios es la Luz, que hace de la vida un hogar iluminado sin ocaso!

¡Su Luz no se apaga ni nos consume!

“El que cumple la voluntad de mi Padre 

entra en el Reino de Dios”

La voluntad del Padre es que creamos en quién nos ha enviado.

¿Se puede rezar el Padre nuestro sin aceptar a Cristo como Hijo de Dios?

¿Agradecemos los cristianos ser los únicos que tenemos y rezamos a Dios como Padre?

El silencio de muchos, estando en la Santa Misa, es muy extraño.

¿Nos preguntamos por qué, desgraciadamente, tantos niños no llegan a aprender el Padre nuestro aún recibiendo la Primera comunión?

Se puede recortar el Credo de la fe consciente o inconscientemente, pero su resultado es el mismo: quedar con un “Dios” que no es el de Cristo. S. Pablo dice que esto es quedar sin el Dios revelado, único y verdadero.

“El que escucha estas palabras mías 

y las pone en práctica se parece a aquel hombre 

prudente que edifica su casa sobre roca”

La prudencia es muy diferente cuando es considerada sólo una virtud humana o se apoya en las virtudes teologales de la fe, la esperanza y la caridad.

Desde la sola prudencia humana puede que la casa se hunda

Si cae la lluvia, se salen los ríos, 

soplen los vientos y descarguen sobre ella”

La casa de todos, por más segura que esté edificada, no se hundirá, ni cuando llegue la muerte, si su fundamento es Cristo.                        

F. Allara

 

SANTORAL DEL DÍA

s. Sabás, abad


MI ROCA...







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