DIOS NO ES CULPABLE DEL RESULTADO
DE NUESTRAS DECISIONES
Meditación-Oración de la PALABRA DE DIOS
Animación a la lectura
PALABRA DE DIOS
5 minutos en nuestro "día a día"
(Clic en los textos para leer)
Efesios 4,7-16 |
Lucas 13,1-9Importancia de la conversión 1 Por aquel mismo tiempo fueron unos a ver a Jesús, y le contaron lo que Pilato había hecho: sus soldados mataron a unos galileos cuando estaban ofreciendo sacrificios, y la sangre de esos galileos se mezcló con la sangre de los animales que sacrificaban. 2 Jesús les dijo: “¿Pensáis que aquellos galileos murieron así por ser más pecadores que los demás galileos? 3 Os digo que no, y que si vosotros no os volvéis a Dios, también moriréis. 4 ¿O creéis que aquellos dieciocho que murieron cuando la torre de Siloé les cayó encima, eran más culpables que los demás que vivían en Jerusalén? 5 Os digo que no, y que si vosotros no os volvéis a Dios, también moriréis.” Parábola de la higuera sin fruto 6 Jesús les contó esta parábola: “Un hombre había plantado una higuera en su viña, pero cuando fue a ver si tenía higos no encontró ninguno. 7 Así que dijo al hombre que cuidaba la viña: ‘Mira, hace tres años que vengo a esta higuera en busca de fruto, pero nunca lo encuentro. Córtala. ¿Para qué ha de ocupar terreno inútilmente?’ 8 Pero el que cuidaba la viña le contestó: ‘Señor, déjala todavía este año. Cavaré la tierra a su alrededor y le echaré abono. 9 Con eso, tal vez dé fruto; y si no, ya la cortarás.’" |
DÍA 26 OCTUBRE CICLO -B
La
vida en presente es la riqueza que
poseemos. Mañana
es el resultado de la respuesta al presente de hoy.
La
vida de cada uno es parte de un todo y no depende de sí sola; cuenta el
Universo y la pluralidad de las opciones de los seres humanos que existen como iguales o diferentes.
Para
los creyentes Dios es la causa amorosa por
la que vivimos,
con su lógico derecho a mostrarse y
revelarse “de muchas maneras” a todos, siendo
aceptado por muchos con todas las consecuencias.
Lo
que nos pase a cada uno en bien o en mal es consecuencia de
nuestras propias opciones y decisiones libres, y la de los demás, afectándonos mutuamente
directa o indirectamente.
De
Dios nos basta conocer lo que ha revelado
y,
desde la fe católica, lo que ha dicho y hecho desde su Hijo nacido de María como Hombre verdadero.
Dejemos
a Dios en paz. Dejemos de ponerlo como causa de lo que es propio de nuestras vidas,
y de la medianía de la fe, indiferencia o negación
Desde
nuestro sentir y ser humano
sabemos que estamos llamados todos a hacer y decir bien y a vivir vida fraterna.
Es la
llamada a una conversión, que si no se da nos sentimos culpables o huimos acallando la conciencia.
“¿Pensáis que los
galileos, cuya sangre vertió Pilatos
con la de los sacrificios
que ofrecían, eran más pecadores?
-
Os digo que no…, si no os
convertís, todos pereceréis”
Convertirnos
a la verdad del amor para que la Humanidad viva con pan y en paz fraterna o perecemos en una tierra ensangrentada y
mísera, por más que algunos vivan plácidamente como si ésta no fuera la
realidad.
No
sólo tenemos la parábola de la higuera que hoy trae el texto, también “Jesús pasó de camino y vio que una higuera a destiempo
no daba fruto, y al volver a pasar estaba seca” (Mc. 11,12-25).
Cuando
dejamos de hacer el bien ocupamos terreno
en balde; no
damos fruto de buenas obras.
“Tres años llevo viniendo
a buscar fruto… y no lo encuentro”
No
es Dios quien espera el fruto porque no lo necesita, sino que son hermanos nuestros,
algunos muy cercanos, los que tal vez
llevan años esperando una buena obra
hacia ellos y no la reciben.
Quienes
viven las Bienaventuranzas dan fruto, aunque lo den
llorando y no sea reconocido.
Si
tenemos conciencia de lo que podemos hacer de bien y no lo hacemos, o hacemos
el mal, ocupamos la tierra en balde.
¡Son
muchos los que,
teniendo en sus manos el poder para terminar la miseria de una buena parte de la Humanidad, ocupan la tierra bajo la “paciencia de Dios”!
Hoy
somos jueces de la ley más que cumplidores; pasamos la vida en crítica y rebeldía mutua, dentro y
fuera de la Iglesia, desconociendo el bien, mientras muchos viven y actúan con amor en silencio.
F. Allara
SANTORAL DEL DÍA
EN TI...
No hay comentarios:
Publicar un comentario