“DICHOSOS LOS OJOS QUE VEN
LO QUE VOSOTROS VEIS”
Meditación-Oración de la PALABRA DE DIOS
Animación a la lectura
PALABRA DE DIOS
5 minutos en nuestro "día a día"
(Clic en los textos para leer)
Isaías 11,1-10 |
Lucas 10,21-24Sólo el Hijo sabe quién es el Padre (Mt 11.25-27; 13.16-17) 21 En aquel momento, Jesús, lleno de alegría por el Espíritu Santo, dijo: “Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has mostrado a los sencillos las cosas que ocultaste a los sabios y entendidos. Sí, Padre, porque así lo has querido. 22 “Mi Padre me ha entregado todas las cosas. Nadie sabe quién es el Hijo, sino el Padre; y nadie sabe quién es el Padre, sino el Hijo y aquellos a quienes el Hijo quiera darlo a conocer.” 23 Volviéndose a los discípulos les dijo aparte: “Dichosos quienes vean lo que estáis viendo vosotros, 24 porque os digo que muchos profetas y reyes desearon ver lo que vosotros veis, y no lo vieron; desearon oir lo que vosotros oís, y no lo oyeron.” |
DÍA 3 DICIEMBRE CICLO -C
Los seres humanos tenemos el don de poder ver de cuatro formas diferentes: con los ojos, con el corazón, con la razón y con el espíritu.
· Los ojos no pueden ver a Dios,
ni tienen capacidad para la seguridad de una visión objetiva. Los ojos ven lo que ven, y algo más
cuando saben mirar.
· La razón es la que hace el discernimiento de lo que los ojos ven;
tampoco tiene la garantía de que su razonar sea objetivo; sobre todo si es la
consecuencia de deducir, simplemente, lo que los ojos ven.
· Ver desde el corazón puede
crear buenos sentimientos y no razones del
entendimiento; aunque su lógica puede ser más sutil que la de la
razón.
· El espíritu hace propio lo que ven los ojos desde la referencia a la que opta
el ser humano,
que puede ser desde lo puramente racional, religioso, creyente, ideológico o
científico.
¿Qué
quieren decir las palabras de Jesús?
”¡Dichosos los ojos que
ven lo que vosotros veis!”.
Los
que vieron a Jesús como verdadero hombre fueron muchos: sus discípulos, a quienes va referida su frase; los escribas, los publicanos, los fariseos
y los “paganos” según el concepto
que tenían de los “no Pueblo”.
Dichosos porque de su “ver y mirar” estaba
trascendido y aceptado lo que su espíritu
recibía del Padre.
“Nadie conoce quién es el
Hijo, sino el Padre,
ni quién es el Padre,
sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiere revelar”
Son
millones los seres humanos que creen en
Dios, incluido su Pueblo; pero es
Dios quien ofrece poder ser creído y amado como Padre.
El
Hijo fue enviado para la reconciliación y salvación de todos, de
modo que no hay judíos ni griegos ni
paganos; todos podemos alcanzar el conocimiento de Dios desde la mirada puesta en la Humanidad de Jesús.
¿A
quién privó Jesús de seguirle? A nadie, pero no todos le
seguían con fe.
Jesús,
Dios con nosotros, es modelo de humildad.
Vivió como uno de tantos mostrando así
su omnipotencia.
Hace
falta más voluntad y sabiduría para ser
humilde que
exhibir poder, vanidad y orgullo para
revestir la debilidad y la inseguridad.
No
todo está resuelto con la humildad. Desde
ella se puede ser rebelde.
“Te doy gracias, Padre…, porque has
escondido estas cosas
a los sabios y
entendidos, y las has revelado a la gente sencilla”
· El ser humano ve con su espíritu cuando libremente se abre al don
de la fe.
Trascender
la Humanidad de Jesús ayer y a Cristo sacramentado hoy es optar por ver y mirar desde
los ojos de la fe, y dar gracias por este Don.
“Muchos profetas y reyes
desearon ver lo que vosotros veis”
Las condiciones para ver a Dios son las mismas ayer y hoy.
F. Allara
SANTORAL DEL DÍA
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