DIOS ES COMUNIDAD DE AMOR
DE LAS TRES PERSONAS DIVINAS
Meditación-Oración de la PALABRA DE DIOS
PALABRA DE DIOS
5 minutos en nuestro "día a día"
(Clic en los textos para leer)
Lucas 2, 41-52
SAGRADA FAMILIA CICLO -C
¡Qué
triste ver a los humanos competir desde sus creencias e ideologías!
Donde hay creencias hay respuestas veraces y creíbles, pero desde la fe que cada uno profesa. No está entre las creencias la fe en Dios uno y trino.
No
hay inteligencia humana que llegue razonar por sí misma a un Dios
simplicísimo,
siendo un presente eterno, donde son Verdad tres Personas distintas, de
única Naturaleza divina, siendo el único y verdadero Dios.
No
es una definición, sino lo que creemos de Dios desde la gratuidad de
la fe, que nos permite razonar, entender y conocer el Misterio revelado.
Dios
es Comunidad de Amor de las tres Personas divinas.
El
Dios de la Fe es Dios-Familia.
Tampoco
entra en el mundo de las creencias que Dios uno y trino se haya hecho verdadero Hombre, a semejanza de la
imagen creada, eligiendo a una Mujer virgen como Madre, siendo a su vez verdadera
esposa de un hombre llamado José, según la Ley, y vivir como hijo en
familia.
El
Cuerpo de Cristo resucitado somos los bautizados.
Para
Dios, la Iglesia, y por su Redención
toda la Humanidad, es la Familia amada por el Padre.
Hemos
sido creados para ser familia a su imagen y semejanza,
porque la familia no sólo es de institución natural, sino imagen del Ser
de Dios.
·
Creer
es desear los
sentimientos propios de quien se sabe elegido de Dios.
· Creer es crecer en
compasión, ser bondadosos, pacientes, capaces de soportarse y de perdonarse. Virtudes
propias de quien es humilde.
Son
peldaños que capacitan para conocer y crecer en el amor que todo lo une y
lo perfecciona.
Es
el camino que deberíamos vivir los creyentes para crear familias capaces de
convivir en la paz que producen la fe y el amor según el Ser divino.
Todo
puede ser verdad en los hogares que la Palabra
de Cristo habita en el sí de las familias,
con toda su riqueza, reconociendo el favor de Dios, siendo agradecidos con los
medios humanos de oración en el Espíritu.
Esta
vida de familia hay que lograrla con el esfuerzo de cada día.
No
es perfección idealizada, sino fecunda
realidad de la vida de fe, desde las debilidades de cada uno de los
miembros de cada familia que se aman, sin sumisión de nadie sobre
nadie, sino desde la igual dignidad, que respeta y honra a cada uno desde lo que es y significa dentro de la comunión familiar.
¡Si conociéramos el Don de Dios para saborear
la paz dentro de cada hogar!
La
pérdida de Jesús en Jerusalén no fue una travesura del Niño a los 12 años.
“Al tercer día lo encontraron en el Templo”
Siempre
suena el tercer día; todo encuentro es de resurrección.
“Tu padre y yo te buscábamos con ansiedad”
La
vocación está por encima de la familia según la sangre.
“¿Por qué me buscabais? ¿No sabéis que yo sólo podía estar en la
casa de mi Padre?”
El
Templo era el lugar de la Presencia de Dios.
Jesús
había estado con sus padres a los cuarenta días de nacer, siendo presentado
QUIEN era ya el TEMPLO, escuchando la profecía de Simeón.
A
los 12 años dialoga con los sabios y entendidos Maestros.
En
la Palabra de Dios siempre hemos de ver sus signos.
Dios
no hace ni dice nada que no tenga sentido y trascendencia.
Jesús
no trató mal a su Madre y a José su custodio.
Convenía
que quedara, tal vez más para nosotros que para ellos, clara la advertencia del
por qué estaba Jesús en el mundo y concretamente en el Templo.
“Ellos no comprendieron aquella respuesta.
Nosotros
avanzamos en la fe en la medida en que meditamos lo que no entendemos, como
hacía María.
¡Ojalá
nuestro corazón no se enredara en pensamientos ajenos a la fe!, porque una cosa
es razonarla y otra, pensarla desde la sola razón.
Razonar
la fe es pedir Luz y Gracia para conocer la Verdad.
Razonarla puede convertir la Luz en sombras que perturban el espíritu.
“Después bajó con ellos a Nazaret y les era obediente”
Es
muy importante relacionar los hechos.
La
vocación
nunca es respuesta a la vida desde una actitud de libertad que margina a los
padres, al contrario, es una independencia
desde un sentido profundo de gratitud y de obediencia, que puede llegar
a ser sacrificio por ambas partes.
La
vida vivida en verdad es la que crece.
Así
creció Jesús en el silencio lleno de experiencia de Dios y de familia,
como Hombre que era, siendo Dios con
nosotros desde que María dijo: Sí.
F.
Allara
SANTORAL DEL DÍA
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